
Con muy pocas, cortas y honrosas excepciones
No hay que tenerle miedo a la libertad, a la libre oferta y demanda y a la transparencia del mercado.
Con ello se barre la discrecionalidad, los amigos del régimen y demás ineficiencias y corruptelas que muchos acá admiran (la receta del fracaso que tan bien conocemos x estos lares)