La propia Cristina Kirchner bendijo el método. Cuando Galuccio y Kicillof realizaron el acuerdo de YPF con Chevron, lo hicieron, como reveló LA NACION en mayo de 2014, a través de dos sociedades offshore: Chevron Overseas Finance I Limited, radicada en Bermuda, e YPF Shale Oil Investment I LLC, radicada en Delaware. Dos paraísos fiscales.
Los kirchneristas reprochan a Macri un pecado que ellos le hicieron cometer a una empresa del Estado. Siempre en nombre de la soberanía. Un caso, diría Borges, de "esa lógica peculiar que da el odio".

