La cuestión de fondo es que los comunistas gramscianos que pululan en el gobierno se han disfrazado de peronistas. Siempre se escudan tras él. Y el viejo general era fascista, o socialista nacional, como solía decir. Detestaba a todo lo que oliera a comunismo, los mandó a encarcelar y torturar en sus primeras presidencias y después los echó de la Plaza y puso en marcha a la triple A.
Pero ustedes saben que la marca Perón vende entre las mayorías. "Hay que hacer la Revolución. La Revolución debe hacerse con el Pueblo. El Pueblo es peronista. Luego, la Revolución será peronista". Y así, tenemos marxistas en su infinidad de variantes cantando la marchita.
La idea que los une es la destrucción del orden social existente. Para eso han adoptado una metodología gramsciana, que se les escapa apenas hablan. Hacer pelota a las clases medias y sembrar miseria, mintiendo todo lo que haga falta. Nunca estuvieron tan cerca como ahora. Los felicito y los maldigo.