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Gobierno ya piensa pagar deuda con reservas también en 2011
El sistema le funcionó al Gobierno: tras cinco meses de disputas en el Congreso, nada indica que la oposición pueda lograr algún camino para derogar el DNU del Fondo de Desendeudamiento. Es un triunfo que prueba que ganar tiempo y estirar los reglamentos al límite del infarto puede tener su rédito, aunque en realidad no parece que el kirchnerismo sepa solucionar conflictos de otra forma. Sobre esa base ya no se discute en el oficialismo sobre la vigencia del decreto para seguir pagando deuda a bonistas por u$s 4.380 millones durante este año. El plan que ya se discute en la Casa Rosada es cómo se deberá replicar el mecanismo para cancelar pagos en 2011, cuando los vencimientos son más abultados.
Cristina de Kirchner tiene los números sobre su despacho desde hace tiempo. Sabe que el año próximo necesitará dos Fondos del Bicentenario para cubrir el plan de deuda. Es decir, si la cuestión, como ya se prevé, no se incorpora al Presupuesto 2011, el futuro DNU (sea como se llame entonces) no podrá ser inferior a u$s 8.300 millones.
En el Congreso, la pelea por las reservas no fue gratuita para los propios kirchneristas. Pero a pesar de que los bloques quedaron extenuados, Agustín Rossi y Pichetto ya saben que volverán a tener otro verano complicado.
A pesar de haber logrado su objetivo, Pichetto en especial tiene desde ahora por delante un panorama más complicado. La situación interna del bloque kirchnerista en el Senado no es la mejor, en medio de reclamos a los que ahora se sumará la presión que le puso el pampeano Carlos Verna al reconocer que le aportó su firma salvadora al dictamen oficial de ratificación por ley del DNU a cambio de aliviar financieramente a su provincia. Que los senadores voten o no ese proyecto la semana que viene ya poco importa: el DNU seguirá vigente durante todo el año ya que la oposición no puede reunir número para rechazarlo en el Senado, ni quiere tratar la ley en Diputados. De ahí que el mecanismo ya se estudie para 2011.
Problemas solucionados
El pampeano Verna solucionó dos problemas: le dio al Gobierno no sólo un dictamen de su proyecto para ratificar por ley el DNU de Cristina de Kirchner, cerrándole así a la oposición cualquier opción para derogar el polémico decreto, y, al mismo tiempo, se consiguió para su provincia casi $ 690 millones en deudas que mantenía la Nación. Volver a La Pampa en esas condiciones lo pone casi en categoría de héroe.
La negociación no fue simple, pero el pampeano lo consiguió, aunque a un costo altísimo para el Gobierno: de ahora en más, a Pichetto le costará muy caro convencer a los propios para aprobarle leyes al Gobierno.
La situación de Verna es la misma que viven casi todas las provincias. El universo de deuda que mantienen los gobernadores con la Casa Rosada trepa hasta los $ 110.000 millones. Ese monto viene de la crisis de 2001 y derivó en lo que hoy se conoce como Programa de Asistencia Financiera, por el que la Nación se hizo cargo de la refinanciación de la deuda de provincias.
La edición 2010 del PAF aún no está firmada, por lo que el Gobierno ya descuenta a provincias las cuotas de esa deuda. Otro terreno fértil para negociar.
A esos conflictos deben sumarse las deudas que las provincias le reclaman a la Nación que, en muchos casos, como Córdoba, San Luis, Catamarca, Santa Fe y Chubut, terminaron en la Corte Suprema. Hay otros rubros, como el que ayer reeditó el chubutense Mario Das Neves, al volver a reclamarles a los Kirchner $ 300 millones por obra pública incumplida en su provincia.
Con ese escenario hay margen de sobra para cientos de negociaciones entre oficialistas y su propio Gobierno a la hora de aprobar leyes. Es cierto que el problema que le solucionó Verna a Cristina de Kirchner fue grande, cerrando cinco meses de crisis institucional al despejarle finalmente el horizonte al Gobierno, pero el precio quedó fijado y los senadores ya hacen cola para calcular sus próximos pedidos.