Clinty escribió:Vilcapugio y Ayohúma ocurren en 1813 o 1814 y Rivadavia llega al poder recién en 1826, qué decís? Es más, Rivadavia llega a Minitro de Martín Rodriguez en 1820 o 1821, todo eso es bien posterior al Ejército del NOrte. El que padeció el retaceo de víveres y provisiones de parte de Rivadavia fue San Martín cuando ya había conquistado y liberado a Perú, por eso y por los egos de Bolívar, es que se baja y renuncia a la campaña libertadora.
En cuanto a ambas batallas en sí, sobran los detalles sobre la mala planificación. Si investigás, te vas a dar cuenta que las tropas realistas estaban casi equiparadas en hombres y cañones y fusiles a las de Belgrano. Que si bien es cierto que no tenía la provisión que tuvo San Martin al ingresar a Chile, no menos cierto que tenía un equipo razonable. Lo que decís (el retaceo de provisioines y víveres) vale para su campaña al Paraguay, sobre ese aspecto no cabe hacerle reproches, porque lo enviaron a dar lástima.
En cuanto a Salta y Tucumán sí le reconozco los méritos. Pero como militar carecía de experiencia, que sí la tenía SAN Martín, un auténtico milico.
En cuanto a Guemes, un gran patriota, de quién el mismo Belgrano que lo tuvo a sus órdenes en el ALTO PERÚ con el Ejército del Norte, receleba por su indisciplina para guerrear (su táctica guerrillera con los Infernales del NOrte, sus guapos gauchos).
Lo resaltado , que es mío , resalta el ocultamiento de la Historia que hacen algunos sectores .
El "patriota" Rivadavia , enemigo confeso de Belgrano , tenía influencia en la política argentina desde el Primer Triunvirato en 1812 de quien fuera su secretario y gran influenciador ideológico .
Como prueba , cuando la noticia del izamiento de la Bandera llegó a Buenos Aires, Rivadavia se puso furioso y le escribió:
"La demostración con que Vuestra Señoría inflamó a las tropas de su mando enarbolando la bandera blanca y celeste, es a los ojos de este gobierno de una influencia capaz de destruir los fundamentos con que se justifican nuestras operaciones y las protestas que hemos anunciado con tanta repetición, y que en nuestras relaciones exteriores constituyen las principales máximas políticas que hemos adoptado. Ha dispuesto este gobierno que haga pasar como un rasgo de entusiasmo el enarbolamiento de la bandera blanca y celeste, ocultándola disimuladamente y sustituyéndola con la que se le envía, que es la que hasta ahora se usa en esta fortaleza, procurando en adelante no prevenir las deliberaciones del gobierno en materia de tanta importancia. El gobierno deja a la prudencia de V.S. mismo la reparación de tamaño desorden, pero debe prevenirle que esta será la última vez que sacrificará hasta tan alto punto los respetos de su autoridad y los intereses de la nación que preside y forma, los que jamás podrán estar en oposición a la uniformidad y orden. V.S. a vuelta de correo dará cuenta exacta de lo que haya hecho en cumplimiento de esta superior resolución".
La bandera que acompañaba esta "misiva" no era otra que la española, que el Triunvirato seguía izando en el fuerte de Buenos Aires, sede del gobierno (...).