Febo escribió:Con las AFJP podemos discutir la "filosofía" del sistema, con la que estoy de acuerdo. Pero con el súper control que tenían desde el estado sumado a las cuestiones legales (un error podía tener implicancias penales), hacían que no se lleven un peso más de lo que le correspondía por ley. Lo sé de cerca. Podemos discutir si está bien o mal el sistema o lo que le correspondía por ley, pero fraudes era MUY jodido (eran MUY auditadas y cualquier chanchullo implicaba poner guita o ir en cana). Distinto es las compañías de seguro, ahí si puede haber fraude.
-Un dato sobre el que nadie habla y está tapado por un espeso manto de silencio, es la forma ilícita en que muy rápido se enriquecían los gerentes de inversiones de las AFJP, mediante las comisiones que cobraban (previa reunión de acuerdo entre ellos, sobre la futura estrategia a desarrollar en equis tiempo) por avisar a los grandes operadores que acciones o bonos iban a comprar o vender.
-Esa operatoria bursátil basada en tal información privilegiada, consistía en adquirir opciones sobre los papeles a comprar; y operar en descubierto con papeles alquilados, sobre los que se iban a vender. Linda estafa legal a la buena fe de todos los inversores bursátiles argentinos. Quienes aún apoyan a las AFJP, sáquense la venda ocular.
-Otra hermosa historia de este realismo mágico argentino: cada mañana Pablo S. el portfolio manager de Renta Variable y Rendimiento Garantizado de la ex SIEMBRA AFJP, hablaba brevemente por teléfono, pero sin usar la línea del trabajo (que graba las conversaciones). Pablo llamaba con su celular a su agente de nombre “Cabello” o “Dios sol egipcio + Bello" Sociedad de Bolsa, ordenándole comprar determinadas acciones internacionales en el mercado local (Cedears).
-Pablo compraba sin titubear y se sentaba a esperar. Si a lo largo del día las acciones daban ganancias, se desviaban a terceros relacionados con los operadores; si daban pérdidas, pasaban a engrosar los fondos de las AFJP (iban para los jubilados). Frente a las pérdidas usaba las líneas oficiales.
-El 6 de octubre del 2000, SIEMBRA AFJP compró 128.000 cedears de la especie ERICCSON a un precio promedio de $ 7,89, por un monto de 1.009.950 pesos (recordar la convertibilidad 1 a 1). La orden de compra clandestina para “Cabello” salió muy temprano, fue a las 10.50. El registro oficial de esa misma orden, que fue grabado en la línea de tierra (convalidando la compra) fue a las 15.15. Ese día, por supuesto que adivinaron, la acción bajó.
-La idea era simple y burda: si la acción bajaba, la había comprado SIEMBRA para su Fondo, con lo cual el “mal negocio” lo habían hecho sus aportantes (esa AFJP tenía 446.000) trabajadores que ahorraban para su jubilación. Pero si la acción subía, otro era el comprador y se llevaba la ganancia. Se preferían los valores transados en Nasdaq, por la mayor volatilidad de sus precios, lo que permitía esperar mayores beneficios en pocas horas, en caso de tener la acción un curso favorable dentro de su tráfico intradiario.
