Adhiero x1000 por supuesto . . Argie no se merece esos dirigentes . . se merece la basura hipócrita que tiene . .
Actualidad y política
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Re: MI PÉSAME, DESDE AQUÍ
Adhiero x1000 por supuesto . . Argie no se merece esos dirigentes . . se merece la basura hipócrita que tiene . .
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Re: Actualidad y política
stolich escribió: ↑Le pidieron que enumere algunos éxitos palpables de la actual gestión de Gobierno. Y el cofrade sin mosquearse se despachó con una extensa lista de "38 "
Si 38 logros , y con apoyatura de certeros datos y cifras. Este buen hombre es un genio, ¿Cómo hace para registrar y exponer tantos logros? Yo creo que ni el león ni Adorni, ni sus colaboradores, podrían mencionar ni la tercera parte de todos esos datos que expone. Creo que estamos en presencia de un "genio" . Me recuerda al personaje de Borges: "Funes el memorioso", que tenía una memoria y capacidad prodigiosa de retener cualquier dato, cifra o hecho.-
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a mi lo que mas me sorprende es que usted sepa que son 38, los conto?
yo empece la lectura y para arrancar me encontre con este:
"Eliminación del déficit fiscal"
listo, dije, no puedo seguir consumiendo esa porquería y me puse con otra cosa...

Re: Actualidad y política




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Re: Actualidad y política
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Re: Actualidad y política
Elecciones en Venezuela EN VIVO: El ex presidente colombiano Iván Duque llamó a los venezolanos a votar para “expulsar al dictador” Maduro
El ex mandatario sostuvo que este 28 de julio hay dos opciones, “el triunfo contundente del pueblo o el robo flagrante por parte de Nicolás Maduro”, y por ello los instó a defender su voluntad en las urnas
https://www.infobae.com/venezuela/2024/ ... n-caracas/
El ex mandatario sostuvo que este 28 de julio hay dos opciones, “el triunfo contundente del pueblo o el robo flagrante por parte de Nicolás Maduro”, y por ello los instó a defender su voluntad en las urnas
https://www.infobae.com/venezuela/2024/ ... n-caracas/
Dejen de romper los huevo$
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Argentina pidió que le den por ganado el partido contra Marruecos tras el escándalo y las agresiones
Ya ni siquiera Empate, queremos que por escritorio (Tipo RiBer) lo den por ganado
El problema es MASCHERANO QUE no GANA UN PARTIDO NI DE CASUALIDAD.
AHORA INGLATERRA VA A PEDIR QUE ANULE EL GOL DE MARADONA CON LA MANO.

Cuando Jorge Batlle llamó a los argentinos “una manga de ladrones”
El expresidente de Uruguay, muerto a los 88 años en Montevideo, eternizó en 2002 una frase que aún resuena en Buenos Aires
Argentina pidió que le den por ganado el partido contra Marruecos tras el escándalo y las agresiones
Ya ni siquiera Empate, queremos que por escritorio (Tipo RiBer) lo den por ganado
El problema es MASCHERANO QUE no GANA UN PARTIDO NI DE CASUALIDAD.
AHORA INGLATERRA VA A PEDIR QUE ANULE EL GOL DE MARADONA CON LA MANO.

Cuando Jorge Batlle llamó a los argentinos “una manga de ladrones”
El expresidente de Uruguay, muerto a los 88 años en Montevideo, eternizó en 2002 una frase que aún resuena en Buenos Aires
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MI PÉSAME, DESDE AQUÍ
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Falleció la hija de Ricardo López Murphy, que estaba bastante mal (hospitalizada en EE.UU)...
Mi humilde abrazo y condolencias, desde aquí, para ese gran SEÑOR (con todas las letras!)
QEPD

Falleció la hija de Ricardo López Murphy, que estaba bastante mal (hospitalizada en EE.UU)...
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Re: Actualidad y política
chory461 escribió: ↑ Hoy aparecio que el gobierno de fernandez gasto el año pasado usd 90.000 millones de mas...... de los cuales usd 60.000 fueron emision monetaria y los otros 30.000 destruyendo todas las reservas del banco central mas los ahorros en dolares de los contribuyentes.......... y que esperan despues de semejante fiesta? que no se pague? ajajjajaja
Como decis vos........ quieren resultados inmediatos.... pero no son burros.... son solo squellos que se benefician con el esfuerzo ajeno y que hoy se lo cortaron y se lo estan cortando.
a la miercoles
o jueves
así que 90mil se gastaron en imprimir billetes?
jajajaaaaaa... no seeee.... que manera de emitir, sabías que niley emitio mas en los primeros 6 meses de gobierno que en todo el 2023 con plan platita y toda la campaña incluída???
dale nene, te hacías el culto y venis con semejante paparruchada?
segui votando a los mismos de siempre esperando distintos resultados
yo quiero flan !!!
Además de “déficit cero” se necesita “insulto cero”
Dedicado a varios de los que por aquí se expresan.
Si decidieran formar un club o una asociación, a esta altura ya sería una entidad numerosa y heterogénea de dimensión internacional: cada vez son más las personas insultadas, agredidas o destratadas por el Presidente. Entre ellos hay economistas, mandatarios extranjeros, funcionarios del FMI, periodistas, intelectuales, actrices, cantantes, gobernadores, legisladores, banqueros y empresarios. También hay ciudadanos comunes y corrientes, a los que se atropella en las redes porque “son giles”: no la ven.
El diccionario que condensa la agresividad del poder también es cada vez más frondoso: chantas, imbéciles, corruptos, ensobrados, chorros, ratas, dinosaurios, mentirosos, fracasados... El agravio se dirige tanto a los que están en las antípodas como a muchos que comparten el rumbo del Gobierno y que solo se permiten plantear reparos o críticas constructivas: estos últimos son “libertarados”. Ni los amigos están a salvo del arrebato temperamental del Presidente.
La escalada verbal no se detiene; al revés: crece el voltaje de virulencia y vulgaridad. Tampoco se encapsula en el jefe del Estado, sino que se contagia, se imita y se reproduce entre actores de la vida política. Mientras el Presidente decía la semana pasada que a banqueros y operadores financieros “les dejamos el culo como un mandril”, una diputada libertaria competía en educación y elegancia para decir de un exfuncionario que “se arrodillaba para sobarle la quena a alguien”. Un exministro de Economía, al mismo tiempo, cruzaba insultos y agresiones con un exfuncionario del Banco Central: uno lo trató de “inmundo y repugnante”, el otro le contestó que fue “sodomizado por el kirchnerismo”. Ese es el tono de la discusión. Lo peor es que no nos escandalizamos. Estamos peligrosamente cerca de naturalizar el insulto y de acostumbrarnos a que, desde la cima del Estado, se zamarree con descalificaciones y agravios a cualquiera que no piense del modo “debido”. No se confrontan las ideas ni las opiniones, sino que se ataca al emisor. Se crea así una atmósfera de inseguridad y temor: nadie sabe qué comentario o interpretación puede desatar la ira del poder. Se potencia, además, una espiral de agresividad en la que se degrada el debate público y se normaliza la violencia verbal como si fuera parte de “un estilo”.
El deterioro del lenguaje expresa algo más profundo: un deterioro en la calidad de la convivencia democrática. Cuando se pierde el respeto por el otro, se cae en una forma de violencia simbólica que puede habilitar otras formas de violencia. La agresión esconde una fragilidad argumental y les quita razón y legitimidad a posiciones que, planteadas de un modo apropiado, podrían ser correctas y consistentes.
La naturalización del lenguaje agresivo y soez desde el poder se ampara en una serie de confusiones. Se intenta asociar el insulto a un estilo duro, firme y enérgico de confrontación con “la casta”. Se lo identifica con rasgos disruptivos y con cierta audacia y excentricidad en el ejercicio del liderazgo. Se lo minimiza, además, como si fuera una mera cuestión de formas y no de fondo. Y hasta se llega a interpretarlo como una expresión de franqueza y transparencia: “dice lo que piensa”, “él es así”. ¿Lo disruptivo tiene que ser agresivo y rozar incluso la actitud patoteril? ¿La firmeza tiene que ser arrogante y atropelladora? ¿Desde cuándo la franqueza habilita a alguien a decir y hacer lo que se le ocurre sin medir las consecuencias? Confundir una cosa con otra puede llevarnos a un peligroso territorio en el que se empieza por relativizar el agravio y se termina por justificar la violencia verbal.
Todo sigue una lógica que exacerbó el kirchnerismo: la de ver al adversario o al crítico como un enemigo. La de no admitir matices: “estás conmigo o estás en contra de mí” y la de dividir al mundo entre “buenos y malos”. Oponerse implica un alto costo. Al “enemigo” le puede caber el “escrache”, el agravio o la estigmatización. Ya los vimos con 6,7,8 o con otras formas de acoso y hostigamiento fogoneadas desde el poder. ¿O nos olvidamos de la amenaza de Aníbal Fernández contra Nik (que terminó en un pedido de disculpas judicial) y de otras expresiones del “patoterismo de Estado” que rigió durante el kirchnerismo? Muchos han tenido, y todavía tienen, el coraje y la fortaleza para resistir, pero otros se repliegan frente a un temor comprensible. El que los “marca” es el Estado. ¿Cómo no sentir inseguridad e inquietud ante semejante asimetría? ¿Cómo no sentirse vulnerable frente al insulto de quien maneja desde la SIDE hasta la AFIP y que además cuenta con un ejército de trolls y de fanáticos dispuestos a seguir la faena a través de los “pelotones de fusilamiento” que funcionan en las redes?
El insulto lastima y descoloca: ¿cómo se contesta un ataque del Presidente? El interrogante remite a la vértebra más sensible de todo sistema jurídico e institucional: ¿cómo se defiende el ciudadano común frente al atropello o al abuso del Estado? Pero en la era de las redes, del anonimato digital y de la ruptura sui generis de las normas de convivencia que proproponen distintas formas de populismo, la respuesta suele ser más difusa. Muchas veces el insulto proviene de un “retuit”. En otros casos se disfraza de réplica: ¿no puede el Presidente criticar a los que lo critican? Por supuesto que sí. Incluso puede hacerlo de manera enérgica y terminante. Lo que no puede es agraviar. Desconocer esa frontera es desconocer los límites que impone el sistema de convivencia; es desconocer, además, la distinción básica entre el derecho y el exceso.
En manos de un gobernante, el insulto, o incluso la burla, pueden ser armas peligrosas. Engendran temor y abren heridas, pero también pueden incubar resentimiento. Incitan a algunos a hacerse eco del enojo presidencial. Tienen, además, el efecto de combatir la moderación y de convalidar el bullying. Las voces equilibradas tienden a replegarse, mientras se exacerban las más agresivas y temerarias. El tono general del debate público empieza a crisparse y la agresividad y los exabruptos se naturalizan como si fueran la banda sonora de una época.
Todo ocurre, además, en un contexto en el que la conversación pública pierde rigor y profesionalismo. El Presidente propicia apariciones mediáticas en las que predomina el tono amistoso y hasta chabacano, donde la palabra gruesa y vulgar también tiende a confundirse con frescura y desacartonamiento, como si el diálogo y el intercambio con un presidente fuera equivalente a la sobremesa de un bar. En ese contexto, el insulto o el exabrupto fluyen con riesgosa naturalidad.
Se ha llegado a un punto que tal vez merezca una reacción institucional. Ha habido advertencias enfáticas y oportunas de distintas asociaciones, incluso muchas internacionales, como la Sociedad Interamericana de Prensa o Amnistía Internacional, referidas a los ataques a periodistas. Pero desde el propio sistema político y judicial debería plantearse un límite a la violencia verbal. ¿No merecería al menos un llamado de atención de la Cámara la diputada que se permite la grosería y el agravio hacia un exfuncionario? ¿O dejamos que pase como parte del folclore y el ruido de fondo?
El Gobierno ha convertido en eje central de su gestión el “déficit cero” y el combate frontal contra la inflación. Son pilares fundamentales para sanear la economía y recuperar una noción de estabilidad y de futuro. ¿No debería ponerse el mismo empeño en una política de “insulto cero”? ¿No debería combatirse la violencia verbal con la misma energía que el descalabro fiscal? No agraviar y no insultar deberían ser el núcleo de un pacto ético de la política. Una economía sana y ordenada es tan importante como una convivencia democrática respetuosa y saludable. No es una cosa o la otra. Es cierto que venimos del desorden económico con autoritarismo político. Pero los logros parciales que, en apenas siete meses, puede exhibir el Gobierno en aspectos macroeconómicos no tienen por qué ser en desmedro de un debate público civilizado. Equilibrio fiscal con equilibrio discursivo. Respeto a las reglas de la economía con respeto a las reglas de la convivencia. Superávit con buenos modales. Sin esa fórmula, la Argentina seguirá atrapada en la espiral del retroceso permanente.
Luciano Román
https://www.lanacion.com.ar/opinion/ade ... d24072024/
Si decidieran formar un club o una asociación, a esta altura ya sería una entidad numerosa y heterogénea de dimensión internacional: cada vez son más las personas insultadas, agredidas o destratadas por el Presidente. Entre ellos hay economistas, mandatarios extranjeros, funcionarios del FMI, periodistas, intelectuales, actrices, cantantes, gobernadores, legisladores, banqueros y empresarios. También hay ciudadanos comunes y corrientes, a los que se atropella en las redes porque “son giles”: no la ven.
El diccionario que condensa la agresividad del poder también es cada vez más frondoso: chantas, imbéciles, corruptos, ensobrados, chorros, ratas, dinosaurios, mentirosos, fracasados... El agravio se dirige tanto a los que están en las antípodas como a muchos que comparten el rumbo del Gobierno y que solo se permiten plantear reparos o críticas constructivas: estos últimos son “libertarados”. Ni los amigos están a salvo del arrebato temperamental del Presidente.
La escalada verbal no se detiene; al revés: crece el voltaje de virulencia y vulgaridad. Tampoco se encapsula en el jefe del Estado, sino que se contagia, se imita y se reproduce entre actores de la vida política. Mientras el Presidente decía la semana pasada que a banqueros y operadores financieros “les dejamos el culo como un mandril”, una diputada libertaria competía en educación y elegancia para decir de un exfuncionario que “se arrodillaba para sobarle la quena a alguien”. Un exministro de Economía, al mismo tiempo, cruzaba insultos y agresiones con un exfuncionario del Banco Central: uno lo trató de “inmundo y repugnante”, el otro le contestó que fue “sodomizado por el kirchnerismo”. Ese es el tono de la discusión. Lo peor es que no nos escandalizamos. Estamos peligrosamente cerca de naturalizar el insulto y de acostumbrarnos a que, desde la cima del Estado, se zamarree con descalificaciones y agravios a cualquiera que no piense del modo “debido”. No se confrontan las ideas ni las opiniones, sino que se ataca al emisor. Se crea así una atmósfera de inseguridad y temor: nadie sabe qué comentario o interpretación puede desatar la ira del poder. Se potencia, además, una espiral de agresividad en la que se degrada el debate público y se normaliza la violencia verbal como si fuera parte de “un estilo”.
El deterioro del lenguaje expresa algo más profundo: un deterioro en la calidad de la convivencia democrática. Cuando se pierde el respeto por el otro, se cae en una forma de violencia simbólica que puede habilitar otras formas de violencia. La agresión esconde una fragilidad argumental y les quita razón y legitimidad a posiciones que, planteadas de un modo apropiado, podrían ser correctas y consistentes.
La naturalización del lenguaje agresivo y soez desde el poder se ampara en una serie de confusiones. Se intenta asociar el insulto a un estilo duro, firme y enérgico de confrontación con “la casta”. Se lo identifica con rasgos disruptivos y con cierta audacia y excentricidad en el ejercicio del liderazgo. Se lo minimiza, además, como si fuera una mera cuestión de formas y no de fondo. Y hasta se llega a interpretarlo como una expresión de franqueza y transparencia: “dice lo que piensa”, “él es así”. ¿Lo disruptivo tiene que ser agresivo y rozar incluso la actitud patoteril? ¿La firmeza tiene que ser arrogante y atropelladora? ¿Desde cuándo la franqueza habilita a alguien a decir y hacer lo que se le ocurre sin medir las consecuencias? Confundir una cosa con otra puede llevarnos a un peligroso territorio en el que se empieza por relativizar el agravio y se termina por justificar la violencia verbal.
Todo sigue una lógica que exacerbó el kirchnerismo: la de ver al adversario o al crítico como un enemigo. La de no admitir matices: “estás conmigo o estás en contra de mí” y la de dividir al mundo entre “buenos y malos”. Oponerse implica un alto costo. Al “enemigo” le puede caber el “escrache”, el agravio o la estigmatización. Ya los vimos con 6,7,8 o con otras formas de acoso y hostigamiento fogoneadas desde el poder. ¿O nos olvidamos de la amenaza de Aníbal Fernández contra Nik (que terminó en un pedido de disculpas judicial) y de otras expresiones del “patoterismo de Estado” que rigió durante el kirchnerismo? Muchos han tenido, y todavía tienen, el coraje y la fortaleza para resistir, pero otros se repliegan frente a un temor comprensible. El que los “marca” es el Estado. ¿Cómo no sentir inseguridad e inquietud ante semejante asimetría? ¿Cómo no sentirse vulnerable frente al insulto de quien maneja desde la SIDE hasta la AFIP y que además cuenta con un ejército de trolls y de fanáticos dispuestos a seguir la faena a través de los “pelotones de fusilamiento” que funcionan en las redes?
El insulto lastima y descoloca: ¿cómo se contesta un ataque del Presidente? El interrogante remite a la vértebra más sensible de todo sistema jurídico e institucional: ¿cómo se defiende el ciudadano común frente al atropello o al abuso del Estado? Pero en la era de las redes, del anonimato digital y de la ruptura sui generis de las normas de convivencia que proproponen distintas formas de populismo, la respuesta suele ser más difusa. Muchas veces el insulto proviene de un “retuit”. En otros casos se disfraza de réplica: ¿no puede el Presidente criticar a los que lo critican? Por supuesto que sí. Incluso puede hacerlo de manera enérgica y terminante. Lo que no puede es agraviar. Desconocer esa frontera es desconocer los límites que impone el sistema de convivencia; es desconocer, además, la distinción básica entre el derecho y el exceso.
En manos de un gobernante, el insulto, o incluso la burla, pueden ser armas peligrosas. Engendran temor y abren heridas, pero también pueden incubar resentimiento. Incitan a algunos a hacerse eco del enojo presidencial. Tienen, además, el efecto de combatir la moderación y de convalidar el bullying. Las voces equilibradas tienden a replegarse, mientras se exacerban las más agresivas y temerarias. El tono general del debate público empieza a crisparse y la agresividad y los exabruptos se naturalizan como si fueran la banda sonora de una época.
Todo ocurre, además, en un contexto en el que la conversación pública pierde rigor y profesionalismo. El Presidente propicia apariciones mediáticas en las que predomina el tono amistoso y hasta chabacano, donde la palabra gruesa y vulgar también tiende a confundirse con frescura y desacartonamiento, como si el diálogo y el intercambio con un presidente fuera equivalente a la sobremesa de un bar. En ese contexto, el insulto o el exabrupto fluyen con riesgosa naturalidad.
Se ha llegado a un punto que tal vez merezca una reacción institucional. Ha habido advertencias enfáticas y oportunas de distintas asociaciones, incluso muchas internacionales, como la Sociedad Interamericana de Prensa o Amnistía Internacional, referidas a los ataques a periodistas. Pero desde el propio sistema político y judicial debería plantearse un límite a la violencia verbal. ¿No merecería al menos un llamado de atención de la Cámara la diputada que se permite la grosería y el agravio hacia un exfuncionario? ¿O dejamos que pase como parte del folclore y el ruido de fondo?
El Gobierno ha convertido en eje central de su gestión el “déficit cero” y el combate frontal contra la inflación. Son pilares fundamentales para sanear la economía y recuperar una noción de estabilidad y de futuro. ¿No debería ponerse el mismo empeño en una política de “insulto cero”? ¿No debería combatirse la violencia verbal con la misma energía que el descalabro fiscal? No agraviar y no insultar deberían ser el núcleo de un pacto ético de la política. Una economía sana y ordenada es tan importante como una convivencia democrática respetuosa y saludable. No es una cosa o la otra. Es cierto que venimos del desorden económico con autoritarismo político. Pero los logros parciales que, en apenas siete meses, puede exhibir el Gobierno en aspectos macroeconómicos no tienen por qué ser en desmedro de un debate público civilizado. Equilibrio fiscal con equilibrio discursivo. Respeto a las reglas de la economía con respeto a las reglas de la convivencia. Superávit con buenos modales. Sin esa fórmula, la Argentina seguirá atrapada en la espiral del retroceso permanente.
Luciano Román
https://www.lanacion.com.ar/opinion/ade ... d24072024/
Re: Actualidad y política
Hoy aparecio que el gobierno de fernandez gasto el año pasado usd 90.000 millones de mas...... de los cuales usd 60.000 fueron emision monetaria y los otros 30.000 destruyendo todas las reservas del banco central mas los ahorros en dolares de los contribuyentes.......... y que esperan despues de semejante fiesta? que no se pague? ajajjajaja
Como decis vos........ quieren resultados inmediatos.... pero no son burros.... son solo squellos que se benefician con el esfuerzo ajeno y que hoy se lo cortaron y se lo estan cortando.
Re: Actualidad y política
Dato fresco, fuerte caída de la industria por la recesión.....
......son 14 meses ininterrumpidas de caída. 7 meses del gobierno anterior que
dejaron el camino bombardeado para este gobierno y quieren resultados inmediatos?
Son burros
......son 14 meses ininterrumpidas de caída. 7 meses del gobierno anterior que
dejaron el camino bombardeado para este gobierno y quieren resultados inmediatos?
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Re: Actualidad y política
El fin del chavismo puede transformar la región
La democratización venezolana es un imperativo para la estabilidad regional: por los alineamientos geopolíticos del chavismo y por la expulsión de población que produce su penuria crónica
https://www.lanacion.com.ar/politica/el ... d24072024/
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Re: Actualidad y política
20 AÑOS BARRANCA ABAJO .....y estos tipos critican al gobierno
No se puede ser tan necios por favor

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Re: Actualidad y política
Napo en merlo un hombre se colgo desnudo en un micro, linea 321.................no te quedo para volver??? fuiste vos???



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