En mi caso personal, específicamente en lo que vos decís respecto del directorio de Longvie, creo que la actitud del mismo expresada por su presidente, a quien tuve el gusto de conocer personalmente en la última Asamblea del 29 de abril y que me dejó una muy buena impresión a nivel de calidad humana como persona, es comprensible por diferentes motivos.
Primero, parecería una verdad que se debe asumir que brindar un dividendo elevado, dados los problemas macro y micro "criollos", en esta Argentina impredecible y volátil, en un marco de constante locura cotidiana que viene desde la propia política y desde los propios ciudadanos argentinos (el "común" de la gente) no es compatible con una política agresiva a la hora de repartir ganancias para los accionistas (recordemos que ellos serían los que más plata recibirían pero que en lugar de tener pesos en su bolsillo tal vez prefieran reinvertir en la propia empresa, para mí es muy comprensible dado que las monedas hoy en día están presentando un alto riesgo de depreciación contra activos tangibles como lo son las commodities.
En mi opinión personal (aclaro que es así como yo veo esta realidad de hoy en día) el caso de Longvie es que para poder trabajar dentro de lo que es la Argentina, con confianza en el presente y con una visión de continuidad a futuro en el largo plazo es necesario plantear escenarios conservadores con respecto al panorama que brindan los datos de la realidad.
Y al accionista (y no "trader") que mira en el largo plazo lo que le interesa es una empresa que en el presente y a futuro sea sólida patrimonial y financieramente con lo cual una actitud conservadora en relación a las utilidades en un mundo complicado (y mucho) contribuye significativamente a darnos una garantía de la continuidad de las operaciones de la empresa a futuro (si bien "seguro está preso", de acuerdo con la famosa frase, a mí me parece atinado ser más bien pesimista que un optimista ingenuo, cuando vemos al levantarnos todas las mañanas que en muchas de ellas nos encontramos con una nueva en lo que se refiere a acontecimientos locales y mundiales.
Muchas Gracias, una vez más Rafa por tu aporte, lo considero valioso.
Cordiales saludos.
Mario
rafa escribió:Quiero aportar algunos comentarios respecto de los ultimos post vertidos.
Por un lado, el no ajuste por inflación es una realidad de TODAS LAS EMPRESAS, no solo en LONGVIE.
El ganador es el Estado, que en vez de cobrar el 35 % de ganancias se lleva 50 o 60 % segun el caso. Es cierto que el directorio de LONGVIE es bastante lloron, respecto de las perspectivas, ya que si yo le hubiese hecho caso en la primer asamblea que asisti tendria que haber vendido todo, pero al final me quede y no me fue tan mal...
Me acuerdo dos años atras cuando se hablaba que el tema de los costos de mano de obra eran los del 1 a 1 y eran insostenibles y sin embargo, crisis y todo se sigue ganando plata (aunque menos de la que dicen los balances)
Respecto de la restricción del ingreso del importado, esta logrando el efecto deseado por el gobierno y es que empezaron a
instalarse fabricas de electrodomesticos en Argentina, con lo cual ahora la competencia la tenemos adentro y no afuera, o sea es lo mismo. Por eso la inversión en LONGVIE para modernizar la producción de lavarropas.
Respecto de los comentarios de Montesano, sobre que ******* los que venden a perdida, un comentario: El mercado es asi, los que venden es por que compraron primero, y los que compraron en algun momento sostenieron la cotización o la subieron, solo que en otro momento. No siempre alguien vende por que no le gusta una empresa, sino que puede tener mil motivos para hacerlo, como ser tener una necesidad de efectivo, arbitrar a otro papel, o lo que fuere.
Yo estoy hace 25 años en el mercado y he escuchado muchas historias de liquidaciones que no tenian nada que ver con fundamentos de las empresas sino por temas totalmente ajenos a la empresa. Si en el 2009 yo me hubiese asustado, por que que los "fondos" regalaban a diestra y siniestra toneladas de Siderar a 8 pesos, no hubiese comprado, por que no hay que pensar por que vende el otro, sino ver las realidades y actuar, en lo que uno cree.