En el caso de ASRock, "el impacto fue inmediato, el lunes mismo después de las elecciones los mayoristas asustados cancelaron las órdenes de compra. Estamos actualmente en un 20% o menos de facturación con respecto mismo mes de 2018", dijo Chapitel.
El panorama es oscuro para este sector informático: "Las ventas a consumidor final bajaron estrepitosamente, por ende el reseller no compra al mayorista. Las ventas que se siguen haciendo son las que hay que entregar si o si, pero no hay nuevos proyectos por ahora", afirmó el ejecutivo de ASrock.
La demanda se redujo tremendamente, y no hay planes de expansión agresiva en lo que resta del año", admitió.
Desde Datco, Martínez coincidió con la visión de Graizer: "La mezcla entre una economía que no crece, devaluación, alta inflación y la incertidumbre política es el cóctel perfecto para desalentar la inversión y la generación de nuevos proyectos. Esta coyuntura de ‘wait and see’ es el peor de los escenarios posibles, ya que ante la incertidumbre todas las decisiones, hasta las más pequeñas, se posponen".
