Si hay acuerdo salen todas y esta esta atrasada, solo por expectativas vuela
TGNO4 Transp. Gas del Norte
Re: TGNO4 Transp. Gas del Norte
Falta para vender dólares y comprar. Sin fundamentos la empresa en el corto. Lo único que la mueve es la depreciación del peso.
Re: TGNO4 Transp. Gas del Norte
arriba de 500 mil papeles operados sale con fritas
Re: TGNO4 Transp. Gas del Norte
Me parece que anda con ganas de salir
Re: TGNO4 Transp. Gas del Norte
no hay mas dolares en el BCRA , podrian ir pensando en abrir todos los grifos disponibles para generar usd salvo que quieran hacer Chavismo y bueno todes pobres y se solucionan las cosas
Re: TGNO4 Transp. Gas del Norte
rojo escribió: ↑ interesante esta nota Vaca Muerta= exportaciones=divisas para el pais
¿Tendría potencial Vaca Muerta sin YPF al frente?
RODRIGO ÁLVAREZ
El antagonismo entre lo público y lo privado es la emergente de una tensión política y económica en aumento. Una arista de este choque es la asociación directa entre la propiedad de las empresas y la eficiencia en su gestión.
Existen compañías privadas que han destruido riqueza, y empresas, mayoritariamente públicas, que han logrado no sólo crecer sino también transformar la realidad de un sector, una región o un país.
Un caso paradigmático y que sirve como ejemplo es Noruega. El Estado de esa nación es dueño de Equinor, la mayor petrolera nacional; Telenor, la mayor empresa de telecomunicaciones y DNB el mayor grupo financiero. Es como si los Estados Unidos gestionaran a Exxon Móbil, Verizon y JP Morgan Chase. A priori, ¿estamos en condiciones de afirmar que el segundo conjunto de empresas está mejor administrado que el primero?, ¿podríamos concluir que Exxon ha hecho más por el desarrollo de la industria petrolera norteamericana que Equinor en Noruega? ¿Qué visión corporativa nos identifica?
La propiedad de la empresa no define su destino ni la calidad de su gestión. El desempeño de las empresas tiene que ser analizado y puesto en contexto. YPF, la empresa industrial más importante del país, es un claro ejemplo de una firma que ha sido gestionada bajo distintas estructuras de capital y management, generando resultados contrastantes.
De hecho, a partir de 2012 y luego de su nacionalización, YPF adoptó un modelo de gestión eficiente en donde un management profesional, con un alto know how del sector, gestionó a la compañía con el apoyo de un gobierno que impulsó medidas para atraer inversiones. Por caso, la adenda a la Ley de Hidrocarburos 17.319 y el Plan de Estímulo al Gas.
Fue un momento donde se generó la escala necesaria, se promovieron inversiones a través de acuerdos con importantes jugadores del sector internacional, como Chevron, Petronas y Dow, se introdujo al país tecnología de vanguardia y la producción de petróleo y gas aumentó significativamente. YPF apostó por Vaca Muerta con gran intensidad, y supo tomar un liderazgo que una empresa privada no lo hubiera tomado.
El ingreso de capital extranjero a Vaca Muerta, primero a través de asociaciones y luego directamente mediante la adquisición de concesiones, no habría sido posible sin el acompañamiento del Gobierno y de los planes de inversión y producción que se pusieron en marcha en aquel momento.
De esta forma Vaca Muerta encontró un lugar en la agenda energética mundial, y permitió, a través del desarrollo de la producción no convencional, un cambio de paradigma en la política energética argentina.
Hoy, Vaca Muerta es una oportunidad que no podemos desaprovechar. En estos ocho años de desarrollo y trabajo, se logró un importante avance en la curva de aprendizaje. Y lo fundamental, es que todos los sectores, tanto políticos como económicos, coinciden en la necesidad de acelerar su desarrollo.
Ahora bien, la consolidación del proceso requiere la normalización del entorno macroeconómico y un Gobierno que promueva medidas para que finalmente despliegue todo su potencial. Deben replicarse los esfuerzos y la visión que se tomó a partir de 2012 para hacer nuevamente atractivo el recurso. Es volver al camino de la inversión y la producción que consolide un escenario exportador realista. Esto ayudaría a incrementar la generación de divisas, aliviando las tensiones recurrentes en el frente externo.
En función de estimaciones propias y de empresas de la industria, si el país promueve un marco legal atractivo y desarrolla una política energética lógica, aun en un contexto desafiante como el actual, se podrían captar u$s 5000 millones anuales de inversión sólo en Vaca Muerta. Y eso es solo el comienzo.
El yacimiento tiene la capacidad de aportar entre inversiones y saldo comercial los dólares que la Argentina necesita para despegar en un mundo complejo, con dificultades de acceso a los mercados de crédito y fuertes compromisos con acreedores y organismos de crédito. Precisamente el salto exportador argentino tendría que surgir de un apoyo explícito a sectores estratégicos en un nuevo contexto de estabilidad.
La implementación del barril criollo fue oportuna y certera, pero no es más que un paliativo para proteger el recurso y fundamentalmente la capacidad productiva nacional, garantizando un precio competitivo en el mediano plazo. La lógica es cuidar a los productores que invierten miles de millones de dólares en desarrollo e innovación. Debemos pensar a largo plazo y entender cómo podemos llevar a la industria al siguiente nivel, con Vaca Muerta como punta de lanza.
No hay tiempo que perder. Los yacimientos convencionales declinan año a año. En este escenario, Vaca Muerta es la llave para mantener los niveles de producción, equilibrando la balanza energética y evitando la importación. Y a partir de ahí, construir para que Vaca Muerta sea una plataforma exportadora.
La esperanza sigue viva porque grandes empresas, como Shell, Chevron, Equinor o Vista, lejos de migrar a otros países, siguen apostando y creyendo en el potencial del recurso. YPF, la nave insignia, tiene que volver a tomar el liderazgo del sector, como bien supo hacer hace ocho años atrás.
Ese modelo de gestión mixto que se vio al momento de su nacionalización, sentó las bases para que Vaca Muerta siga vigente, despertando el interés de inversores y compañías de primer nivel que, pacientemente, esperan un contexto más propicio para comenzar a jugar en nuestra industria. Es una oportunidad que no hay que volver a dejar pasar.
El informe en si da para sacar cosas positivas, el problema está en que nuestros políticos desarrollan políticas económicas que son de terror, parece a propósito quieren ver al país sumergido.

Re: TGNO4 Transp. Gas del Norte
interesante esta nota Vaca Muerta= exportaciones=divisas para el pais
¿Tendría potencial Vaca Muerta sin YPF al frente?
RODRIGO ÁLVAREZ
El antagonismo entre lo público y lo privado es la emergente de una tensión política y económica en aumento. Una arista de este choque es la asociación directa entre la propiedad de las empresas y la eficiencia en su gestión.
Existen compañías privadas que han destruido riqueza, y empresas, mayoritariamente públicas, que han logrado no sólo crecer sino también transformar la realidad de un sector, una región o un país.
Un caso paradigmático y que sirve como ejemplo es Noruega. El Estado de esa nación es dueño de Equinor, la mayor petrolera nacional; Telenor, la mayor empresa de telecomunicaciones y DNB el mayor grupo financiero. Es como si los Estados Unidos gestionaran a Exxon Móbil, Verizon y JP Morgan Chase. A priori, ¿estamos en condiciones de afirmar que el segundo conjunto de empresas está mejor administrado que el primero?, ¿podríamos concluir que Exxon ha hecho más por el desarrollo de la industria petrolera norteamericana que Equinor en Noruega? ¿Qué visión corporativa nos identifica?
La propiedad de la empresa no define su destino ni la calidad de su gestión. El desempeño de las empresas tiene que ser analizado y puesto en contexto. YPF, la empresa industrial más importante del país, es un claro ejemplo de una firma que ha sido gestionada bajo distintas estructuras de capital y management, generando resultados contrastantes.
De hecho, a partir de 2012 y luego de su nacionalización, YPF adoptó un modelo de gestión eficiente en donde un management profesional, con un alto know how del sector, gestionó a la compañía con el apoyo de un gobierno que impulsó medidas para atraer inversiones. Por caso, la adenda a la Ley de Hidrocarburos 17.319 y el Plan de Estímulo al Gas.
Fue un momento donde se generó la escala necesaria, se promovieron inversiones a través de acuerdos con importantes jugadores del sector internacional, como Chevron, Petronas y Dow, se introdujo al país tecnología de vanguardia y la producción de petróleo y gas aumentó significativamente. YPF apostó por Vaca Muerta con gran intensidad, y supo tomar un liderazgo que una empresa privada no lo hubiera tomado.
El ingreso de capital extranjero a Vaca Muerta, primero a través de asociaciones y luego directamente mediante la adquisición de concesiones, no habría sido posible sin el acompañamiento del Gobierno y de los planes de inversión y producción que se pusieron en marcha en aquel momento.
De esta forma Vaca Muerta encontró un lugar en la agenda energética mundial, y permitió, a través del desarrollo de la producción no convencional, un cambio de paradigma en la política energética argentina.
Hoy, Vaca Muerta es una oportunidad que no podemos desaprovechar. En estos ocho años de desarrollo y trabajo, se logró un importante avance en la curva de aprendizaje. Y lo fundamental, es que todos los sectores, tanto políticos como económicos, coinciden en la necesidad de acelerar su desarrollo.
Ahora bien, la consolidación del proceso requiere la normalización del entorno macroeconómico y un Gobierno que promueva medidas para que finalmente despliegue todo su potencial. Deben replicarse los esfuerzos y la visión que se tomó a partir de 2012 para hacer nuevamente atractivo el recurso. Es volver al camino de la inversión y la producción que consolide un escenario exportador realista. Esto ayudaría a incrementar la generación de divisas, aliviando las tensiones recurrentes en el frente externo.
En función de estimaciones propias y de empresas de la industria, si el país promueve un marco legal atractivo y desarrolla una política energética lógica, aun en un contexto desafiante como el actual, se podrían captar u$s 5000 millones anuales de inversión sólo en Vaca Muerta. Y eso es solo el comienzo.
El yacimiento tiene la capacidad de aportar entre inversiones y saldo comercial los dólares que la Argentina necesita para despegar en un mundo complejo, con dificultades de acceso a los mercados de crédito y fuertes compromisos con acreedores y organismos de crédito. Precisamente el salto exportador argentino tendría que surgir de un apoyo explícito a sectores estratégicos en un nuevo contexto de estabilidad.
La implementación del barril criollo fue oportuna y certera, pero no es más que un paliativo para proteger el recurso y fundamentalmente la capacidad productiva nacional, garantizando un precio competitivo en el mediano plazo. La lógica es cuidar a los productores que invierten miles de millones de dólares en desarrollo e innovación. Debemos pensar a largo plazo y entender cómo podemos llevar a la industria al siguiente nivel, con Vaca Muerta como punta de lanza.
No hay tiempo que perder. Los yacimientos convencionales declinan año a año. En este escenario, Vaca Muerta es la llave para mantener los niveles de producción, equilibrando la balanza energética y evitando la importación. Y a partir de ahí, construir para que Vaca Muerta sea una plataforma exportadora.
La esperanza sigue viva porque grandes empresas, como Shell, Chevron, Equinor o Vista, lejos de migrar a otros países, siguen apostando y creyendo en el potencial del recurso. YPF, la nave insignia, tiene que volver a tomar el liderazgo del sector, como bien supo hacer hace ocho años atrás.
Ese modelo de gestión mixto que se vio al momento de su nacionalización, sentó las bases para que Vaca Muerta siga vigente, despertando el interés de inversores y compañías de primer nivel que, pacientemente, esperan un contexto más propicio para comenzar a jugar en nuestra industria. Es una oportunidad que no hay que volver a dejar pasar.
¿Tendría potencial Vaca Muerta sin YPF al frente?
RODRIGO ÁLVAREZ
El antagonismo entre lo público y lo privado es la emergente de una tensión política y económica en aumento. Una arista de este choque es la asociación directa entre la propiedad de las empresas y la eficiencia en su gestión.
Existen compañías privadas que han destruido riqueza, y empresas, mayoritariamente públicas, que han logrado no sólo crecer sino también transformar la realidad de un sector, una región o un país.
Un caso paradigmático y que sirve como ejemplo es Noruega. El Estado de esa nación es dueño de Equinor, la mayor petrolera nacional; Telenor, la mayor empresa de telecomunicaciones y DNB el mayor grupo financiero. Es como si los Estados Unidos gestionaran a Exxon Móbil, Verizon y JP Morgan Chase. A priori, ¿estamos en condiciones de afirmar que el segundo conjunto de empresas está mejor administrado que el primero?, ¿podríamos concluir que Exxon ha hecho más por el desarrollo de la industria petrolera norteamericana que Equinor en Noruega? ¿Qué visión corporativa nos identifica?
La propiedad de la empresa no define su destino ni la calidad de su gestión. El desempeño de las empresas tiene que ser analizado y puesto en contexto. YPF, la empresa industrial más importante del país, es un claro ejemplo de una firma que ha sido gestionada bajo distintas estructuras de capital y management, generando resultados contrastantes.
De hecho, a partir de 2012 y luego de su nacionalización, YPF adoptó un modelo de gestión eficiente en donde un management profesional, con un alto know how del sector, gestionó a la compañía con el apoyo de un gobierno que impulsó medidas para atraer inversiones. Por caso, la adenda a la Ley de Hidrocarburos 17.319 y el Plan de Estímulo al Gas.
Fue un momento donde se generó la escala necesaria, se promovieron inversiones a través de acuerdos con importantes jugadores del sector internacional, como Chevron, Petronas y Dow, se introdujo al país tecnología de vanguardia y la producción de petróleo y gas aumentó significativamente. YPF apostó por Vaca Muerta con gran intensidad, y supo tomar un liderazgo que una empresa privada no lo hubiera tomado.
El ingreso de capital extranjero a Vaca Muerta, primero a través de asociaciones y luego directamente mediante la adquisición de concesiones, no habría sido posible sin el acompañamiento del Gobierno y de los planes de inversión y producción que se pusieron en marcha en aquel momento.
De esta forma Vaca Muerta encontró un lugar en la agenda energética mundial, y permitió, a través del desarrollo de la producción no convencional, un cambio de paradigma en la política energética argentina.
Hoy, Vaca Muerta es una oportunidad que no podemos desaprovechar. En estos ocho años de desarrollo y trabajo, se logró un importante avance en la curva de aprendizaje. Y lo fundamental, es que todos los sectores, tanto políticos como económicos, coinciden en la necesidad de acelerar su desarrollo.
Ahora bien, la consolidación del proceso requiere la normalización del entorno macroeconómico y un Gobierno que promueva medidas para que finalmente despliegue todo su potencial. Deben replicarse los esfuerzos y la visión que se tomó a partir de 2012 para hacer nuevamente atractivo el recurso. Es volver al camino de la inversión y la producción que consolide un escenario exportador realista. Esto ayudaría a incrementar la generación de divisas, aliviando las tensiones recurrentes en el frente externo.
En función de estimaciones propias y de empresas de la industria, si el país promueve un marco legal atractivo y desarrolla una política energética lógica, aun en un contexto desafiante como el actual, se podrían captar u$s 5000 millones anuales de inversión sólo en Vaca Muerta. Y eso es solo el comienzo.
El yacimiento tiene la capacidad de aportar entre inversiones y saldo comercial los dólares que la Argentina necesita para despegar en un mundo complejo, con dificultades de acceso a los mercados de crédito y fuertes compromisos con acreedores y organismos de crédito. Precisamente el salto exportador argentino tendría que surgir de un apoyo explícito a sectores estratégicos en un nuevo contexto de estabilidad.
La implementación del barril criollo fue oportuna y certera, pero no es más que un paliativo para proteger el recurso y fundamentalmente la capacidad productiva nacional, garantizando un precio competitivo en el mediano plazo. La lógica es cuidar a los productores que invierten miles de millones de dólares en desarrollo e innovación. Debemos pensar a largo plazo y entender cómo podemos llevar a la industria al siguiente nivel, con Vaca Muerta como punta de lanza.
No hay tiempo que perder. Los yacimientos convencionales declinan año a año. En este escenario, Vaca Muerta es la llave para mantener los niveles de producción, equilibrando la balanza energética y evitando la importación. Y a partir de ahí, construir para que Vaca Muerta sea una plataforma exportadora.
La esperanza sigue viva porque grandes empresas, como Shell, Chevron, Equinor o Vista, lejos de migrar a otros países, siguen apostando y creyendo en el potencial del recurso. YPF, la nave insignia, tiene que volver a tomar el liderazgo del sector, como bien supo hacer hace ocho años atrás.
Ese modelo de gestión mixto que se vio al momento de su nacionalización, sentó las bases para que Vaca Muerta siga vigente, despertando el interés de inversores y compañías de primer nivel que, pacientemente, esperan un contexto más propicio para comenzar a jugar en nuestra industria. Es una oportunidad que no hay que volver a dejar pasar.
Re: TGNO4 Transp. Gas del Norte
mal el AT de esta.. 

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- Registrado: Sab Dic 01, 2018 6:31 pm
Re: TGNO4 Transp. Gas del Norte
Les dejo material para entretenerse.
encana
https://www.baenegocios.com/economia/Im ... -0041.html
https://www.infobae.com/politica/2020/0 ... o-del-gas/
inviable
https://econojournal.com.ar/2020/07/lan ... e-energia/

encana
https://www.baenegocios.com/economia/Im ... -0041.html
https://www.infobae.com/politica/2020/0 ... o-del-gas/
inviable
https://econojournal.com.ar/2020/07/lan ... e-energia/

Re: TGNO4 Transp. Gas del Norte
MJS1977 escribió: ↑ El tema de las tarifas es muy importante, así como están el proyecto de gasoducto nuevo no es viable.
Estas son las tarifas actuales por m3 de gas para la ruta Neuquén-Buenos Aires:
TGS-Nqn-GBA $ 0,630531
TGN-Nqn-GBA $ 0,827278
En promedio $ 0,73 o sea en US$ (mayorista) 1,2 centavos.
El proyecto del nuevo gasoducto Transportadora de Gas del Centro (TGC) se calcula que transporte 40 MMm3/d y su costo sería de US$ 2.000 millones.
Es imposible pagar el costo del nuevo gasoducto con estos valores.
El nuevo gasoducto proyectado AF-CFK que reemplaza al TGC de Macri, iría directamente desde Tratayén (Neuquén) hasta el nodo San Jerónimo (Santa Fe), costaría también U$S 2.000 millones y tendría unos 930 km de longitud.
Lo más importante: la tarifa requerida sería de 1,2-1,7 U$S/MBTU, o lo que es lo mismo, de 4 a 6 centavos de dólar por m3 transportado.
Nótese que el promedio actual entre TGN y TGS, para la misma ruta, es $ 0,73 o sea menos de 1 centavo de dólar.
Re: TGNO4 Transp. Gas del Norte
volvi con poquito..
ese poquito lo largue de loma
pero estoytambien en parte liquida..
Quien sabe que pasara,
pero aseguro ganancias
Saludos del loro
Posdata
FALTAN TILDES , NO TENGO GANAS DE PONERLAS

ese poquito lo largue de loma
pero estoytambien en parte liquida..
Quien sabe que pasara,
pero aseguro ganancias
Saludos del loro

Posdata
FALTAN TILDES , NO TENGO GANAS DE PONERLAS

Re: TGNO4 Transp. Gas del Norte
Alberto cito a Vaca Muerta como futuro y "el gas a chile " y gas licuado 

Re: TGNO4 Transp. Gas del Norte
Ahhi uno se planto en 39.75, llevo como 3 palos y sigue
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