Es increible la cantidad de pavadas que se escriben de la soja y la hipocresía con que se habla del tema.
La soja por sí sola es lo que permite que el país esté de pie, y los más agradecidos tienen que ser los K, ya que si no fuera por la soja hace tiempo habrían dejado el poder en medio de una crisis económica fenomenal.
Hagamos un ejercicio práctico muy sencillo (simplificado pero representativo de la realidad): cosecha estimada 2010 53 millones de toneladas, precio por tonelada U$S 357, producción que se exporta 95%, retenciones a exportaciones de soja 35%. Conclusión: recaudación por exportaciones de soja aprox. U$S 6.300 en el año, además del resto de impuestos. Y así aprox. desde el 2003 a hoy.
Supongamos por un momento que la soja no existe. Los productores destinarían sus tierras a otra actividad, que si bien paga una alícuota de retenciones inferior (si es que la paga) le produce menos ganancias. Es decir, el estado no solo recauda menos retenciones, sino también menos ganancias, menos IVA, menos de todo. Encima el productor gana menos, con lo que el efecto multiplicador de su ganancia disminuye.
Imaginen que si este gobierno está con grandes problemas fiscales con toda la guita que sacó gracias a la soja, sin soja ya no existiría.