solatorres escribió: ↑ Había una vez un ingeniero civil que era profesor de estructuras en la Facultad de Arquitectura. Se había recibido con Diploma de Honor, era inteligente y muy imaginativo. Y como calculista, se lo requería frecuentemente, ya que sus teorías, un tanto heterodoxas, le permitían trabajar muy rápidamente, cobrar poco y obtener grandes ahorros constructivos al disminuir las necesidades de hormigón y de acero.
El problema era que sus teorías, tan atractivas en los papeles, no eran comprendidas por las estructuras: se caían, sufrían enormes deformaciones, no colaboraban. Hubo grandes pérdidas económicas, juicios, adjudicación de culpas...
Los heterodoxos económicos me recuerdan a este ingeniero, cuyas audacia e imaginación obraron tantos desastres. Analizan soluciones novedosas mientras hacen sus posgrados en Yale o en Columbia, publican unos cuantos papers, y algún político trepador cae en el hechizo de sus embrollos.
Otra vez nos están vendiendo basura "heterodoxa", como la que le gustaba al paparulo de Alfonsín y le gusta a la doctora. Los platos rotos, los pagaremos nosotros.
Porque ellos nunca pagan nada.
Habría que revisar si los textos ortodoxos se refieren a situaciones de pleno empleo donde la única variable de ajuste es la nominal (ceros en la moneda) de otras donde se observan ajustes reales mediante capacidad ociosa de los recursos. Pero admito que el tema excede a mi formación empírica como amo de casa.
Alfonsín fue un humanista, un hombre íntegro. Dejó la función pública con menos bienes que los que poseía al ingreso, y su jubilación la donó a un centro de jubilados.