Mensajepor adxrsi » Mié Jun 15, 2016 11:57 pm
El poder de la estupidez.
¿Alguien creía seriamente que en la Argentina se había acabado el afano?
Pues, la gilada es conducida como borregos sólo planteándoles que por un lado hay honestos y por el otro hay chorros.
El Estado nacional tiene no menos de diez mil funcionarios en un nivel suficiente para disponer de presupuestos asignados, gestionar contratos, compras y decidir licitaciones.
De los cuales hay una parte que son políticos y otra, de carrera.
La mayoría agarra alguna coima.
No sólo un Secretario de Estado.
Directores, subdirectores, asesores, jefes de área, inspectores, vistas de aduana y hasta el control de emisión de credenciales de conductor.
No menos de un tercio de esas licencias en la Argentina están tramitadas con coima, y cada día pasan en Ezeiza cientos de miles de dólares de contrabando desde hace cincuenta años.
Siete de cada diez infractores de tránsito detenidos en un control le ofrecen dinero al policía paa evitar la multa.
Hoy todos están comentando la payasada de inteligencia de Josecito Lopez, sorprendido con nueve palos verdes, euros, rupias, billetes del estanciero, relojes, consoladores, un arma parecida a la del tirador de Orlando y una pu** atada con una pelota en la boca, guardada en el baúl.
Y le eligieron a la abogada "hot" para que lo represente.
Los fajos de billetes eran sellados cuidadosamente luego de ser contados, con la leyenda "Stiuso".
Y algunos zonzos, felices, satisfechos por haber descubierto que ellos fueron beneficiarios de doce años de prosperidad mas no son ningunos giles y siempre dijeron que son todos chorros, salen a decir el "se robaron todo" y a hacer cuentas a ver cuánto más falta.
Cuentas.
¿Quieren hacer cuentas?
Bueno, hagamos cuentas.
Cuando se incrementó el PBI y se redujo la deuda a niveles de los más bajos entre todas las naciones, ¿cuántas valijas se llenaban?
Cuando Moreno imponía trabas a los empresarios para que no pudieran rapiñar como ahora y el pueblo pudiera consumir más, ¿cuánto daba la cuenta?
Cuando el control sobre la estadística pública evitó que el CER, directamente vinculado a la variación del IPC, valorizara los bonos de deuda en algo cercano a cuarenta mil millones de dólares y miles de deudores hipotecarios con tasas atadas al CER salvaron sus casas, ¿cuánto daba el balance?
Cuando se construyó la sede del Ministerio de Ciencia, ¿cuánto?.
Cuando se inauguraron doce universidades públicas gratuitas, ¿cuánto?
Cuando se jubilaron dos millones de trabajadores que no tenían aportes, ¿cuánto?
Cuando teníamos superavit fiscal y comercial durante ocho años y enfrentamos la peor crisis mundial en ochenta años sin despidos masivos ni ejecuciones inmobiliarias, como en España y EEUU, ¿cuánto?
¿Hay alguna proporción de cifras?
Pues, nosotros votamos gobiernos por esas cuentas.
Y deberíamos asumir que somos un pueblo tan chorro, tan trucho, tan carente de valores, tan individualista, que deberemos pagar todo eso asumiendo las coimas y afanos de miles de funcionarios. Miles, no uno.
Es decir, lo harán igual, sea que firmen el Megacanje o sea que rechacen el ALCA y renegocien la deuda ahorrándonos cien mil millones de mangos.
Mas en el segundo caso, la diferencia a favor es tan grande que nos consuela de nuestra propia miseria moral.
Bueno, esperen.
Porque si les gusta hacer cuentas, se vienen tiempos buenísimos.
Este gobierno que votó el argentino indignado por las coimas, el que quiere un "cambio", ya redujo drásticamente los salarios, despide trabajadores, nos ahorca con las tarifas, el que tiene en funciones a empresarios enriquecidos robándole al Estado con la obra pública o robándole al pueblo con sus truchadas de precios, el que nos dice que "todos los argentinos tenemos guita afuera", les va a dar para hacer millones de cuentas.
Todas a pérdida.
Adivinen cuántas valijas y bolsas se necesitan para contener veinticinco mil millones de dólares y cien mil millones de pesos.
Bueno, eso es lo que ya nos embocó este gobierno en seis meses, sin contar con lo que se están afanando todos los funcionarios.
¿Cuántas valijas y fajos serían los sobreprecios que nuestro Ministro de Energía le pagó a British Gas, empresa propiedad de Shell, de la cual él es gerente y tenedor de acciones?
Pues, centenares de millones en una sóla operación a seis meses de asumir no parecen generar escándalo.
Nueve millones y una carabina, en cambio, producen una revolución moral que blanquea a todos los opinantes.
El gobierno kirchnerista les dió satisfacción y felicidad a millones de argentinos que pudieron vivir mejor.
Lopecito les dió satisfacción y felicidad a quienes desean sentirse menos inmorales viendo como otros roban.
El macrismo les dará satisfacción y felicidad a quienes siempre dijeron que este es un país de mie***.
Festejen.
Todavía queda mucho por afanar.