El crucial rumbo de las expectativas
Los economistas Pablo Guidotti y Andrés Neumeyer efectuaron un interesante análisis sobre la relación íntima entre el stock de reservas y el nivel de los depósitos. En el sitio de internet Foco Económico, los economistas de la Universidad Di Tella destacan que la única solución pasa por dejar flotar la moneda al mismo tiempo que implementar un programa fiscal y monetario para combatir la inflación. A continuación, los puntos salientes del artículo:
Recientemente el Gobierno ha tomado varias medidas tendientes a encarecer el acceso del público a los dólares del Central (medidas económicas destinadas a encarecer el turismo y la compra de autos importados) y ha salido a endeudarse en busca de dólares (YPF, cerealeras). Al 6 de diciembre pasado, las reservas internacionales del BCRA ascendían a u$s 30.467 millones. Parte de estas reservas están atadas a pasivos monetarios de dicha entidad ya que respaldan los depósitos en dólares en el sistema financiero argentino. Si un depositante quiere hacer un retiro en dólares de su cuenta bancaria en esa moneda, su banco se lo paga con los dólares que tiene depositados en el BCRA. Éstos son pasivos a la vista del BCRA, al igual que los CEDIN, y ascienden a u$s 9.467 millones.
La política anunciada por el Tesoro Nacional para pagar los vencimientos de la deuda externa pública con las reservas del BCRA también genera un pasivo implícito del BCRA. Desde hoy hasta el fin del mandato de Cristina de Kirchner en 2015 hay vencimientos por aproximadamente u$s 12.000 millones. Sumando los pasivos monetarios del BCRA (u$s 9,467 millones) y los pasivos en moneda extranjera del Tesoro nacional (u$s 12.000 millones) llegamos a la conclusión de que, en la práctica, el BCRA debe u$s 21.467 millones. Por lo tanto, las reservas internacionales del BCRA netas de estos pasivos son sólo u$s 9.000 millones.
En promedio, la pérdida de reservas en 2013 fue de aproximadamente u$s 100 millones por día hábil. Hagamos ahora el experimento mental de pensar qué pasaría si el BCRA sigue perdiendo reservas al ritmo de 100 millones por día hábil. En 90 días hábiles habrían en el BCRA u$s 21.467 millones.
Los depositantes, viendo el balance del BCRA y los pasivos del Tesoro nacional se darían cuenta de que si no se llevan todos los depósitos en dólares de sus cuentas en ese momento pueden quedarse sin nada. Esta corrida a los depósitos en dólares podría contagiarse a los depósitos en pesos, generando una crisis financiera.
¿Cuáles son las conclusiones que podemos sacar de este simple ejercicio?
Primero, y contrariamente a la visión convencional, la actual situación económica (o financiera) puede tornarse rápidamente insostenible si no se toman medidas que reviertan el drenaje de reservas.
Segundo, la imposición del cepo cambiario no evita una eventual corrida contra las reservas. La presencia de depósitos bancarios a la vista denominados en dólares genera un mecanismo de posible fuga de divisas similar al que ocurriría en un régimen de tipo de cambio regulado y libre movimiento de capitales.
Tercero, la posible dinámica de las reservas en los próximos meses dependerá crucialmente de las expectativas. En este contexto, medidas como el impuesto a los autos y el aumento de las percepciones sobre los gastos de tarjeta en el exterior no ayudan a mejorar las expectativas.
El problema no es en qué gastan los argentinos, sino que el BCRA emite demasiados pesos y el público tiene razones crecientes para pensar que el valor adquisitivo del peso se deteriorará. A menos que el Gobierno entienda el mensaje que le está enviando la realidad, la Argentina tendrá una vez más una crisis financiera. La política ideal para lidiar con este problema, en nuestra opinión, sería dejar flotar la moneda al mismo tiempo que se anuncie un programa monetario y fiscal para combatir la inflación. Veamos qué es lo que elige el Gobierno.
Gentileza de otro barrio
http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=721731