Actualidad y política
Re: Actualidad y política
las-consignas-y-carteles-que-dejo-el-banderazo-este-fin-de-semana
https://www.nexofin.com/notas/925519-fo ... semana-n-/
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Re: Actualidad y política
Pero debemos insistir con nuestra prédica, ellos vienen engañando a la gente con planes, dádivas, subsidios y toda limosna que puedan para comprarlos, ese camino nos está llevando a la miseria. Hay que insistir y no bajar los brazos.
quote=udA post_id=4792293 time=1600617340 user_id=23964]
Cuando en un país, las mejores casas, los mejores autos, las cuentas bancarias más grandes son de políticos, ese país no funciona, y Argentina es uno de esos países.
No hay mucho más que discutir sobre eso.
[/quote]
quote=udA post_id=4792293 time=1600617340 user_id=23964]
Cuando en un país, las mejores casas, los mejores autos, las cuentas bancarias más grandes son de políticos, ese país no funciona, y Argentina es uno de esos países.
No hay mucho más que discutir sobre eso.
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Re: Actualidad y política
Cuando en un país, las mejores casas, los mejores autos, las cuentas bancarias más grandes son de políticos, ese país no funciona, y Argentina es uno de esos países.
No hay mucho más que discutir sobre eso.
No hay mucho más que discutir sobre eso.
Re: Actualidad y política
Más brutos no pueden ser, y menos mal que es un alfajor simple, podría haber sido doble.
El peronismo viene combatiendo y destruyendo al capital con todo éxito.
Sin capital no hay trabajo ni inversiones, no les interesa, el único objetivo es impunidad, y mantenerse en el poder para vivir a costa de los demás que pagan impuestos.
La decadencia irá en aumento.
Piense cuando vote la próxima vez, no se equivoque.
Principios básicos: Estudio, trabajo, ahorro, esfuerzo, perseverancia, conocimiento, honestidad, conducta.
No hay otra, salvo cuando gobiernan las mafias, los corruptos y los inútiles.
quote=quique43 post_id=4792287 time=1600615216 user_id=4335]
Que los peronistas atrasan cien años lo vemos, y lo seguimos viendo. Vean está propuesta:
https://www.lanacion.com.ar/economia/ca ... nid2455288
[/quote]
El peronismo viene combatiendo y destruyendo al capital con todo éxito.
Sin capital no hay trabajo ni inversiones, no les interesa, el único objetivo es impunidad, y mantenerse en el poder para vivir a costa de los demás que pagan impuestos.
La decadencia irá en aumento.
Piense cuando vote la próxima vez, no se equivoque.
Principios básicos: Estudio, trabajo, ahorro, esfuerzo, perseverancia, conocimiento, honestidad, conducta.
No hay otra, salvo cuando gobiernan las mafias, los corruptos y los inútiles.
quote=quique43 post_id=4792287 time=1600615216 user_id=4335]
Que los peronistas atrasan cien años lo vemos, y lo seguimos viendo. Vean está propuesta:
https://www.lanacion.com.ar/economia/ca ... nid2455288
[/quote]
Re: Actualidad y política
Que los peronistas atrasan cien años lo vemos, y lo seguimos viendo. Vean está propuesta:
https://www.lanacion.com.ar/economia/ca ... nid2455288
https://www.lanacion.com.ar/economia/ca ... nid2455288
Re: Actualidad y política
Fe de errata
Zaius es Manolito
Zaius es Manolito
Re: Actualidad y política
No me hagan cajar de la risa
Veo en una foto por ahí abajo al "Dr.Sayus"
En el planeta de los simios?
Entonces es toda una película apasionante lo que vivimos.De ciencia ficción.
Disfrutemosla hasta que veamos la parte,de la zona prohibida.
Amen
Veo en una foto por ahí abajo al "Dr.Sayus"
En el planeta de los simios?
Entonces es toda una película apasionante lo que vivimos.De ciencia ficción.
Disfrutemosla hasta que veamos la parte,de la zona prohibida.
Amen
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Re: Actualidad y política
ksoze1541
Un placer despotricar con usted desde las antípodas.
1. El universal “los americanos” existe sólo para designar a un conjunto de individuos que pueden ser muy distintos entre sí y que sólo es sujeto de calificaciones estadísticas. Un ente así no puede ser “admirable” ni dejar de serlo. Hay americanos admirables, instituciones admirables, leyes admirables...y otros que no lo son.
2. Argentina no existe como Estado (al menos no, como “estado en forma”, según la denominación de Spengler), es un “Estado fallido” abrumadoramente "presente". Quienes están encargados de cuidar sus Instituciones las violan con descaro, y un encumbrado dirigente no se sonrojó al declarar que “la seguridad jurídica es un concepto horrible”.
3. Del mismo modo, el peso argentino no es una moneda “en forma”, ya que el Estado fallido que la emite la hace inservible como representación de valor. Ese mismo Estado fallido carece de buen nombre y responsabilidad como emisor de cualquier cosa, sea el peso u otras formas de deuda, fiduciaria, física o moral. No es de extrañar que nadie quiera pesos, y mucho menos los argentinos.
4. Usted ama a la Argentina y vive en Alemania. Yo la sufro, porque vivo aquí. Argentina me duele, porque amo a mis amigos meritocráticos, a mis recuerdos, a lo que este país fue y al pedacito de suelo en que me encierro, mientras veo como un tropel de canallas la están convirtiendo en el país fallido, tramposo y cruel que ellos llaman, dándole la razón a Samuel Johnson, “Patria”.
Saludos.
Un placer despotricar con usted desde las antípodas.
1. El universal “los americanos” existe sólo para designar a un conjunto de individuos que pueden ser muy distintos entre sí y que sólo es sujeto de calificaciones estadísticas. Un ente así no puede ser “admirable” ni dejar de serlo. Hay americanos admirables, instituciones admirables, leyes admirables...y otros que no lo son.
2. Argentina no existe como Estado (al menos no, como “estado en forma”, según la denominación de Spengler), es un “Estado fallido” abrumadoramente "presente". Quienes están encargados de cuidar sus Instituciones las violan con descaro, y un encumbrado dirigente no se sonrojó al declarar que “la seguridad jurídica es un concepto horrible”.
3. Del mismo modo, el peso argentino no es una moneda “en forma”, ya que el Estado fallido que la emite la hace inservible como representación de valor. Ese mismo Estado fallido carece de buen nombre y responsabilidad como emisor de cualquier cosa, sea el peso u otras formas de deuda, fiduciaria, física o moral. No es de extrañar que nadie quiera pesos, y mucho menos los argentinos.
4. Usted ama a la Argentina y vive en Alemania. Yo la sufro, porque vivo aquí. Argentina me duele, porque amo a mis amigos meritocráticos, a mis recuerdos, a lo que este país fue y al pedacito de suelo en que me encierro, mientras veo como un tropel de canallas la están convirtiendo en el país fallido, tramposo y cruel que ellos llaman, dándole la razón a Samuel Johnson, “Patria”.
Saludos.
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Re: Actualidad y política
Situacion Actual
La semana pasada fue el record de Muertes semanales del pais con 1493 muertos
Esta semana y faltando el informe de la noche ya llevamos 1560 muertes o sea un nuevo record la cuestion del porcentaje de suba se vera en la noche
Felicitacion Alverso ,berreta ,kichi y asociados por los exitos logrados

La semana pasada fue el record de Muertes semanales del pais con 1493 muertos
Esta semana y faltando el informe de la noche ya llevamos 1560 muertes o sea un nuevo record la cuestion del porcentaje de suba se vera en la noche
Felicitacion Alverso ,berreta ,kichi y asociados por los exitos logrados




Re: Actualidad y política
La ideología no existe solo importa el dinero y el poder
Creo que clarín se comió el relato de que el Beto era del palo de los gobernadores y que tenía la lapicera.
Y la gente se equivoca cuando vota, hay incontables casos en la historia.
El argentino quiere vivir la ilusión del consumismo desenfrenado y después no pagar la cuenta. Nos acostumbramos a no cumplir ninguna regla y para mí es producto de tantos abogados que solo buscan su conveniencia.
Creo que clarín se comió el relato de que el Beto era del palo de los gobernadores y que tenía la lapicera.
Y la gente se equivoca cuando vota, hay incontables casos en la historia.
El argentino quiere vivir la ilusión del consumismo desenfrenado y después no pagar la cuenta. Nos acostumbramos a no cumplir ninguna regla y para mí es producto de tantos abogados que solo buscan su conveniencia.
Re: Actualidad y política

Como que bajo el nivel no ?

Re: Actualidad y política
solatorres escribió: ↑ ANTONIO, pertinentes, dolorosos y exactos los tres posts que me preceden. Pero es de buen uso citar a los autores.
Con mucho gusto y disculpen la omisión.
Un país al borde del abismo
Joaquín Morales Solá
La alarmante ineptitud del Gobierno
Jorge Fernández Díaz
Los espantapájaros más locos del Instituto Patria
ALEJANDRO BORENSZTEIN
.
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Re: Actualidad y política
ANTONIO, pertinentes, dolorosos y exactos los tres posts que me preceden. Pero es de buen uso citar a los autores.
Re: Actualidad y política
Los espantapájaros más locos del Instituto Patria
Mientras sigan haciendo y diciendo lo que hacen y dicen, inexorablemente los dólares que están acá se irán y los que puedan venir jamás vendrán.
El presidente que no cree en el mérito.
Un espantapájaros es un muñeco bastante desagradable que simula ser una persona pero que en realidad es otra cosa y que, puesto en el medio de una gran extensión de tierra, logra que mucho de lo que hay adentro, y todo lo que viene de afuera, se asuste, se espante y se vaya. Lo que en el campo se conoce como espantapájaros, en política se llama kirchnerismo.
Aclarado el concepto sobre el que trata esta nota y, antes que nada, vaya una sincera felicitación para el Ministro de Economía Martín Guzmán por haber logrado que la Argentina sea el primer y único país del mundo en el que, para poder ver una serie de Netflix, tenés que garpar un 35% extra sobre el valor del abono como anticipo del impuesto a las ganancias.
La pregunta del millón para el ministro es: ¿ya le contaste esta genialidad a las autoridades y profesores de la Universidad de Columbia? Si alguien quiere ganarle de mano puede escribir a econ-info@columbia.edu. Me parece que hasta el Nobel de Economía este muchacho no para.
Esta novedad completa una semana memorable del gobierno argentino en la que el presidente Fernández anunció orgulloso que a partir de ahora se podrá abonar el corte de pelo en 12 cuotas. Y además Tío Alberto explicó exhultante que te podés cortar el pelo ahora y la primera cuota la pagás en… enero!! Confirmado: como vendedor de autos usados, Fernández es el más grande. Lejos.
Desde la misión a Angola, con Cristina y Moreno vendiéndo pollos, dulce de leche y ropa trucha de La Salada, que no veíamos un medida económica tan trascendente. In your face Jeff Bezos. Chupala Galperín. Andate Latam. Morite Falabella. No los necesitamos. Al ángulo Alberto. Un crack.
Como si todo esto fuera poco, el ministro Arroyo anunció que la economía se está recuperando porque están volviendo las changas. Segunda pregunta del millón: ¿en base a que datos se sabe que aumentaron las changas? ¿Hay un relevamiento del INDEC o simplemente Arroyo tiene un cuñado que es plomero?
Por supuesto, todavía quedan algunos escépticos diciendo que todo esto no sirve para nada y responsabilizando a las autoridades económicas del país por lo que hacen. Seamos justos. Los funcionarios del área económica no tienen la culpa. No hay medida que puedan tomar para evitar las consecuencias que provoca la sola presencia en la Casa Rosada de los espantapájaros del Instituto Patria.
Mientras sigan haciendo y diciendo lo que hacen y dicen, inexorablemente los dólares que están acá se irán y los que puedan venir jamás vendrán.
Luego de los homenajes y los días de duelo por la desaparición física del Alberto de los Miércoles, la sociedad ha entrado en fase estupor. Quedamos en manos de los Albertos de martes a jueves. Por ejemplo, el que habla de la falta de mérito, en los dos sentidos: no creen en el mérito y se pasan el día viendo cómo hacer para que la justicia les dicte la falta de mérito, a Ella, Lázaro, Cristobal, De Vido, Boudou, José López y demás perseguidos políticos para la liberación.
Así como venimos, ya no habrá moderación ni diálogo ni acuerdos ni sentido común ni nada. Y por ende, no habrá recursos para ninguna reconstrucción.
Una vez más, el Estado ha quedado en manos de una gavilla de genios que creen posible gobernar un país contra la voluntad de la mitad de los ciudadanos. Así lo pensó el kirchnerismo 2003/2015, así lo pensó Cambiemos 2015/2019 y así lo vuelven a pensar Cristina y Tío Alberto. Obviamente, así nos irá. Pese a los intentos civilizados de Larreta y de Lousteau.
Con 300 muertos por día y un puñado de dólares en el Banco Central, lo que se ve en el horizonte es tan feo que mejor pasemos al formato narrativo de comedia del cine nacional para hacer de nuestra realidad algo más digerible.
Como siempre le digo amigo lector, el juego es que cada vez que vemos a Alberto Fernández todos pensamos en Rolo Puente, ok?
Interpretando uno de los papeles más difíciles de su carrera artística, hoy Rolo Puente hace de Trapito, el espantapájaros más famoso del cine nacional.
Supo compartir cartel con Petete, aquel popular dibujo animado de “El Libro gordo de Petete”, en el film de García Ferré “Petete y Trapito”. Tanto por su condición de espantapájaros como por su condición de profesor sabelotodo, Rolo podría interpretar ambos papeles. A veces, en una película, se usa que el mismo actor haga dos personajes. Garpa.
Vemos a Rolo vestido de Trapito en el techo de la Casa Rosada. Aparece Moria, con una capa de leopardo y una malla enteriza dorada con brillantes. Más reina que nunca. Trae de la mano a su hijo Máximo, en este caso interpretado por Coco Sily.
Pausa: no me diga amigo lector que una película protagonizada por Moria Casán, Rolo Puente, Coco Sily y las actuaciones especiales de Guido Kaczka en el rol de Axel Kicillof y Victor Bo como Sergio Berni, no sería un golazo. No lo dejemos pasar así nomás. Mañana mismo hablo con el Chueco. Sigamos con el cuentito.
Moria está eufórica: “…Listo, ya liquidé a esos tres jueces que tanto molestaban al país… y sobre todo me molestaban a mi, por supuesto ¡¡Vamos despejando el camino para construir la Patria Grande!! Tengo dominado a todos y todas los ******* y las boludas del Senado. Votan lo que yo quiero, no se me retoba ni el traductor para hipoacúsicos… Ahora mientras yo liquido al Procurador General de la Nación, vos le hacés aprobar a Massita la reforma judicial en Diputados, ok?… no nos para nadie… quiero ver caer Saigón!!” Trapito mira hacia Puerto Madero como extrañando su vieja vida de guitarrero. Moria abre su capa de frente a las grandes torres, saca del escote una varita y grita las palabras mágicas “…¡¡que vengan los capitales!!...” Se escucha el viento rugir… “¡Dije que vengan los capitales!” Ruge el viento… “Algún día todo eso será tuyo, hijo mío” le dice Moria a Coco Sily. Coco hace visera con la mano “Ma, por lo menos esos dos penthouses que se ven allá en el Madero Center ya son nuestros, ¿no?”.
Moria mira hacia el cielo. La cámara se eleva y atraviesa las nubes. Vemos a un Perón angelado preparando una celebración. Esta semana se cumplen 47 años de su último festejo, aquel 23 de septiembre de 1973 cuando la fórmula Juan Perón-Isabel Perón obtenía el 62 % de los votos. Atrás quedaban Balbín-De La Rua con el 25% y Manrique-Martinez Raymonda con el 12%. Otros tiempos, muy lejanos a esta comedieta ridícula de hoy.
Al lado de Perón está Jose Ignacio Rucci, su fiel jefe de la CGT asesinado por los Montoneros, tan sólo dos días después de aquel triunfo, para mojarle la oreja a Perón.
Justamente, esta semana, los diputados kirchneristas de la provincia de Buenos Aires se negaron a hacerle un homenaje a Rucci. Todo dicho.
Moria sigue mirando al cielo. De pronto siente que caen gotas de lluvia: Moria y Coco abren sus brazos. “¡¡¡Es agua… agua bendita… agua dorada… es oroooo, oro para la Patria Grande!!!”. Coco se huele las manos. “Mami, me parece que esto no es oro.” Corte a Perón y Rucci que se sonríen y se suben las braguetas.
Abajo Trapito está empapado. Arriba Perón y Rucci brindan.
.
Mientras sigan haciendo y diciendo lo que hacen y dicen, inexorablemente los dólares que están acá se irán y los que puedan venir jamás vendrán.
El presidente que no cree en el mérito.
Un espantapájaros es un muñeco bastante desagradable que simula ser una persona pero que en realidad es otra cosa y que, puesto en el medio de una gran extensión de tierra, logra que mucho de lo que hay adentro, y todo lo que viene de afuera, se asuste, se espante y se vaya. Lo que en el campo se conoce como espantapájaros, en política se llama kirchnerismo.
Aclarado el concepto sobre el que trata esta nota y, antes que nada, vaya una sincera felicitación para el Ministro de Economía Martín Guzmán por haber logrado que la Argentina sea el primer y único país del mundo en el que, para poder ver una serie de Netflix, tenés que garpar un 35% extra sobre el valor del abono como anticipo del impuesto a las ganancias.
La pregunta del millón para el ministro es: ¿ya le contaste esta genialidad a las autoridades y profesores de la Universidad de Columbia? Si alguien quiere ganarle de mano puede escribir a econ-info@columbia.edu. Me parece que hasta el Nobel de Economía este muchacho no para.
Esta novedad completa una semana memorable del gobierno argentino en la que el presidente Fernández anunció orgulloso que a partir de ahora se podrá abonar el corte de pelo en 12 cuotas. Y además Tío Alberto explicó exhultante que te podés cortar el pelo ahora y la primera cuota la pagás en… enero!! Confirmado: como vendedor de autos usados, Fernández es el más grande. Lejos.
Desde la misión a Angola, con Cristina y Moreno vendiéndo pollos, dulce de leche y ropa trucha de La Salada, que no veíamos un medida económica tan trascendente. In your face Jeff Bezos. Chupala Galperín. Andate Latam. Morite Falabella. No los necesitamos. Al ángulo Alberto. Un crack.
Como si todo esto fuera poco, el ministro Arroyo anunció que la economía se está recuperando porque están volviendo las changas. Segunda pregunta del millón: ¿en base a que datos se sabe que aumentaron las changas? ¿Hay un relevamiento del INDEC o simplemente Arroyo tiene un cuñado que es plomero?
Por supuesto, todavía quedan algunos escépticos diciendo que todo esto no sirve para nada y responsabilizando a las autoridades económicas del país por lo que hacen. Seamos justos. Los funcionarios del área económica no tienen la culpa. No hay medida que puedan tomar para evitar las consecuencias que provoca la sola presencia en la Casa Rosada de los espantapájaros del Instituto Patria.
Mientras sigan haciendo y diciendo lo que hacen y dicen, inexorablemente los dólares que están acá se irán y los que puedan venir jamás vendrán.
Luego de los homenajes y los días de duelo por la desaparición física del Alberto de los Miércoles, la sociedad ha entrado en fase estupor. Quedamos en manos de los Albertos de martes a jueves. Por ejemplo, el que habla de la falta de mérito, en los dos sentidos: no creen en el mérito y se pasan el día viendo cómo hacer para que la justicia les dicte la falta de mérito, a Ella, Lázaro, Cristobal, De Vido, Boudou, José López y demás perseguidos políticos para la liberación.
Así como venimos, ya no habrá moderación ni diálogo ni acuerdos ni sentido común ni nada. Y por ende, no habrá recursos para ninguna reconstrucción.
Una vez más, el Estado ha quedado en manos de una gavilla de genios que creen posible gobernar un país contra la voluntad de la mitad de los ciudadanos. Así lo pensó el kirchnerismo 2003/2015, así lo pensó Cambiemos 2015/2019 y así lo vuelven a pensar Cristina y Tío Alberto. Obviamente, así nos irá. Pese a los intentos civilizados de Larreta y de Lousteau.
Con 300 muertos por día y un puñado de dólares en el Banco Central, lo que se ve en el horizonte es tan feo que mejor pasemos al formato narrativo de comedia del cine nacional para hacer de nuestra realidad algo más digerible.
Como siempre le digo amigo lector, el juego es que cada vez que vemos a Alberto Fernández todos pensamos en Rolo Puente, ok?
Interpretando uno de los papeles más difíciles de su carrera artística, hoy Rolo Puente hace de Trapito, el espantapájaros más famoso del cine nacional.
Supo compartir cartel con Petete, aquel popular dibujo animado de “El Libro gordo de Petete”, en el film de García Ferré “Petete y Trapito”. Tanto por su condición de espantapájaros como por su condición de profesor sabelotodo, Rolo podría interpretar ambos papeles. A veces, en una película, se usa que el mismo actor haga dos personajes. Garpa.
Vemos a Rolo vestido de Trapito en el techo de la Casa Rosada. Aparece Moria, con una capa de leopardo y una malla enteriza dorada con brillantes. Más reina que nunca. Trae de la mano a su hijo Máximo, en este caso interpretado por Coco Sily.
Pausa: no me diga amigo lector que una película protagonizada por Moria Casán, Rolo Puente, Coco Sily y las actuaciones especiales de Guido Kaczka en el rol de Axel Kicillof y Victor Bo como Sergio Berni, no sería un golazo. No lo dejemos pasar así nomás. Mañana mismo hablo con el Chueco. Sigamos con el cuentito.
Moria está eufórica: “…Listo, ya liquidé a esos tres jueces que tanto molestaban al país… y sobre todo me molestaban a mi, por supuesto ¡¡Vamos despejando el camino para construir la Patria Grande!! Tengo dominado a todos y todas los ******* y las boludas del Senado. Votan lo que yo quiero, no se me retoba ni el traductor para hipoacúsicos… Ahora mientras yo liquido al Procurador General de la Nación, vos le hacés aprobar a Massita la reforma judicial en Diputados, ok?… no nos para nadie… quiero ver caer Saigón!!” Trapito mira hacia Puerto Madero como extrañando su vieja vida de guitarrero. Moria abre su capa de frente a las grandes torres, saca del escote una varita y grita las palabras mágicas “…¡¡que vengan los capitales!!...” Se escucha el viento rugir… “¡Dije que vengan los capitales!” Ruge el viento… “Algún día todo eso será tuyo, hijo mío” le dice Moria a Coco Sily. Coco hace visera con la mano “Ma, por lo menos esos dos penthouses que se ven allá en el Madero Center ya son nuestros, ¿no?”.
Moria mira hacia el cielo. La cámara se eleva y atraviesa las nubes. Vemos a un Perón angelado preparando una celebración. Esta semana se cumplen 47 años de su último festejo, aquel 23 de septiembre de 1973 cuando la fórmula Juan Perón-Isabel Perón obtenía el 62 % de los votos. Atrás quedaban Balbín-De La Rua con el 25% y Manrique-Martinez Raymonda con el 12%. Otros tiempos, muy lejanos a esta comedieta ridícula de hoy.
Al lado de Perón está Jose Ignacio Rucci, su fiel jefe de la CGT asesinado por los Montoneros, tan sólo dos días después de aquel triunfo, para mojarle la oreja a Perón.
Justamente, esta semana, los diputados kirchneristas de la provincia de Buenos Aires se negaron a hacerle un homenaje a Rucci. Todo dicho.
Moria sigue mirando al cielo. De pronto siente que caen gotas de lluvia: Moria y Coco abren sus brazos. “¡¡¡Es agua… agua bendita… agua dorada… es oroooo, oro para la Patria Grande!!!”. Coco se huele las manos. “Mami, me parece que esto no es oro.” Corte a Perón y Rucci que se sonríen y se suben las braguetas.
Abajo Trapito está empapado. Arriba Perón y Rucci brindan.
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Re: Actualidad y política
La alarmante ineptitud del Gobierno
Asevera Dickens que toda familia de alguna antigüedad o importancia tiene derecho a un fantasma. La familia kirchnerista, que apenas balbucea apotegmas selectivos de Perón y que masculla vetustas oraciones de Jauretche, cuenta sin embargo con su propio fantasma ilustre. Como médiums en mitad de la desesperación y la parálisis, lo convocamos en la alta noche para que nos recuerde su fórmula inefable: sostenía Néstor Kirchner que para gobernar este país se precisaban cash y expectativas, y lograr que el dólar saliera de las páginas de todos los diarios. El fantasma mueve ahora furioso la mesa: se acabó el cash, las expectativas son negras y los "verdes" ganaron las primeras planas. La Argentina, sin programa económico ni política exterior, se precipita a una serie de graves crisis concéntricas: una financiera y otra cambiaria, una productiva y otra social, una sanitaria (algo salió muy mal) y otra del orden de la inseguridad (mezcla de anarquía y polvorín), y a todo esto se suma un colapso institucional (colonización de la Justicia y autoamnistía para los corruptos), con una imagen de republiqueta africana: bajo el yugo gustoso de la presidenta del Senado, sus obedientes legisladores desplazan a tres jueces que la incordiaban; escena cumbre en una antología de la obscenidad.
Los argentinos llevamos 180 días de confinamiento, y nos sentimos encerrados en una celda hermética, dentro de una cárcel rigurosamente vigilada, que se ubica en una nación tomada por desquiciados y decadentes. Que quieren aprovechar nuestro encierro para imponernos un régimen precapitalista (feudal) donde todos seamos parejamente pobres menos la reina y sus halcones, y que acaban de declararle la guerra cultural a la clase media, a la que pretenden demonizar y desvalijar con impuestos y otros saqueos. Late precisamente esa intención bajo el patológico empecinamiento en desacreditar el mérito, valor fundamental de hijos y nietos de inmigrantes que se esforzaron, se educaron o emprendieron a riesgo, compitieron con el cuchillo entre los dientes y cometieron el peor de los pecados: progresaron lejos de cualquier tutelaje caudillista en un país enamorado del fracaso que odia a las personas libres y medra con los resentidos. Confundir aquella gesta laburante, base de cualquier desarrollo, con el "individualismo" o la desigualdad de oportunidades es trampear el discurso para preparar el terreno y no asumir la realidad: fue precisamente el peronismo post mortem el que degradó la escuela pública (madre de la igualdad) y practicó el pobrismo sobre esa miseria funcional que él mismo cristalizó en el conurbano bonaerense y en otros lares de este país menesteroso. Luchar pública y denodadamente contra el mérito (y la virtud del ahorro) implica exaltar la mediocridad y el cortoplacismo; como gesto institucional es devastador, porque alienta la vagancia y porque intenta conectar sacrificio y superación con la derecha ideológica. El filósofo Miguel Wiñazki escribió que para el kirchnerismo "el mérito es reaccionario; el robo es revolucionario", sintetizando a la perfección los dos principales acontecimientos de la semana.
Borges aseguraba que para poder comunicarnos era necesario tener una experiencia común. Está claro que las palabras no significan lo mismo para los ciudadanos de a pie que para los miembros de esta casta, personas completamente ajenas a la vida real. Criticaban a los gerentes, pero estos al fin y al cabo tuvieron que hacer una dura carrera, aprender idiomas, perfeccionarse de manera permanente, ser capaces de conquistar mercados, ingeniárselas para pagar los sueldos a tiempo, rendir cuentas de sus aciertos y errores, y estar siempre dispuestos a ser despedidos si no eran capaces de administrar con solvencia la compañía que los contrató. Los dirigentes que forman el cuarto gobierno kirchnerista, salvo honrosas excepciones, no laburaron nunca en el mundo verdadero. Fueron grises abogados o simples burócratas de la corporación política, y se enriquecieron dentro de ella; o son economistas con escasísima experiencia privada, o multimillonarios como Máximo Kirchner, príncipe de una dinastía de potentados que jamás debió pelarse ni siquiera para manejar su suntuoso conglomerado hotelero. Es por eso que la ley de teletrabajo atenta contra el trabajo, la ley para los inquilinos perjudica a los inquilinos, y a alguien en el gabinete se le ha ocurrido como brillante respuesta económica la idea de pagar la peluquería en doce cuotas. Consignas seniles, parches e improvisación, tiros en los pies, y un insolente combate perpetuo contra el sentido común. "No dejemos que la inmensa corrupción tape la gestión -decía Campanella-. La gestión fue peor". Aquella máxima irónica del cineasta podría aplicarse tristemente a la situación actual: son todavía más ineptos que autoritarios. Y esto ya es mucho decir, compañeros.
Este sadokirchnerismo, en estado de embobamiento general, es una fabulosa proveeduría de incertidumbre y un abominable espantapájaros de capitales. El éxodo de argentinos y de empresas es celebrado por el oficialismo, a pesar de que su presupuesto promete un fuerte incremento de la inversión privada. La palabra oficial, mediante contorsiones sucesivas e internas y traiciones personales, se ha degradado a más velocidad incluso que el peso. Ya nadie puede creer ninguna declaración asertiva de ningún funcionario encumbrado: todo puede ser desmentido en cuestión de horas. Y este punto, que alguna vez pareció picardía criolla y hábil argumentación abogadil, hoy se ha convertido en una perturbadora religión de desconfianzas. El kirchnerismo de la cuarentena tiene, como señala la neurociencia, fatiga cognitiva, y se bambolea como si acabara de perder el olfato y las elecciones, cuando apenas lleva diez meses en el poder y le restan tres años de camino. Dado que tiene el mandato constitucional de sacarnos de este empobrecimiento acelerado, va a ser mejor que despierte cuanto antes de la siesta pandémica e intente recuperar la razón. Y que ella no sea "la razón populista", puesto que eso no haría otra cosa que seguir cavando el foso en el que sería enterrado por la sociedad indignada.
El peronismo, que se horrorizaba con el dólar a 32 y consideraba un escándalo cualquier traspié de Cambiemos, cierra la boca y mira para otro lado frente a sus propios estropicios, pero en el fondo tiene la misma confusión que sus antagonistas. El anterior gobierno creía que su sola presencia y su asociación con las repúblicas más poderosas de Oriente y Occidente lo iban a convertir en una succionadora de inversiones. Los apostadores más serios habrían necesitado veinte años más de buena letra para olvidar agravios y poner un morlaco en este país de incumplidores y trasnochados. Macri aprendió la lección dolorosamente y cuando el asunto ya no tenía remedio. Alberto Fernández y sus muchachos tuvieron una similar omnipotencia: en cuanto el justicialismo se hiciera cargo de la botonera, mágicamente la Argentina florecería. Creyeron incluso que podían apropiarse de los juzgados y las fiscalías, perpetrar indultos solapados y destruir la seguridad jurídica sin que la economía sufriera esos percances. Pensaron finalmente que era posible crear acuerdos de moderación mientras se radicalizaban, que fue como pretender adelgazar dándose atracones de grasas y harinas. Tal vez el fantasma de Gandhi se digne a susurrar en sueños al Presidente: "No hay que pactar con el error, aun cuando parezca sostenido por textos sagrados".
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Asevera Dickens que toda familia de alguna antigüedad o importancia tiene derecho a un fantasma. La familia kirchnerista, que apenas balbucea apotegmas selectivos de Perón y que masculla vetustas oraciones de Jauretche, cuenta sin embargo con su propio fantasma ilustre. Como médiums en mitad de la desesperación y la parálisis, lo convocamos en la alta noche para que nos recuerde su fórmula inefable: sostenía Néstor Kirchner que para gobernar este país se precisaban cash y expectativas, y lograr que el dólar saliera de las páginas de todos los diarios. El fantasma mueve ahora furioso la mesa: se acabó el cash, las expectativas son negras y los "verdes" ganaron las primeras planas. La Argentina, sin programa económico ni política exterior, se precipita a una serie de graves crisis concéntricas: una financiera y otra cambiaria, una productiva y otra social, una sanitaria (algo salió muy mal) y otra del orden de la inseguridad (mezcla de anarquía y polvorín), y a todo esto se suma un colapso institucional (colonización de la Justicia y autoamnistía para los corruptos), con una imagen de republiqueta africana: bajo el yugo gustoso de la presidenta del Senado, sus obedientes legisladores desplazan a tres jueces que la incordiaban; escena cumbre en una antología de la obscenidad.
Los argentinos llevamos 180 días de confinamiento, y nos sentimos encerrados en una celda hermética, dentro de una cárcel rigurosamente vigilada, que se ubica en una nación tomada por desquiciados y decadentes. Que quieren aprovechar nuestro encierro para imponernos un régimen precapitalista (feudal) donde todos seamos parejamente pobres menos la reina y sus halcones, y que acaban de declararle la guerra cultural a la clase media, a la que pretenden demonizar y desvalijar con impuestos y otros saqueos. Late precisamente esa intención bajo el patológico empecinamiento en desacreditar el mérito, valor fundamental de hijos y nietos de inmigrantes que se esforzaron, se educaron o emprendieron a riesgo, compitieron con el cuchillo entre los dientes y cometieron el peor de los pecados: progresaron lejos de cualquier tutelaje caudillista en un país enamorado del fracaso que odia a las personas libres y medra con los resentidos. Confundir aquella gesta laburante, base de cualquier desarrollo, con el "individualismo" o la desigualdad de oportunidades es trampear el discurso para preparar el terreno y no asumir la realidad: fue precisamente el peronismo post mortem el que degradó la escuela pública (madre de la igualdad) y practicó el pobrismo sobre esa miseria funcional que él mismo cristalizó en el conurbano bonaerense y en otros lares de este país menesteroso. Luchar pública y denodadamente contra el mérito (y la virtud del ahorro) implica exaltar la mediocridad y el cortoplacismo; como gesto institucional es devastador, porque alienta la vagancia y porque intenta conectar sacrificio y superación con la derecha ideológica. El filósofo Miguel Wiñazki escribió que para el kirchnerismo "el mérito es reaccionario; el robo es revolucionario", sintetizando a la perfección los dos principales acontecimientos de la semana.
Borges aseguraba que para poder comunicarnos era necesario tener una experiencia común. Está claro que las palabras no significan lo mismo para los ciudadanos de a pie que para los miembros de esta casta, personas completamente ajenas a la vida real. Criticaban a los gerentes, pero estos al fin y al cabo tuvieron que hacer una dura carrera, aprender idiomas, perfeccionarse de manera permanente, ser capaces de conquistar mercados, ingeniárselas para pagar los sueldos a tiempo, rendir cuentas de sus aciertos y errores, y estar siempre dispuestos a ser despedidos si no eran capaces de administrar con solvencia la compañía que los contrató. Los dirigentes que forman el cuarto gobierno kirchnerista, salvo honrosas excepciones, no laburaron nunca en el mundo verdadero. Fueron grises abogados o simples burócratas de la corporación política, y se enriquecieron dentro de ella; o son economistas con escasísima experiencia privada, o multimillonarios como Máximo Kirchner, príncipe de una dinastía de potentados que jamás debió pelarse ni siquiera para manejar su suntuoso conglomerado hotelero. Es por eso que la ley de teletrabajo atenta contra el trabajo, la ley para los inquilinos perjudica a los inquilinos, y a alguien en el gabinete se le ha ocurrido como brillante respuesta económica la idea de pagar la peluquería en doce cuotas. Consignas seniles, parches e improvisación, tiros en los pies, y un insolente combate perpetuo contra el sentido común. "No dejemos que la inmensa corrupción tape la gestión -decía Campanella-. La gestión fue peor". Aquella máxima irónica del cineasta podría aplicarse tristemente a la situación actual: son todavía más ineptos que autoritarios. Y esto ya es mucho decir, compañeros.
Este sadokirchnerismo, en estado de embobamiento general, es una fabulosa proveeduría de incertidumbre y un abominable espantapájaros de capitales. El éxodo de argentinos y de empresas es celebrado por el oficialismo, a pesar de que su presupuesto promete un fuerte incremento de la inversión privada. La palabra oficial, mediante contorsiones sucesivas e internas y traiciones personales, se ha degradado a más velocidad incluso que el peso. Ya nadie puede creer ninguna declaración asertiva de ningún funcionario encumbrado: todo puede ser desmentido en cuestión de horas. Y este punto, que alguna vez pareció picardía criolla y hábil argumentación abogadil, hoy se ha convertido en una perturbadora religión de desconfianzas. El kirchnerismo de la cuarentena tiene, como señala la neurociencia, fatiga cognitiva, y se bambolea como si acabara de perder el olfato y las elecciones, cuando apenas lleva diez meses en el poder y le restan tres años de camino. Dado que tiene el mandato constitucional de sacarnos de este empobrecimiento acelerado, va a ser mejor que despierte cuanto antes de la siesta pandémica e intente recuperar la razón. Y que ella no sea "la razón populista", puesto que eso no haría otra cosa que seguir cavando el foso en el que sería enterrado por la sociedad indignada.
El peronismo, que se horrorizaba con el dólar a 32 y consideraba un escándalo cualquier traspié de Cambiemos, cierra la boca y mira para otro lado frente a sus propios estropicios, pero en el fondo tiene la misma confusión que sus antagonistas. El anterior gobierno creía que su sola presencia y su asociación con las repúblicas más poderosas de Oriente y Occidente lo iban a convertir en una succionadora de inversiones. Los apostadores más serios habrían necesitado veinte años más de buena letra para olvidar agravios y poner un morlaco en este país de incumplidores y trasnochados. Macri aprendió la lección dolorosamente y cuando el asunto ya no tenía remedio. Alberto Fernández y sus muchachos tuvieron una similar omnipotencia: en cuanto el justicialismo se hiciera cargo de la botonera, mágicamente la Argentina florecería. Creyeron incluso que podían apropiarse de los juzgados y las fiscalías, perpetrar indultos solapados y destruir la seguridad jurídica sin que la economía sufriera esos percances. Pensaron finalmente que era posible crear acuerdos de moderación mientras se radicalizaban, que fue como pretender adelgazar dándose atracones de grasas y harinas. Tal vez el fantasma de Gandhi se digne a susurrar en sueños al Presidente: "No hay que pactar con el error, aun cuando parezca sostenido por textos sagrados".
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