Carta de Cipriano Reyes a Juan Perón
“Señor presidente electo de la república por el Partido Laborista, general Juan D. Perón.
”Hace pocas horas, día 23 de mayo, usted termina de romper amarras, intempestiva y públicamente, con el laborismo, a través de un “ordeno y mando”, como si lo hubiera hecho el zar de Rusia o el mismo Calígula, emperador de Roma.
”Desconoce el movimiento que lo llevó al poder porque teme que el mismo le exija la realidad de ese mundo mejor que le hemos prometido al pueblo y al país. Desea destruirlo de toda acción comprometida, pero se cuida bien de quedarse con sus banderas, que representan la doctrina democrática, cristiana y humanista del laborismo con su programa de reivindicaciones sociales y de emancipación de los argentinos.
”Lo hace para que los trabajadores y el pueblo sigan creyendo en su utopía, e ignorando al mismo tiempo que usted jamás pondrá en sus manos ese mundo de paz y libertad que les hemos prometido.
”Su ambición era llegar… y ha llegado. No le importa lo que deja detrás suyo, lo que hiere, lo que destruye, ni las cosas de que se ha valido para “escalar la montaña”. Ahora está en la cima, y desde allí arroja al precipicio a los amigos que lo ayudaron a subir. Usted no desea compartir el triunfo con nadie, y mucho menos con los que lo sacaron de la cárcel el 17 de octubre.
”Nada lo detiene porque su demagogia es tan auténtica como su falta de respeto a la dignidad y a los derechos de los demás. Su ambición no es ser el líder, ni el conductor político, sino el amo de la República, para convertir a sus turiferarios y sus creyentes en su rebaño predilecto.
”Desde esa noche fría y nebulosa del 23 de mayo usted, señor presidente, desvió el cauce de la revolución popular y nacional que el país anhelaba, convirtiendo a sus adláteres en un conglomerado amorfo, sometido al servilismo, lo que tarde o temprano le provocará la corrupción, como a Hipólito Irigoyen, aunque éste fuera un demócrata.
”Los que hemos llegado a conocerlo sabemos cuales son sus pensamientos y hasta donde puede imponerse con sus intenciones… usted invoca a Dios solamente para sacarle provecho a su ambición y no porque crea en su existencia, pero yo ruego que El lo ilumine para que pueda realizar el bienestar de los argentinos, y para que nunca más se repita con el pueblo lo que usted termina de hacer con el laborismo.”Nosotros, Dios mediante, y sin duda alguna, seguiremos luchando de pie y sin claudicaciones, por el Mundo Mejor que todos anhelamos.
”De mi parte, hágale saber que me incorporaré a mi banca de diputado nacional, sosteniendo lo que usted, señor presidente, arrojó a la clandestinidad: el laborismo.
Cipriano Reyes - 27 de mayo de 1946
Esta carta la cita Eduardo Linares en su blog. 65 años después sigue vigente.-
En el blog aparece un "diálogo de invierno", entre un participante anónimo que remitió un "requiem para la Nación" y Linares. Dos escépticos pero respecto a cuestiones distintas, como puede ser la conciencia del pueblo o el sistema de representaciòn. Interesante cambio de ideas. Como siempre aclaro no estoy de acuerdo con muchas de las apreciaciones de Linares, pero reconozco que sus ideas no son prestadas y mucho menos alquiladas.-
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