Mensajepor quique43 » Lun Abr 03, 2017 7:00 pm
Hablando de aportar, èsta es una carta que diò que hablar publicada en La Naciòn de ayer domingo. Veamos cuàl ha sido la herencia de muchos gobiernos,
y còmo la "burrocracia", el estatismo, el gremialismo y la polìtica han ido desvirtuando lo que es el trabajo y la inversiòn, es un comerciante de Palermo, capital, que expone que quiere trabajar pero el SISTEMA NO LO DEJA, AL CONTRARIO LO FUNDE.
La carta completa:
Busco gremio
Tengo 32 años y un local de argentinidad en Palermo Viejo: Facón. Afuera flamea la bandera celeste y blanca, y adentro vendo ponchos, sillas, trabajos en cuero y otras artesanías. Los visitantes prueban vinos de las bodegas jóvenes con quesos del país, aunque no tengo cocina ni siquiera vendo un choripán. Viajo con mi camioneta a lo más profundo de la Cordillera y visito a los wichis en Formosa para comprar sus artesanías. Tengo un solo empleado, el resto lo hago yo solo. Me costó mucho habilitar el negocio por "vender alimentos": mil regulaciones de la CABA. Pago impuestos y tasas municipales: ingresos brutos, impuesto al cheque e IVA. Aporto al Sindicato de Comercio (SEC), a la Federación de Empleados de Comercio (Faecys), al Instituto de Capacitación para el Comercio (Inacap), al seguro de retiro obligatorio La Estrella y cumplo con la desinfección obligatoria, sólo con las carísimas empresas habilitadas. Tengo reclamos pendientes de Sadaic y de AADI Capif por la música que pongo, bajita. Además de los trapitos en la calle, los grafitis en la fachada y los eventuales robos, entran inspectores verdaderos y falsos, pedigüeños varios, como los recolectores que venden sus bolsas de residuos "más baratas que en el supermercado".
Hoy bajo la guardia: recibí una intimación del abogado de gastronómicos (Uthgra) reclamando el pago del seguro de vida y sepelio, el fondo convencional obligatorio, la "contribución especial" y la caja solidaria. También aportes a la obra social de su gremio (Osuthgra), bajo apercibimiento de ejecución y embargo. No está en mis planes pagar además un abogado. ¡Mis amigos artesanos de Catamarca, La Rioja, Formosa, Chaco y Corrientes no deben ni imaginar los obstáculos para vender sus productos en Buenos Aires! De cada poncho, todos quieren un pedazo, quedan sólo las hilachas.
¿Deberé tirar a la calle las mantas y las sillas materas, como lo hacen con la leche y las manzanas? Yo también quiero un gremio para que me defienda.
Martín J. Bustamante