"La economía latinoamericana mejorará en 2014"
Por: Alejandro Rebossio | 20 de octubre de 2013
Reportaje a Fernanda Vallejos. Ella es graduada de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde da clases desde hace 15 años, y asesora al Ministerio de Economía desde 2010. Además, Vallejos milita en el colectivo de economistas kirchneristas llamado la graN maKro, cuyo nombre destaca las iniciales del expresidente argentino Néstor Kirchner (2003-2007).
Entrevista completa en:
http://blogs.elpais.com/eco-americano/2 ... -2014.html
Pregunta. ¿Cómo está la economía argentina?
Respuesta. La economía argentina está bien en términos absolutos y en términos relativos, cuando uno mira lo que está pasando en el resto del mundo. Argentina ha crecido más que el promedio de Latinoamérica. Durante el primer semestre tenemos un crecimiento acumulado de 5,8% y la proyección de crecimiento es de 5,1% para este año y por encima del 6% para el que viene. Es un crecimiento que viene ya consolidado. Se ha recuperado la industria, que venía muy golpeada. El año pasado tuvimos desaceleración, la economía argentina creció apenas el 1,9%. El contraste con este año es muy importante. Tenemos un consumo consolidado, creciente, que es fundamental. Permanentemente se alienta la demanda con políticas activas del Gobierno nacional. La consolidación del crecimiento de la economía no es casualidad sino que tiene que ver con una voluntad explicitada a través de medidas de políticas específicas que han apuntado a fortalecerlo. Afortunadamente, a los argentinos nos va bien, ¿no? Miramos con atención lo que pasa en el resto del mundo porque el año pasado y en el primer trimestre de 2013 la caída de las exportaciones ha tenido un impacto muy importante sobre nuestra economía. Más allá de que nos está yendo bien, no somos ajenos a lo que sucede en el resto del mundo. Afortunadamente, el conjunto de América Latina se ha recuperado durante 2013 y la proyección es que esa mejora tenga continuidad durante 2014. Esto es una herramienta más porque nosotros, durante los últimos años, y especialmente durante la última década, hemos dado un giro en nuestra política de comercio exterior hacia la región. La Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) y Mercosur tienen hoy un peso muy importante para la economía argentina, y en particular para este modelo económico que tiene como eje medular la reindustrialización. La región latinoamericana, como destino privilegiado de nuestras exportaciones industriales, es sumamente importante. Y en ese contexto Brasil está a la cabeza, como la economía más importante de la región.
P. ¿Tanto está creciendo Argentina?
R. Hubo correcciones al alza de las proyecciones de los organismos internacionales, que todos los años tienden a tener proyecciones más moderadas y que quedan por detrás de lo que la economía argentina termina creciendo. El Banco Mundial tiene una proyección corregida para este año del 4%. Seguramente se volverá a ajustar para arriba.
Vallejos
P. Pero esos son pronósticos sobre los resultados que arrojarán las estadísticas oficiales, que están cuestionadas tanto por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como por los propios trabajadores del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC)... Se dice que el INDEC subestima la inflación y sobreestima el crecimiento del PIB.
R. Por supuesto que el IPC (índice de precios al consumidor) del Gran Buenos Aires que mide el INDEC es un índice cuestionado. Sería para hablar largo y tendido sobre ese tema. La realidad es que hay un déficit en materia estadística. Faltan un indicador a nivel nacional y una canasta de consumo más actualizada porque la economía y el consumo de los argentinos se han modificado de manera sustantiva en los últimos años. Por ejemplo, Argentina es un país que ha duplicado su clase media, ¿no? Eso genera alteraciones en las pautas de consumo de las personas. Entonces el IPC es una discusión que se va a saldar cuando esté pronto en funcionamiento, con el visto bueno del propio FMI, el nuevo índice de precios nacional urbano, que incorporará una nueva medición actualizada del consumo de los argentinos. Además va a contar con la legitimación que le de la participación de un enorme número de universidades nacionales de todo el país. Es un índice muy necesario para el sistema estadístico nacional. Con respecto al PIB, la realidad es que, más allá del IPC, uno tiende a pensar que hay una importante utilización política del cuestionamiento del sistema estadístico. El PIB no se deflacta por el IPC sino que se usa un índice de precios implícito, que está bastante distante del IPC y que no ha sufrido modificaciones metodológicas, como con el IPC.
P. ¿Cuáles son los problemas y desafíos de la economía argentina y cómo se resuelven?
R. El gran tema de la economía argentina en términos estructurales es el mismo que ha tenido a lo largo de su historia y tiene que ver con la restricción externa (escasez de divisas), que es propia de nuestra estructura productiva desequilibrada. La restricción externa aparece cuando la economía crece mucho, como sucedió en los últimos diez años de crecimiento promedio anual del 7,8%. Esto fue un número histórico para nuestra economía. Para un modelo económico que tiene a la reindustrialización como eje medular, al tener una industria muy demandante de insumos de bienes intermedios y de capital importados y como los eslabones de la cadena productiva se habían destruido en las décadas anteriores y todavía no los hemos terminado de reconstituir, si bien hemos avanzado en la sustitución de importaciones en estos últimos años, hay una enorme tarea pendiente en este sentido. Lo mismo sucede con la cuestión energética. Hubo una pésima política de la empresa privatizada (en referencia a YPF en manos de Repsol). Afortunadamente YPF ha sido recuperada para los argentinos por el Estado nacional. Volvemos a tener una política estratégica en materia energética, que busca recuperar el autoabastecimiento, gasífero específicamente. Pero estamos empezando a recorrer un camino que es largo y complejo. Estamos hablando de un sector que requiere de inversiones muy importantes. YPF las está empezando a concretar. Requiere de tecnologías específicas y avanzadas que no están disponibles en cualquier lado (en alusión al fracking o fractura hidráulica). Como otro desafío está la necesidad y la vocación de sostener niveles importantes de crecimiento porque es objetivo prioritario de este gobierno la inclusión plena de los 40 millones de argentinos y argentinas a través del empleo. Para eso, sabemos que es fundamental seguir estimulando la demanda. Eso garantiza el estímulo fundamental para la inversión y permite que la economía argentina se siga expandiendo a tasas importantes, como a lo largo de estos años. Así se puede seguir generando empleo. Hemos recorrido un camino enorme. Cuando este ciclo económico y político empezó (2003) había un 25% de desempleo. Hoy estamos en 7,2%. Teníamos un 55% de informalidad laboral. Hoy estamos en un 32%. Aquí tenemos otro tema de la agenda del futuro inmediato: la informalidad laboral, porque el 32% es un número que, por supuesto, no nos satisface. Sobre esto se viene trabajando, se han generado leyes muy importantes, como las que regulan el trabajo rural y el trabajo doméstico. Pero hay que seguir trabajando con mucha fuerza sobre esto. Estamos en un momento de crisis internacional en el que la merma de la demanda externa tiene un impacto en las economías de la región, incluida la argentina, pero hay que avanzar en el cumplimiento del objetivo de inclusión, por un lado, creando empleo y, por otro, con políticas específicas para los que están fuera del mercado de trabajo. Por eso se creó la asignación universal por hijo y la política previsional (de pensiones). Esta semana se conocieron las estadísticas latinoamericanas y estamos primeros en materia de cobertura previsional (porcentaje de mayores de 65 años con jubilación). Además tenemos la ley de movilidad previsional, que permite el ajuste de las jubilaciones dos veces por año.