La convocatoria representa una novedad a la que prestarle atención: hinchas de diferentes clubes de fútbol llaman a manifestar junto a los jubilados. Supuestos hinchas, deberíamos decir.
Hace una semana, unos veinte hombres con la camiseta de Chacarita enfrentaron a la policía que custodiaba la protesta en el Congreso. Y a aquel primer paso siguió el llamado en redes sociales para marchar hoy, al que se sumaron agrupaciones de Boca, River, Independiente, Racing, Estudiantes, Gimnasia, Argentinos, Lanús, Ferro, Almirante Brown, Deportivo Morón, Quilmes y Los Andes, entre otros.
Pero detrás de las camisetas aparecen nombres como el de Agustín Ramal, hijo de Marcelo, dirigente trotskista que pertenece al PO, e hincha de Argentinos Juniors. También el de Mariano Vignozzi, camporista que preside la Coordinadora de Derechos Humanos del fútbol argentino; y el del dirigente de izquierda Sergio Smietniansky, que encabeza la Coordinadora de Hinchas de Fútbol.
Los vínculos entre las barras bravas y parte de la política siempre estuvieron aceitados. Muchos barras fueron y son la fuerza de choque de los políticos. Pero esta vez también hay algo más, algo distinto. Para convocar se apela a la identidad que proporciona la camiseta. Desacreditada la militancia partidaria, se busca la adhesión colectiva en la pasión futbolera. Y se hace política desde ese escudo.
