Mensajepor Citizen » Mar Mar 05, 2019 10:18 pm
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Todo indica que este año las cosas no van a ser diferentes. Si se tiene en cuenta que la política monetaria ha generado un aumento de los plazos fijos en unos $ 300.000 millones en los últimos cinco meses, ya se avizora el germen propicio para iniciar este proceso. A esto hay que sumarle los plazos fijos ya existentes, con un total que asciende a $ 1.129.000 millones, que están colocados en su mayoría a menos de 59 días. Más aún, para determinar la demanda potencial de divisas, deben sumarse también las colocaciones a la vista del sector privado, que alcanzan los $ 890.000 millones. Esto pone de relieve que existen más de dos billones de pesos que actúan como una suerte de materia prima lista para transformarse en un proceso dolarizador.
Todo esto nos permite concluir que las autoridades económicas y los ciudadanos debemos prepararnos para un período de alta volatilidad. De acuerdo con mi experiencia, la conducta funciona de esta manera: los depósitos a plazo fijo a su vencimiento pasan a la vista, y luego, esperan el momento adecuado para comprar moneda extranjera. En general, las empresas lo hacen antes y los particulares después.
A partir del presente análisis resulta evidente que, si se enfrentan meses con una formación de activos externos superior a los u$s 3.500 millones mensuales, será difícil de sostener cierta estabilidad en el tipo de cambio. Dadas las limitaciones acordadas en la Carta de Intención con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central no tiene instrumentos para capear una situación de esta envergadura. Deberán descansar entonces en la utilización que el Ministerio de Hacienda le brinde al desembolso de u$s 10.800 millones previstos para este mes. Si todos los vencimientos del año en pesos se pagaran con dólares del organismo multilateral, la oferta potencial de divisas ascendería a unos u$s 11.500 millones y, particularmente, unos u$s 7.900 millones en el primer semestre. Dependerá entonces de la pericia táctica y operativa de las autoridades para ofertar las divisas en tiempo y forma adecuada de modo que eviten sobresaltos en la cotización de la moneda.
Dentro de la oferta potencial de divisas debe contarse la liquidación de la cosecha que en el equipo de Fundación Capital estimamos en unos u$s 5.500 millones más que la del año anterior. Con una salvedad, a comienzos de esta gestión el Gobierno eliminó los plazos para la liquidación de exportaciones.
Asimismo, es preciso incorporar al análisis el rol que el Banco Central le da a la tasa de interés para seguir atrayendo las colocaciones en pesos. Así, proyectamos un costo del dinero persistentemente elevado que aumenta los riesgos crediticios. Los últimos datos de morosidad confirman esta tendencia: una suba pronunciada de la irregularidad en los préstamos a las industrias y al sector de la construcción (+1,8 puntos porcentuales y +4 puntos porcentuales, respectivamente).
En este contexto, la salida de la recesión económica es como la de un paciente con anemia. Desde nuestro equipo prevemos que el producto recién presente en términos interanuales un rebote en la segunda mitad del año (+1,1%), sin compensar la baja de los primeros meses, y por ende, dando por resultado una caída del 1,4%.
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