9.3.2015 El poder queda en familia
Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, ha nombrado canciller a su esposa, y asesores a cuatro de sus hijos
Daniel Ortega, a la izquierda, y su esposa, Rosario Murillo, con el ministro de Defensa de Rusia. / EFE

Para los analistas, la decisión de Ortega de nombrar a esposa e hijos para cargos públicos, violando la Constitución y las leyes de probidad del país, se enmarca en una larga tradición de nepotismo que nació con la conquista española, y que alcanzó su máxima expresión durante la dinastía somocista, cuando el poder se pasó, durante más de 40 años, de padre a hijo y se repartió entre hermanos.




