Mensajepor Vanpeero » Dom Sep 06, 2015 9:37 pm
El dia que river abandonó contra boca en el primer superclasico de la historia de la era profesional
El 20 de septiembre de 1931 quedó grabado no sólo como la
fecha del primer superclásico de la era profesional, sino también como
uno de los primeros hechos concretos en donde se perfilaron algunas
tendencias que iban a acompañar a los dos equipos más grandes del fútbol
argentino a lo largo de toda su historia. Y haciendo un esfuerzo por
ser lo más objetivos posible, hay que reconocer que a excepción de algún
arañazo que sí ocurriría setenta y tres años después, el rival hizo
todo lo posible para no seguir el partido.
El clásico, jugado en la vieja cancha de Boca sobre el final de la
primera rueda, mostró un marco imponente donde el público buscó su lugar
muchas horas antes del comienzo. No podemos asegurar si esa cancha
latía o no, pero el desborde de hinchas evidentemente puso algo
nerviosos a los jugadores rivales. Y eso que la tarde había arrancado
píntada de rojo y blanco gracias a un tanto de Peucelle que puso un gol
arriba al visitante.
Todo transcurrió bastante normal hasta llegar al minuto treinta,
hora del caos. Ante un penal sancionado a favor de Boca, los jugadores
de River rodearon al árbitro y protestaron el fallo durante un rato
largo. No tenemos el dato concreto de si hubo cacareo, pero el llanto
fue tal que la ejecución del penal se dilató más de lo previsto.
Mientras tanto y para matizar la espera los policías, conscriptos y
marineros se pusieron a patear penales en el arco.
Restablecida la calma, Francisco Varallo tomó carrera, remató y su
disparo fue contenido por el uno millonario. Pero con la redonda todavía
picando cerca de la línea, Pancho demostró entender cómo se juegan
estos partidos, y se lanzó sobre la pelota tirándose con alma y vida
para empujarla al gol. Según cuentan, se tiró a lo bestia, sin medir
consecuencias en el choque con el arquero Iribarren. ¿Pero cómo hay que
ir a buscar una pelota así? ¿En puntas de pie y pidiendo permiso?
Con el gol convalidado por el juez, y los jugadores e hinchas de
Boca festejando, se desató la locura. Los jugadores de River corrieron
al árbitro y lo roderon pidiendo ahora foul de Varallo. Hubo empujones,
insultos, algún manotazo y hasta corridas que obligaron al juez a tomar
medidas concretas: tres jugadores de River expulsados. Pero los tipos,
empecinados en dar un curso acelerado de histeria, se negaron a irse a
las duchas. Tras varios minutos y viendo que la negativa a acatar la
orden del juez seguía firme, el árbitro no tuvo otro remedio que
suspender el partido a los 32 del primer tiempo. Un bochorno.
El Tribunal analizó los hechos con posterioridad, y no le tembló el
pulso para impartir justicia y darle el partido por ganado a Boca 1-0.
El once boquense que fue testigo directo de tanto nerviosismo millonario
fue: Fossatti, Ludovico Bidoglio, Mutis, Moreyras, Spitale, Suárez,
Penella, Varallo, Vargas, Cherro y Alberino.