profiterol escribió:De nada, amigo luchotango. Aprovecho para recordar lo siguiente:
En marzo de este año murió Elisabeth Noelle-Neumann, creadora de la teoría de la espiral del silencio cuya hipótesis primaria es que que la mayor parte de las personas tiene miedo de manifestar opiniones y aislarse del grupo de pertenencia. Así, en principio identifican la idea mayoritaria ( o la que interpretan como tal ) y se suman.
En palabras de la autoria ( citadas enWilkipedia) : “el resultado es un proceso en espiral que incita a otros individuos a percibir los cambios de opinión y a seguirlos hasta que una opinión se establece como la actitud prevaleciente, mientras que la otra opinión la aportarán y rechazarán todos, a excepción de los duros de espíritu, que todavía persisten en esa opinión. He propuesto el término espiral del silencio para describir este mecanismo psicológico”
En el blog que cito ( donde. reitero,hay una gran cantidad de opiniones con las que no estoy de acuerdo) , claramente se cuestiona la reponsabilidad de la dirigencia "revolucionaria", que llevó a enfrentarse con fuerzas armadas organizadas a una multitud de jóvenes inexpertos. Eso yo lo observé en su momento, lo vi venir, y tuve la suerte que, bajo el amparo de Dios, me retiré de lo que hubiera sido un sacrificio inútil, una especie de ritual del suicidio o la emigraciòn, como le paso a muchos de mis conocidos.
Esa denuncia, que conlleva la de la práctica de una necrofilia política inmoral, puesta, para colmo, al servicio de la creaciòn de una nueva oligarquía, utilizando los recursos de Estado para ello, implica salirse de esa espiral.-
Por otra parte, Eduardo Linares tiene una prosa densa y conceptual, que da gusto leer. Me parece que en la diversidad de opiniones, cuando son fundadas y no mera propaganda, crece la libertad intelectual, que , en definitiva es lo que hace de la democracia un sistema para que los individuos y las sociedades avancen.
Todas estas operaciones de "inteligencia", que estamos viviendo, y de propaganda y disputa política nadando en la sangre de inocentes, trabajadores, jóvenes idealistas como Mariano Ferreyra, policías acribillados sin compasiòn, son la negación del sentido de lo que es una democracia republicana, con un final incierto además de un presente luctuoso.-
En este juego la ausencia de Estado en algunas cuestiones elementales.como lo es la seguridad pública ( que bien recuerda Loom) y su presencia excesiva en la propaganda, no es producto exclusivo de la incuria , sino también de una reiteraciòn histórica del intento de poner a la Patria de rodillas y forzar a la mayoria de la poblaciòn a aceptar la dictadura de burocracias polìticas al servicio de sí mismas.
No es la hora de hacerse el distraído, sino la de de recordar la siempre vigente idea traída al foro por AKD: "Los políticos se pelean no por pensar distinto, sino porque quieren lo mismo" Juan Bautista Alberdi.
La democracia es un bien precioso y su custodia debe estar en la gente, básicamente, sin delegar en los polìticos otra cosa que no sea un mandato temporal.-
La Espiral de Silencio es la Cobardía a Pensar por uno mismo, en lugar de seguir al Rebaño, con sus Apotegmas de Moda y Ocasión, adhiriendo a figuras sacrosantas y categorías en apariencia irrefutables. El temor al rechazo y la incapacidad de sostener la propia convicción, para lo cuál, como un Veleta, se adhiere a las corrientes de opinión de moda, hoy de un color, mañana de otro, porque lo que importa es el sentido de Pertenencia al grupo de opinión mayoritario. Si las encuestas dicen esto, pués yo debo pensar y opínar lo mismo.....o también, otro defecto que surge a menudo, es la pseudo ecuanimidad, ni chicha ni limonada, flotar, qeu en realidad no es bueno pero tampoco malo, que todo es relativo según la óptica con que se lo mire y que lo que para vos es blanco, para el otro es lícito qeu sea negro ya que todo es subjetivo y por ende, ni 2 + 2 alcanzará unanimidad para llegar a ser 4. Todo es opinable. Enturbiar las aguas para que parezcan profundas (Nietzsche).
Por eso Nietzsche es un Filósofo Luminoso, un Iconoclasta que no dejó tótem o tabú sin demoler y el cuál hasta para las verdades más amargas, siempre buscó condimentarlas con algún chascarrillo.