chewbaca escribió:De esa época venían sus teorías más bien simplistas sobre la relación entre el
físico de las mujeres y sus aptitudes para el amor. Desconfiaba del tipo sensual, las que
parecían capaces de comerse crudo a un caimán de aguja, y que solían ser las más
pasivas en la cama. Su tipo era el contrario: esas ranitas escuálidas por las que nadie se
tomaba el trabajo de volverse a mirar en la calle, que parecían quedar en nada cuando
se quitaban la ropa, que daban lástima por el crujido de los huesos al primer impacto, y
sin embargo podían dejar listo para el cajón de la basura al más hablador de los
machucantes.
tal cual, hay un dicho que dice " la suerte de la fea la linda la desea" pero por lo visto no es solo suerte