Mensajepor paisano » Sab Nov 30, 2019 9:14 pm
Me olvidaba, el tipo es bastante neutral, leean esta parte
¿Y qué ventaja entonces hay por ir por el lado tradicional del FMI y los bonistas?
No se puede hablar de ventaja. El estropicio ya está hecho y fue la errada política fiscal y monetaria de Prat Gay, Sturzenegger, Caputo y Dujovne. El resultado fue ir asustados a firmar acuerdos con el FMI que no se cumplieron.
Pero el FMI puso el dinero y Argentina se lo gastó. Y ahora tiene que devolverlo. Esa es la fase dos del problema, que no es un regalo y no sabemos cómo devolverlo. Volver a un préstamo del FMI, tal vez uno de facilidades extendidas, pero estos préstamos son a condición de reformas pro-mercado que al parecer no son las que está dispuesto a aplicar el nuevo gobierno. Se les puede pedir a Tesoros de otros países, China no es el único país del mundo que presta dinero, pero todo depende de las condiciones para su devolución.
Puertas afuera el mundo no es el mismo, se está desacelerando la economía mundial, no hay perspectivas de precios más altos para los commodities, no es tan sencillo. Y puertas adentro tenemos que rever cómo es que Macri deja una deuda inaudita. Es decir, que Argentina en un año y medio se haya gastado más de 44.000 millones de dólares no se vio nunca.
Sin embargo, Lacunza dice que el dinero del FMI fue a pagar vencimientos de deuda.
Sí, pero deuda contraída por el gobierno de Macri.
Realmente es muy difícil de aceptar que alegremente nadie haya rendido cuentas. Es un problema económico y también político. Creo que la nueva administración tiene que atacarlo con rigor, con seriedad y evaluar sí hay o no responsabilidades penales. ¿Para qué fue esa deuda? No ha habido una expansión de obras de infraestructura comparable a China o al milagro industrial brasileño de principio de los '70. No descarto que una mala praxis semejante amerite que se den explicaciones ante la justicia... todo el proceso de endeudamiento. Por ejemplo, los colocadores de la deuda no fueron licitados.
El gobierno dice que esa deuda fue para cubrir déficits heredados.
Pero menos de un tercio. Los primeros 16.000 millones de dólares son aplicables a la herencia recibida por el tema Griesa. El resto, fue déficit de la administración Macri.
¿Qué hicieron con ese dinero antes de que les cortaran el financiamiento? ¿Controlaron el gasto público? No. Al contrario, aumentaron la cantidad de ministerios, de gasto en consultoras, en asesores que nadie sabe qué hacen. O sea, ha habido mejoras en la transparencia en la obra pública, iniciativas para algunas provincias y municipios que se tradujeron en mejoras; pero el sendero no era hacia la solvencia fiscal.
Y cuando se cortó la canilla, se pasaron al otro extremo, un sobreajuste fiscal acompañado con un brutal ajuste al sector privado. Es decir pasaron de la irresponsabilidad fiscal con financiamiento externo, a un ajuste del déficit fiscal con el credit crunch, pero convirtiéndolo en credit crunch interno. Lo advirtió Guillermo Calvo el año pasado: un ajuste así aguanta mientras haya tolerancia social al ajuste del sector privado, cuando no haya más tolerancia, el programa vuela por los aires. Y voló por los aires el 11 de agosto de este año.
Pero el estropicio ya está hecho. Por lo que una de dos: o los acreedores nos dan una mano y aceptan una quita y postergación de vencimientos; o seguiremos con un festival de endeudamiento hasta el próximo default.