Por Carlos Burgueño.-
Gobierno conseguiría u$s 3.000 millones
Si se aprueba la modificación del BCRA. Dato clave este año: lograr superávit comercial de u$s 10.000 millones
Por: Carlos Burgueño
Hernán Lorenzino
A números de hoy, de contar el Gobierno con la reforma de la carta orgánica del Banco Central, el dinero que se liberaría al Ejecutivo sería de entre u$s 2.000 y 3.000 millones. Esos fondos se utilizarían para completar los pagos de deuda externa comprometidos por el Presupuesto nacional (unos u$s 5.700 millones en total) y para concretar política de créditos expansivos a través de entidades financieras seleccionadas. La variable que habrá que seguir de cerca para determinar cuánto será el dinero disponible para que el Gobierno realice políticas activas se determinará en realidad según el cumplimiento de la meta de superávit comercial de u$s 10.000 millones. Si esa cifra se consigue, el dinero del que dispondrá el Gobierno se mantendrá entre los u$s 2.000 y 3.000 millones. Si el balance entre exportaciones e importaciones se reduce, el BCRA comenzará a liberar más dinero.
Esta es la foto, según cálculos oficiales que maneja el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, aplicada a estos días de la reforma de la ley que regula la actividad de la entidad que dirige Mercedes Marcó del Pont y que no tendría mayores problemas de ser aprobada por el Congreso Nacional en tiempo récord (ver nota aparte).
El nuevo texto comprende la reforma de la actual carta orgánica del Banco Central y de la Ley 23.928 de 1991, que impulsó en su momento el exministro de Economía Domingo Cavallo, y que ya fue modificado parcialmente en 2002 y en 2005, en este último caso cuando se le pagó la totalidad de la deuda al FMI.
El proyecto de ley, que consta de 24 artículos, modifica sustancialmente la misión de la entidad monetaria, otorgándole mayores funciones que abarcan la promoción de la economía real y una mayor regulación a las entidades financieras. La intención que figura en los considerandos del proyecto apunta a darle dos mandatos más al BCRA, además de preservar el valor de la moneda: estabilidad financiera y desarrollo económico.
En la práctica, lo que se busca es permitirle al Central poder determinar a través de su directorio cuál es la cantidad de dinero que deberá disponer dentro de las reservas como de depósito de valor para el sistema financiero, y cuál el de libre disponibilidad. Ese dinero podría ser liberado luego para uso del Gobierno como política económica.
El panorama fiscal y financiero con el que quiere manejarse el Gobierno, a partir de su próxima aprobación, con la nueva carta orgánica, es el siguiente.
# Los números oficiales parten de un equilibrio macroeconómico general de un superávit comercial de 10.000 millones para diciembre de este año. Esta es, cerrada la fuente del financiamiento externo, la única fuente genuina del Gobierno para financiar la generación de divisas, con la que, por ejemplo, se tendrán que liquidar los vencimientos de deuda. El Presupuesto le autoriza al BCRA girar divisas al Ejecutivo por unos u$s 5.700 millones para cumplir en 2012 con estos vencimientos. Sin embargo, la carta orgánica actual, con la obligación de sostener un mínimo de reservas según los cálculos actuales (sin la reforma), le liberaban al Gobierno no más de u$s 4.000 o 4.500 millones. En otras palabras, el Gobierno debería conseguir por otras vías unos u$s 1.200 millones extras.
# Liberando al directorio del Central de las restricciones actuales (basadas fundamentalmente en cálculos sobre base monetaria, tipo de cambio, circulante, etc.), éste tendría sus propios criterios para considerar cuál es el nivel óptimo de reservas, calculadas al día de hoy en unos u$s 46.717 millones; le permitirían al día de hoy aumentar los fondos de disponibilidad en una cifra cercana a los u$s 2.000 o 3.000 millones para todo el año. Con ese dinero, el Ejecutivo completaría con tranquilidad los u$s 5.700 millones necesarios para cumplir con los vencimientos de deuda de este año. Pero además se le liberaría más dinero para la segunda misión que le quiere dar el Gobierno al Central con la nueva carta orgánica.
# Una vez cumplidos los pagos de deuda para 2012, y con los actuales niveles que el Central consideraría óptimos, el dinero extra que le quedaría a la entidad para redirigirlos al sistema financiero para hacer política activa sería de unos 300 a 1.000 millones de dólares, como piso y techo para todo el año. Esos fondos, según la nueva norma, podrían ser volcados en el mercado bancario de manera selectiva y con regulaciones específicas sobre los montos, fines, tasas y plazos con que las entidades pueden luego convertirlos en créditos.
# Para el Gobierno, este último capítulo es fundamental, en el caso de que la crisis financiera y económica internacional se profundice, especialmente en el caso de las exportaciones argentinas. Lo que teme el Ejecutivo es que el saldo comercial comience a depreciarse a nivel internacional, que puedan existir restricciones a las ventas hacia el exterior a la par de presiones importadoras más fuertes, y que se necesite nuevamente recurrir al mercado interno para aumentar el consumo y sostener la actividad económica.
# Esta última política de otorgamiento de créditos (el BCRA pude incluso elegir cuáles serán las entidades que participarán de los préstamos) se complementaría luego con una mayor actividad desde la ANSES, a través de los Fondos de Garantía Sustentable (FGS) a, eventualmente, aumentar sus aportes al sistema industrial y productivo para aportar capitales para sostener los niveles de actividad.
# Hacia adelante, espera el Gobierno, debería quedar en desuso el concepto mismo de reservas de libre disponibilidad, el que según las autoridades del Central no tendría vinculación con un esquema de flotación administrada. El nuevo proyecto prevé que el Directorio será el encargado de definir el nivel de reservas que garantice el normal funcionamiento del mercado cambiario, en función de otras variables externas (cuenta corriente, cuenta de capital, tendencias internacionales), y no sólo en función de la cantidad de dinero disponible.
# Para el Gobierno, la posibilidad de una presión sobre el tipo de cambio, aun con los cambios en la carta orgánica, son imposibles. La visión oficial es que la política de restricciones al acceso a las divisas por partida doble (autorizaciones de Guillermo Moreno y la AFIP, de Ricardo Echegaray para los importadores y demostración vía declaración jurada para los ahorristas), impide cualquier tipo de presión especulativa para las divisas que podrían presionar sobre el peso. «No es tan fácil acceder al dólar a 4,35 pesos, y no lo seguirá siendo», aseguraba ayer a este diario un alto funcionario del Gobierno nacional que maneja alguna de las cuestiones centrales de la política económica. La misma fuente auguraba que sosteniendo las restricciones al acceso a los dólares y profundizando las políticas reales que se aplicarán modificando la carta orgánica del Central, en dos años «el peso será tenido en cuenta como la mejor forma de atesoramiento».
http://ambito.com/diario/noticia.asp?id=627000