Un debate agotado
Eduardo Aliverti
La semana política fue concluyente para redondear la interpretación del 14 de
agosto, y tal vez para certificar lo que ocurrirá en octubre.
Es tan así que basta con recorrer las principales notas de opinión, entrevistas,
títulos y coberturas de los medios opositores. Al margen de la militancia denuncista
en que continúan emperrados, con mucho más de manipulación que de fortaleza
probatoria, nunca fue tan ostensible el abatimiento de ese sector periodístico. Incluso
ya podría hablarse de rotundez crítica, ante un arco dirigencial opositor que no puede
parar de mostrarse impresentable.
Lo antedicho no obsta que los odiantes del oficialismo persistan en sus excusas
de amparo. Es mujer, viuda-actriz en vigencia, linda y con una capacidad de verso
que impresiona a la gilada. Le tocó uno de los mejores momentos del mundo para los
países emergentes. Se compran a los negros que no quieren trabajar, con planes
sociales. La gente ve lo que pasa en España y se cree que es mejor estar acá. Los
superávits gemelos pueden desaparecer si explota la crisis internacional, pero nadie
entiende qué quiere decir sobrante comercial ni fiscal, ni PBI, ni emisión monetaria.
Se chorean lo que sea y es como con Menem, roba pero hace. Hay crecimiento pero
no desarrollo. Te toman por ****** con la inflación. Vas a la esquina y no sabés si
volvés vivo. Son guerrilleros reciclados que quieren vengarse. Se están cargando a
Clarín, yo soy apolítico pero esto es como la dictadura. Es necesario el equilibrio en el
Congreso. Ella ahorra en dólares, hay que ir a Calafate, es la dueña de todo el pueblo.
Son peronistas, qué querés. Acá lo que hace falta es educación. Es bipolar. Son como
las juventudes hitlerianas. No estaba en el cajón. ¿Vio la guacha de Bonafini?
Conviene ser piquetero. Vos hablás así porque te paga el Gobierno. ¿Cuánto gasta la
yegua en zapatos y carteras?
Adentro. Aceptado, pero con el
pequeño problema de las alternativas. El hijo de
Alfonsín menta en público un complot de Cobos. De Narváez le pide a los radicales,
sus aliados, que alguna vez en la vida se decidan por algo. Mientras, negocia con El
Alberto a la par de preguntarse quién habrá sido el oligofrénico que le recomendó un
intento de suma con el radicalismo. La esposa de Duhalde se olvida el nombre de la
empresa que según El Padrino fraguó el resultado electoral. Ernesto Sanz, titular
partidario de la UCR y tirador de toalla profesional, habla bien del jingle mendocino
que relativiza votar en contra del vencido de Chascomús. Los cocoliches llegan al
único acuerdo de fiscalizar las mesas de octubre en conjunto, para que quede bien
claro que se mantendrán unidos durante el velatorio.
Binner habla de que el partido socialista es la opción del siglo XXI;
lo fustiga la vicegobernadora provincial con
quien comparte alianza y Ricardito, que presenta un libro acerca de la evolución
desarrollista y no junta cien personas de su propio partido, indica que el santafesino
no tiene vocación de poder. De Pino no se sabe si volvió de Venecia. Morales Solá, en
TN, la mira a Chiche, que circunspectamente advierte sobre un fraude escandaloso,
con cara de “usted no estará hablando en serio, ¿no?”. Y la mística vuelve de Méjico
para ni siquiera toparse con alguien que le pregunte si es feliz. Gracias si suma el
intendente porteño, que propone la utopía de trasladar su gobierno de avenida
Rivadavia al sur.
Si a un lado hay presencia y gestión comprobables, y al otro
una sucesión de
sketchs que le hacen la campaña al oficialismo,[/u] de ser por las elecciones
presidenciales no se advierte que haya mucho más para decir.
MARCA DE RADIO, sábado 10 de septiembre de 2011.
http://www.marcaderadio.