solatorres escribió: ↑ Todo tiene su costo. Creced y multiplicaos...y vamos para 8.000 millones y el planeta se deteriora aceleradamente. La peor peste que lo asuela es el crecimiento incontrolado de una especie, la nuestra. En una emergencia, con escasez de alimentos, se los raciona. Los 33 mineros atrapados en Chile sobrevivieron, pero a dieta. Estamos en una emergencia de sobrepoblación, que también requiere racionamiento. Y por muy liberal que uno sea, el racionamiento es una buena opción a una lucha de todos contra todos. Eso, a nivel mundial.
A nivel local, si quisiéramos controlar lo que usted llama "mantener vagos", iríamos a un régimen spenceriano. Funciona, pero el estómago a mi no me da. La Iglesia podría empezar colaborando en un montón de cosas que tienen que ver con la educación. Los jesuitas siempre han sido eximios educadores. La difusión de los métodos anticonceptivos es ineludible, y ellos, en vez de oponerse, deberían difundirlos. A las chiquillas que se embarazan para tener "su" dinero hay que cortarles el chorro. Y debe llegarse a un "dorado punto medio" entre fomentar la vagancia y dejar que los menos dotados pasen hambre.
Así lo veo yo.
La iglesia tiene su método de planificación familiar que es respetuoso del misterio de la vida.