Actualidad y política
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napolitano
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Re: Actualidad y política
Me da pena por los pibes en los colegios.
Pero era cantado el fracaso de este equipo
Sin ritmo, sin ideas con un me$$i que se arrastra en la cancha
Con hinchas que no gritaron en todo el segundo tiempo
Con un técnico con la mano en la boca.
Pobre Alberto, covid, guerra, mundial....
Siamo fuori de la copa.
Napo lo anticipó hace 1 mes
Pero era cantado el fracaso de este equipo
Sin ritmo, sin ideas con un me$$i que se arrastra en la cancha
Con hinchas que no gritaron en todo el segundo tiempo
Con un técnico con la mano en la boca.
Pobre Alberto, covid, guerra, mundial....
Siamo fuori de la copa.
Napo lo anticipó hace 1 mes
Re: Actualidad y política
es un partido de futbol listo gana uno , el que hace mas goles aunque juegue mal y no sea eficaz como los
Saudies ....salvo en la AFA ahi gana Boca y barracas central y cuando echan a uno de boca no le dan sanciones
un presidente (AFA) que no sabe leer escribir y hablar ...que Tal si empezamos por ahi
hace 4 años ) de arriba hacia abajo
Re: Actualidad y política
Moraleja
No subestimar a nadie
Puede venir bien esto.de aprendizaje
No subestimar a nadie
Puede venir bien esto.de aprendizaje
Re: Actualidad y política
GARRALAUCHA1000 escribió: ↑ GRAN CANAL
LO SIGO LLAMANDON ASI
PERO HABRIA Q HACER UNA LIMPIEZA CON UN FALCON
Perdimossssssssssss

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GARRALAUCHA1000
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Re: Actualidad y política
Lo dan por ATC ??

Re: Actualidad y política
Nos estan rompiendo el. cu....los camellos
Maldicion gitana

Maldicion gitana
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GARRALAUCHA1000
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napolitano
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Re: Actualidad y política
Ganar con un penal regalado....
Re: Actualidad y política
napolitano escribió: ↑ A los montos habia que fusilarlos en la plaza desde la azotea de la rosada el día que putearon a Perón.
El solo les dijo mocosos inberbes.
Bala y bala a esa lacra guerrillera marxista
Primero nuestro país no avala la pena de muerte.! Segundo lo que debería haberse hecho es un juicio y la condena correspondiente. Tercero no olvidar la triple a. Cuarto los primeros subversivos fueron los militares que se levantaron desde 1930 contra la Constitución.!
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GARRALAUCHA1000
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Re: Actualidad y política
napolitano escribió: ↑ A los montos habia que fusilarlos en la plaza desde la azotea de la rosada el día que putearon a Perón.
El solo les dijo mocosos inberbes.
Bala y bala a esa lacra guerrillera marxista
BIEN DICHO
✌
Re: Actualidad y política
Después hablan de derechos humanos. Cuando empiezan cuando terminan?, Para quién, solo para algunos o es un derecho de todos?. Años 1974/5.
Larrabure
El calvario
Con precisión matemática, en su diario, que escribió desde el principio de su cautiverio hasta el 3 de enero de 1975 y vendido por un guerrillero a la revista Gente en 1977, así describió su celda: un miserable y típico hoyo que la guerrilla llamaba "Cárcel del Pueblo".
"Aprecio que mi celda es una excavación porque carece de ventanas y una de las paredes laterales está burdamente revocada a cemento. El frente es de idéntica composición. El contrafrente es una pared de ladrillos huecos y una reja de aproximadamente 40 por 60, y el costado una divisoria de madera compactada. Dos tubos de plástico negro de unos dos centímetros de diámetro conectan con el exterior y permiten la aireación mediante un extractor eléctrico cuyo funcionamiento depende de mis captores. Padezco la terrible desventura de que deje de funcionar (…) y el aire húmedo y enrarecido aumente el asma que quebranta mi fuerza física".
l
Una foto del mayor (coronel post mortem) Argentino del Valle Larrabure enviado por sus captores en una de las cartas que el militar le escribió a su familia desde el cautiverio
Y también arriesgó a definir a sus captores como "medrosos, pusilánimes, valientes en las sombras, impulsivos, cortantes y autoritarios".
Palabras que no pudo usar en las cartas a su familia, por temor a mayor castigo del que recibía: periódicas sesiones de tortura.
Sus captores quisieron intercambiarlo por guerrilleros del ERP . La presidente Isabel Perón se negó: no negociaría con terroristas.
Ni días ni noches
Sigue el diario:
"Estoy confundido. Quiero ordenar mis ideas. No sé de noches ni de días. Las horas no están marcadas por reloj. Me son dichas por mis 'piadosos' carceleros encapuchados y por Radio Rivadavia, que ellos sintonizan y me hacen escuchar mientras me vigilan. Aquí, en este maldito subterráneo, en esta odiosa ratonera, me privan de percibir el día por el sol, por la luz, por el volar de los pájaros, por el cielo celeste y diáfano (…) ¡Oh Dios, ¿podré un día encandilar mis ojos y palpitar mi corazón agitadamente junto a mi amada esposa, hijos y demás queridos? Me han dado un lápiz y borradores, y ya he confeccionado mi propio calendario…".
Canje de libros
"Mis carceleros me han brindado entrevistas para hablarme de política. Por supuesto, de política revolucionaria empapada de Mao Tse Tung, Regis Debray, Giap, Ho Chi Minh, Guevara y demás. Les he expresado que mi formación es eminentemente técnica, no siento vocación, y prácticamente me fastidia la política (…) Persisto en mi poco apego a tales estudios, e insisto en que deseo libros de matemáticas, física y química. Afortunadamente me hacen llegar libros de matemáticas (…) Este vivir sin querer vivir me hace volcar a diario profundas meditaciones. Ellas me reencuentran con Dios, en quien deposito mi esperanza y me someto sumiso al destino que me dé".
Médico no: verdugo
"Muy pronto, como consecuencia de la primavera, hay en mi canil un gran porcentaje de humedad, y mi crónica afección asmática se ve recrudecida. Son solícitos en prodigarme asistencia médica. Un galeno con capucha viene, me ausculta y realiza una prolija revisación. Le indico con sumo detalle otras dolencias físicas que me atormentan en el cautiverio: constantes dolores de cabeza, ardor estomacal, continuos deseos de orinar y un insomnio cruel que lacera mis quebrantados nervios (…) En un instante en que el carcelero no observa, llevo a la mano del doctor un mensaje escrito en el envase de cartón de un medicamento: 'Por favor, doctor, hable a Buenos Aires, al número…, y diga que estoy bien'. La capucha asiente afirmativamente (…), pero pude ver sus ojos: un hombre carente del sentido de piedad. Un hombre con cualidad de verdugo, nacido para manejar el hacha que secciona cabezas en el cadalso".
¿Libertad a qué precio?
"Un encapuchado me visita y me dice:
-Mayor, no se desespere y no trate de quebrantar su prisión. Usted permanece en la Cárcel del Pueblo porque el ejército al que usted pertenece lo ha abandonado.
–No estoy abandonado. Mi ejército no me abandonará jamás.
–Usted tiene una evidente inestabilidad emocional, pero puede lograr su libertad.
–¿A cambio de qué?
–Usted es especialista en armas y explosivos. Acepte trabajar como asesor para las fábricas de nuestra organización, y será libre.
–Por ese precio, no.
Y escribo en mi diario: 'de hijo mal parido sería trocar este mísero encierro por una libertad física, mientras mi alma se envilece en el fango de estos miserables'".
Morir de pie
"Hago gimnasia moviendo mis brazos y piernas en flexiones interminables, pues quiero fatigarme. La fatiga me prodigará el sueño. Pero a pesar de ello no puedo dormir y debo recurrir al carcelero para que me facilite un barbitúrico. Me entrega un Valium de cinco miligramos. Solamente con la ayuda de esta droga logro conciliar algunas horas de sueño profundo y relajado (…)".
“Quiero morir de pie, invocando a Dios, a mi familia, a la Patria, a mi ejército, a mi pueblo no contaminado con ideas empapadas en la disociación y en la sangre”
“Quiero morir de pie, invocando a Dios, a mi familia, a la Patria, a mi ejército, a mi pueblo no contaminado con ideas empapadas en la disociación y en la sangre”
"Calladamente rezo pidiendo a Dios que no me abandone en una locura humillante. Quiero morir como el quebracho, que al caer hace un ruido que es un alarido que estremece la tranquilidad del monte. Quiero morir de pie, invocando a Dios, a mi familia, a la Patria, a mi ejército, a mi pueblo no contaminado con ideas empapadas en la disociación y en la sangre (…) Siento la laxitud de haber captado un mensaje de despedida de un ser muy querido. Quizá mi esposa, mi madre, mis hijos, mis hermanos… Estoy seguro, convencido, de que un hecho luctuoso abate a mi familia".
(Nota: ese día murió Carmen Conde, su madre)
El día final
"El cuatro de enero, sorpresivamente, sentí voces de mi hija, salí en su búsqueda, y me encontré con tres hombres y una mujer joven que hablaban en una habitación. Les vi las caras y la contracción de sus mejillas, su palidez ante el peligro que supone la presencia de un hombre cautivo que los encuentra desarmados. Pude pegar, rompí un vidrio, pero fui desvanecido por mis siniestros carceleros, y cuando desperté estaba maniatado de pies y manos en mi camastro. Así permanecí durante tres días en los que, con más severa vigilancia, se me desataba para alimentarme y usar mi inodoro portátil (…) Me sentí afiebrado. Me brindan asistencia médica, y luego de ese…"
(El diario se interrumpe. Poco después, el cautivo fue torturado y asesinado. Tal vez ante un último intento de sus secuestradores: libertad a cambio de trabajar para sus filas)
En el nombre del padre
En la primera carta que Larrabure envió a su familia desde el pozo en que estuvo cautivo, fechada el 22 de octubre de 1974 –y en varias más–, los destinatarios son "Marisita, Susanita, Arturito, Jorgito y Nita". En ese orden, son su madre, sus hijos Susana y Arturo, y Nita y Jorgito, madre e hijo de la empleada de la casa. Uno de ellos, Arturo Cirilo Larrabure –60 años, licenciado en Investigación Operativa aplicada a la Informática, cinco hijos (todos profesionales)-, tenía apenas 16 años cuando su padre fue secuestrado. "Y como hijo varón tuve que asumir un rol que nadie quiere a esa edad: jefe de familia", dice al principio de la entrevista con Infobae:
Arturo Larrabure tenía 16 años cuando el ERP asesinó a su padre
Larrabure
El calvario
Con precisión matemática, en su diario, que escribió desde el principio de su cautiverio hasta el 3 de enero de 1975 y vendido por un guerrillero a la revista Gente en 1977, así describió su celda: un miserable y típico hoyo que la guerrilla llamaba "Cárcel del Pueblo".
"Aprecio que mi celda es una excavación porque carece de ventanas y una de las paredes laterales está burdamente revocada a cemento. El frente es de idéntica composición. El contrafrente es una pared de ladrillos huecos y una reja de aproximadamente 40 por 60, y el costado una divisoria de madera compactada. Dos tubos de plástico negro de unos dos centímetros de diámetro conectan con el exterior y permiten la aireación mediante un extractor eléctrico cuyo funcionamiento depende de mis captores. Padezco la terrible desventura de que deje de funcionar (…) y el aire húmedo y enrarecido aumente el asma que quebranta mi fuerza física".
l
Una foto del mayor (coronel post mortem) Argentino del Valle Larrabure enviado por sus captores en una de las cartas que el militar le escribió a su familia desde el cautiverio
Y también arriesgó a definir a sus captores como "medrosos, pusilánimes, valientes en las sombras, impulsivos, cortantes y autoritarios".
Palabras que no pudo usar en las cartas a su familia, por temor a mayor castigo del que recibía: periódicas sesiones de tortura.
Sus captores quisieron intercambiarlo por guerrilleros del ERP . La presidente Isabel Perón se negó: no negociaría con terroristas.
Ni días ni noches
Sigue el diario:
"Estoy confundido. Quiero ordenar mis ideas. No sé de noches ni de días. Las horas no están marcadas por reloj. Me son dichas por mis 'piadosos' carceleros encapuchados y por Radio Rivadavia, que ellos sintonizan y me hacen escuchar mientras me vigilan. Aquí, en este maldito subterráneo, en esta odiosa ratonera, me privan de percibir el día por el sol, por la luz, por el volar de los pájaros, por el cielo celeste y diáfano (…) ¡Oh Dios, ¿podré un día encandilar mis ojos y palpitar mi corazón agitadamente junto a mi amada esposa, hijos y demás queridos? Me han dado un lápiz y borradores, y ya he confeccionado mi propio calendario…".
Canje de libros
"Mis carceleros me han brindado entrevistas para hablarme de política. Por supuesto, de política revolucionaria empapada de Mao Tse Tung, Regis Debray, Giap, Ho Chi Minh, Guevara y demás. Les he expresado que mi formación es eminentemente técnica, no siento vocación, y prácticamente me fastidia la política (…) Persisto en mi poco apego a tales estudios, e insisto en que deseo libros de matemáticas, física y química. Afortunadamente me hacen llegar libros de matemáticas (…) Este vivir sin querer vivir me hace volcar a diario profundas meditaciones. Ellas me reencuentran con Dios, en quien deposito mi esperanza y me someto sumiso al destino que me dé".
Médico no: verdugo
"Muy pronto, como consecuencia de la primavera, hay en mi canil un gran porcentaje de humedad, y mi crónica afección asmática se ve recrudecida. Son solícitos en prodigarme asistencia médica. Un galeno con capucha viene, me ausculta y realiza una prolija revisación. Le indico con sumo detalle otras dolencias físicas que me atormentan en el cautiverio: constantes dolores de cabeza, ardor estomacal, continuos deseos de orinar y un insomnio cruel que lacera mis quebrantados nervios (…) En un instante en que el carcelero no observa, llevo a la mano del doctor un mensaje escrito en el envase de cartón de un medicamento: 'Por favor, doctor, hable a Buenos Aires, al número…, y diga que estoy bien'. La capucha asiente afirmativamente (…), pero pude ver sus ojos: un hombre carente del sentido de piedad. Un hombre con cualidad de verdugo, nacido para manejar el hacha que secciona cabezas en el cadalso".
¿Libertad a qué precio?
"Un encapuchado me visita y me dice:
-Mayor, no se desespere y no trate de quebrantar su prisión. Usted permanece en la Cárcel del Pueblo porque el ejército al que usted pertenece lo ha abandonado.
–No estoy abandonado. Mi ejército no me abandonará jamás.
–Usted tiene una evidente inestabilidad emocional, pero puede lograr su libertad.
–¿A cambio de qué?
–Usted es especialista en armas y explosivos. Acepte trabajar como asesor para las fábricas de nuestra organización, y será libre.
–Por ese precio, no.
Y escribo en mi diario: 'de hijo mal parido sería trocar este mísero encierro por una libertad física, mientras mi alma se envilece en el fango de estos miserables'".
Morir de pie
"Hago gimnasia moviendo mis brazos y piernas en flexiones interminables, pues quiero fatigarme. La fatiga me prodigará el sueño. Pero a pesar de ello no puedo dormir y debo recurrir al carcelero para que me facilite un barbitúrico. Me entrega un Valium de cinco miligramos. Solamente con la ayuda de esta droga logro conciliar algunas horas de sueño profundo y relajado (…)".
“Quiero morir de pie, invocando a Dios, a mi familia, a la Patria, a mi ejército, a mi pueblo no contaminado con ideas empapadas en la disociación y en la sangre”
“Quiero morir de pie, invocando a Dios, a mi familia, a la Patria, a mi ejército, a mi pueblo no contaminado con ideas empapadas en la disociación y en la sangre”
"Calladamente rezo pidiendo a Dios que no me abandone en una locura humillante. Quiero morir como el quebracho, que al caer hace un ruido que es un alarido que estremece la tranquilidad del monte. Quiero morir de pie, invocando a Dios, a mi familia, a la Patria, a mi ejército, a mi pueblo no contaminado con ideas empapadas en la disociación y en la sangre (…) Siento la laxitud de haber captado un mensaje de despedida de un ser muy querido. Quizá mi esposa, mi madre, mis hijos, mis hermanos… Estoy seguro, convencido, de que un hecho luctuoso abate a mi familia".
(Nota: ese día murió Carmen Conde, su madre)
El día final
"El cuatro de enero, sorpresivamente, sentí voces de mi hija, salí en su búsqueda, y me encontré con tres hombres y una mujer joven que hablaban en una habitación. Les vi las caras y la contracción de sus mejillas, su palidez ante el peligro que supone la presencia de un hombre cautivo que los encuentra desarmados. Pude pegar, rompí un vidrio, pero fui desvanecido por mis siniestros carceleros, y cuando desperté estaba maniatado de pies y manos en mi camastro. Así permanecí durante tres días en los que, con más severa vigilancia, se me desataba para alimentarme y usar mi inodoro portátil (…) Me sentí afiebrado. Me brindan asistencia médica, y luego de ese…"
(El diario se interrumpe. Poco después, el cautivo fue torturado y asesinado. Tal vez ante un último intento de sus secuestradores: libertad a cambio de trabajar para sus filas)
En el nombre del padre
En la primera carta que Larrabure envió a su familia desde el pozo en que estuvo cautivo, fechada el 22 de octubre de 1974 –y en varias más–, los destinatarios son "Marisita, Susanita, Arturito, Jorgito y Nita". En ese orden, son su madre, sus hijos Susana y Arturo, y Nita y Jorgito, madre e hijo de la empleada de la casa. Uno de ellos, Arturo Cirilo Larrabure –60 años, licenciado en Investigación Operativa aplicada a la Informática, cinco hijos (todos profesionales)-, tenía apenas 16 años cuando su padre fue secuestrado. "Y como hijo varón tuve que asumir un rol que nadie quiere a esa edad: jefe de familia", dice al principio de la entrevista con Infobae:
Arturo Larrabure tenía 16 años cuando el ERP asesinó a su padre
Re: Actualidad y política
Larraburre. 70 integrantes del ERP ingresaron al cuartel fuertemente armados, año 1974, se llevaron 120 fusiles FAL etc.
En 1976 los milicos tomaron la manija y se fueron de mambo, pero antes lo hecho por montoneros ERP, Triple A etc., fue un desmadre total con muchos muertos, inválidos etc. producto del terrorismo y del terrorismo de Estado de la Triple A.
Esa noche se realizaba una cena en el casino de la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos a la cual asistía gran parte del personal que vivía en la fábrica, la mayoría civiles, incluyendo al mayor Larrabure y su esposa. Aproximadamente a la una de la mañana del domingo 11 el conscripto Mario Pettiggiani ―estudiante de arquitectura― cortó con una pinza el cerco perimetral de la fábrica para permitir el ingreso de un comando compuesto por unos 70 integrantes del ERP, fuertemente armados. Luego de dominar a los efectivos de guardia, ocasión en que dispararon contra un centinela dejándolo hemipléjico en forma permanente, ingresaron en el Casino y preguntaron por el director de la fábrica ―el teniente coronel Osvaldo Jorge Guardone, que no se hallaba presente―, por el mayor Larrabure y por el capitán García, ingeniero químico, y al identificarse estos últimos los llevaron con ellos a los vehículos que les aguardaban. También intentaron capturar al director en su casa ubicada dentro del predio de la fábrica pero el mismo se defendió, mató a uno de los asaltantes y puso en fuga a los restantes.
Cuando eran llevados hacia un automóvil, el capitán García intentó fugarse y fue mal herido pero igualmente se lo subió a los vehículos junto a Larrabure abandonando el lugar. Más adelante García fue abandonado por los captores gravemente herido. El combate que se desarrolló esa madrugada arrojó un saldo de un policía muerto y siete heridos, entre policías y militares. Se estima que los guerrilleros se llevaron unos 120 fusiles FAL, otras armas y diversos explosivos y tuvieron dos muertos y siete u ocho heridos. Además horas después del copamiento, al intentar eludir un control policial, chocó un vehículo en el que presuntamente iban dos participantes del ataque resultando muerto uno de ellos y detenido el otro.
En 1976 los milicos tomaron la manija y se fueron de mambo, pero antes lo hecho por montoneros ERP, Triple A etc., fue un desmadre total con muchos muertos, inválidos etc. producto del terrorismo y del terrorismo de Estado de la Triple A.
Esa noche se realizaba una cena en el casino de la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos a la cual asistía gran parte del personal que vivía en la fábrica, la mayoría civiles, incluyendo al mayor Larrabure y su esposa. Aproximadamente a la una de la mañana del domingo 11 el conscripto Mario Pettiggiani ―estudiante de arquitectura― cortó con una pinza el cerco perimetral de la fábrica para permitir el ingreso de un comando compuesto por unos 70 integrantes del ERP, fuertemente armados. Luego de dominar a los efectivos de guardia, ocasión en que dispararon contra un centinela dejándolo hemipléjico en forma permanente, ingresaron en el Casino y preguntaron por el director de la fábrica ―el teniente coronel Osvaldo Jorge Guardone, que no se hallaba presente―, por el mayor Larrabure y por el capitán García, ingeniero químico, y al identificarse estos últimos los llevaron con ellos a los vehículos que les aguardaban. También intentaron capturar al director en su casa ubicada dentro del predio de la fábrica pero el mismo se defendió, mató a uno de los asaltantes y puso en fuga a los restantes.
Cuando eran llevados hacia un automóvil, el capitán García intentó fugarse y fue mal herido pero igualmente se lo subió a los vehículos junto a Larrabure abandonando el lugar. Más adelante García fue abandonado por los captores gravemente herido. El combate que se desarrolló esa madrugada arrojó un saldo de un policía muerto y siete heridos, entre policías y militares. Se estima que los guerrilleros se llevaron unos 120 fusiles FAL, otras armas y diversos explosivos y tuvieron dos muertos y siete u ocho heridos. Además horas después del copamiento, al intentar eludir un control policial, chocó un vehículo en el que presuntamente iban dos participantes del ataque resultando muerto uno de ellos y detenido el otro.
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