Mensajepor DON VINCENZO » Jue Feb 27, 2025 11:44 am
Estimados foristas:
Fíjense uds. las distintas expresiones y opiniones de distintos medios sobre el tema... es evidente que no tendríamos que leer ninguna nota ni pegarlas porqué sinceramente mueven a confusión. Son notas todas interesadas así que les pegué ésta para que vean la diferencia entre la anterior que pegué y ésta... todo un tema.
Saludos y me parece que no pegaré más notas ya que realmente ya me parece que no hay seriedad.
Con buena cosecha en marcha, el campo cotiza alto
Por Mauricio Bártoli • TN CAMPO.
Hola, ¿qué tal?
En el último mes mejoró sustancialmente el panorama agrícola argentino. El factor estructural que más incidió fueron las lluvias de la segunda quincena de enero (frenaron una sequía que empezaba a causar daños severos) y de febrero (revitalizaron a la mayoría de los lotes, especialmente en Zona Núcleo, la más productiva del país).
Ahora, más del 60% del área de soja argentina tiene una condición de cultivo Normal/Excelente y una condición hídrica Adecuada/Óptima. Y una estimación preliminar del impacto de la sequía y la ola de calor, que se padeció en el período crítico de definición de rindes, finalmente afectaría a menos del 10% de los volúmenes de producción.
Aunque faltan unos dos meses clave para definir el partido, ya se puede hacer un pronóstico relativamente seguro: será una buena cosecha, similar a la del año pasado y entre las 5 mejores de la historia (la mayor fue la de 2021-2022). Una comparación rápida implica que no traerá los problemas, al menos en volumen, que padecieron Macri en 2018 (30% menos) y Fernández- Massa en 2023 (45% menos).
La proyección de cosecha de soja y de maíz bajaron del umbral de las 50 millones de toneladas (si hubiera llovido bien en enero las estimaciones estarían más cerca de las 55 millones de toneladas en cada caso) pero los cálculos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), y las principales bolsas argentinas (de Cereales de Buenos Aires y de Comercio de Rosario) auguran producciones de entre 48 y 50 millones de toneladas para cada uno de los dos cultivos principales, soja y maíz, que mueven tanto el flujo de dólares de la economía como el movimiento comercial en el interior del país.
En paralelo, la baja del 20% (promedio) de las retenciones, desde hace un mes, fue acompañada por un impulso elocuente del mercado de granos, especialmente en el caso del maíz: en el mercado argentino tiene el mejor precio en dólares de los últimos ocho años.
Y en cuanto a la soja, los productores que tenían acopiada buena parte de la cosecha del otoño anterior como reserva de valor, respondieron al aumento de precio (un 10 a 15% más en Rosario) derivado de la menor presión fiscal.
Es interesante el buen caudal de ventas en esta época del año. Vale recordar que tiempo atrás, cuando no estaban tan desarrollados los mercados de granos y la cosecha del segundo trimestre se iba “liquidando” en forma descendente al compás de la cobertura de costos agrícolas y no de los precios, el verano era un momento habitual de sobresaltos cambiarios.
El nuevo escenario se reflejó, más allá del contexto macro, con la liquidación de divisas de enero, por US$ 2000 millones, un número alto en términos históricos para el primer mes del año y en febrero los ingresos de dólares del campo oscilarían en torno a US$ 1500 millones, que es también un buen valor en relación a los números habituales del segundo mes del año.
La liquidación de divisas es la expresión de los compromisos de los exportadores en relación a los granos comercializados en el mercado interno. El flujo es bueno, a tal punto que hubo varios días en que, en términos de toneladas, se presentaron más Declaraciones Juradas de Ventas Externas (DJVE) que los granos comercializados entre productores, cooperativas y acopios a las plantas de crushing y terminales portuarias.
Eso, refleja, entre otras cosas, que “el mercado” vislumbra que el productor tenderá a “deshacerse de los granos en silos”, ante la perspectiva de precios a la baja por la abundante cosecha global, particularmente de soja, que alienta a los productores a evitar que se junten los 10 millones de toneladas que quedan de la cosecha vieja, con los casi 50 millones de toneladas que se empezarán a recolectar en marzo.
Como ya no es necesario tener el grano en mano para venderlo, a medida que se tienen certezas de la cosecha se moviliza el mercado. Eso, y las perspectivas de precios, hace que haya previstos embarques crecientes en los próximos meses.
Hay más. Acompañame.