El Merval volvió a ceder la semana pasada, acumulando una caída cercana al 20% desde sus máximos de enero. Creemos que la volatilidad se mantendrá alta, pero que los niveles actuales deberían poder actuar como piso, en un escenario en donde seguirá jugando en las próximas semanas las expectativas sobre si Argentina es finalmente reclasificada, o no como emergente. La decisión, no hay dudas, repercutirá sobre el movimiento de corto de las acciones en particular. Si es por la negativa no se podrá evitar cierta presión a una corrección, aunque dado los niveles actuales –y la caída ya acumulada- el impacto no creemos será muy fuerte, o al menos extendido en el tiempo. Si es positiva, daría un catalizador fuerte –algo que hoy falta- para un rebote un poco más sostenido.
Objetivamente se dice que se cumplió con los requisitos necesarios para avanzar, y que una respuesta favorable implicará un ingreso importante de fondos. Según Morgan Stanley en un informe reciente, calcula que estos flujos potenciales son del orden de los USD 3500 millones, y la probabilidad de recategorización del 66%.
Sería importante que el índice respete la zona de 26.800 puntos como soporte clave, y de forma intermedia los niveles de 27525-27000. Mientras que hacia arriba, sería una buena señal el cruce de las primeras resistencias que se ubican sobre 28500-28850 puntos, y si logra hacerlo tendremos como objetivo 30300-30500 y 32000 en principio. Recomendamos bajo esta visión compras de trading de baja exposición para aquellos inversores que entiendan el riesgo y la volatilidad de este escenario.
