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Argentina
El Club de París afloja presión para no convalidar maniobra de buitres
En su última reunión optó por no insistir con su reclamo
Francia, Alemania y Holanda son los países que tienen posiciones más duras en el Club de París
Francia, Alemania y Holanda son los países que tienen posiciones más duras en el Club de París
Alejandro Bercovich
En medio de la embestida de los fondos buitres contra la Argentina por la deuda que quedó afuera de los canjes de 2005 y 2010, el Club de París optó por atenuar la presión que venía ejerciendo crecientemente sobre el Gobierno a instancias de sus miembros más duros, como Francia, Alemania y Holanda. En su última reunión, diez días atrás, los representantes de las naciones acreedoras que exigen deudas impagas por u$s8.900 millones optaron por no insistir con sus reclamos ante el Ministerio de Economía. Esperarán que antes se resuelva el pleito que tramita la Justicia neoyorquina y que amenaza con gatillar nuevos embargos de parte del dinero que se gire a los Estados Unidos para pagarle a los acreedores que sí aceptaron los canjes con quita oficiales.
Las fuentes diplomáticas consultadas por BAE coincidieron en que la actitud de los países ricos acreedores es de “expectativa” frente al ataque judicial de los buitres NML y Elliot, que ya lograron que el gobierno de Ghana detuviera la fragata “Libertad” en un puerto y que ahora pretenden cobrar una parte proporcional de lo que vaya a pagar el Gobierno durante diciembre en Nueva York.
Según las fuentes, en la última reunión del Club, el 24 de octubre último, el “tema Argentina” fue deliberadamente retirado de la discusión. Antes de eso, los mismos informantes habían revelado que la idea de los gobiernos acreedores más apurados por cobrar era redoblar la presión sobre la Argentina en organismos multilaterales como el Banco Mundial y el BID. Con las tratativas concretas suspendidas desde fines del año pasado, el Club discutió en una reunión de agosto la posibilidad de plantear públicamente un ultimátum al Gobierno para fines de septiembre, idea que finalmente desechó por la oposición de los Estados Unidos, que lo consideraron contraproducente.
En un contacto informal que mantuvo con los directivos del Club en septiembre, el Gobierno hizo saber a los principales acreedores que sólo retomará las negociaciones interrumpidas el año pasado en caso de que los desembolsos tengan como contrapartida nuevos créditos o inversiones de las empresas de sus países en la Argentina, por montos equivalentes a los que se giren por capital e intereses atrasados. Los Estados acreedores rechazaron la idea.
En la city, en tanto, especulan con la posibilidad de que el Gobierno pague los vencimientos de diciembre sólo a quienes traigan sus bonos a la Caja de Valores local, para evitar posibles embargos en Nueva York. Según el economista Daniel Marx, ex secretario de Finanzas de la Alianza y director de Quantum Finanzas, eso “legalmente podría hacerse mediante una especie de nuevo canje, pero el problema es que podría haber varios que no lo tomen y que la situación podría leerse en el mercado como otro default”.
En rigor, esa opción implicaría cambiar el “código” de los bonos sin afectar a sus tenedores económicamente. Pero el riesgo de hacerlo es elevado, incluso quizá mayor que el de arriesgarse al embargo. Un embargo, además, sentaría un mal precedente para todo el sistema internacional de renegociaciones de deuda, que los países ricos no quieren ver afectado. De ahí las expectativas del Club de París y su dificultad para posicionarse sobre este tema.
“La solución es presentarse al juez y decirle qué es lo que creemos que es pari passu, que es que nadie cobre más de lo que cobraron quienes entraron en el canje, como se hace en todas las convocatorias”, propuso Marx. El Gobierno, no obstante, aseguró que no abonará nada a quienes se negaron a la quita en dos oportunidades.
Casi en su totalidad, los buitres compraron los bonos después del default por mucho menos de lo que valían originalmente. Igual reclaman los montos originales.