Efectivamente, alguien debe pagar la farra de la década ganada, y la oligarquía leguleya en el poder no está dispuesta. En fin, si las cuentas llegaran a cerrar, le darán una patada al Fernández macho y se quedará la hembra para disfrutar de sus conquistas. Pero no es el tema. La "renta" sojera da trabajo, y mucho. Lo que sólo da ocupación improductiva y gasto es la hipertrofia política. En la que hordas de inútiles se complacen en cambiar las reglas todos los años ("la seguridad jurídica es un concepto horrible"), porque la "actividad" legislativa se mide por la cantidad de nuevas leyes con las que nos vuelven locos, esclavizan y tienen material para perseguirnos si los molestamos.
Si el terrateniente se cansa de que lo atropellen y confisquen, dudo que ponga una fábrica. Porque poner una fábrica en la Argentina es de audaces, inconcientes o inocentes, teniendo enfrente a sindicatos, funcionarios extorsivos y un panorama cambiante. No, se irá maldiciendo. Y entonces aparecerán los Báez a quedarse con sus tierras y sus máquinas.