Mensajepor amadeus2018 » Mié Nov 27, 2019 10:41 am
La pregunta del millón que nos hacemos los habitantes de este país es ¿Quién tendrá el poder en la Argentina a partir del 10 de diciembre? Como nos enseñaron en las ecuaciones matemáticas, hay que tratar de despejar la incógnita a la luz de algunos indicios claros que sirven para darnos una idea de cómo viene la mano, y Alberto Fernández es la gran incógnita que debemos despejar.
Antes que nada, lo primero. Alberto no puede arriesgarse a fallar de entrada, no tiene margen. Como ya le advirtió el nuncio apostólico Juan Grabois, la mecha es corta. Y no sólo eso, está encendida, así que nuestro presidente electo necesita urgentemente una base de sustentación sólida, y su posición no es cómoda, porque cuando mira hacia atrás, para ver qué lo sostiene, no encuentra nada. Él solo no es nada. No representa nada y no tiene un solo voto que le pertenezca.
Ganó con los votos de Kristina sumados a los de los gobernadores peronistas y a los de Massa. Massa ya fue corrido afuera de la cancha y Alberto no tiene nada para ofrecerle a los gobernadores como moneda de cambio. No les puede prometer nada y ellos no le darán apoyo a cambio de nada. Alberto también sabe que en cuanto se aparte de los cánones cristinistas, el aparato camporista comenzará a esmerilarlo sin piedad. Alberto tiene la cara, pero no es tonto, y esto lo sabe.
Ante este panorama, lo más sencillo, cómodo y barato es apoyarse en Kristina y sus pibes para la liberación. Está a su merced. ¿Pero hasta dónde puede ceder? Ahora vamos a los indicios.
1. Lo llamaron al pie. Cuando Cristina vino de Cuba, fue él quien fue citado a su guarida, y no al revés.
2. Le marcaron la cancha. Mientras él fue solo y ni siquiera pudo llevar a su secuaz todo terreno, Santiago Cafiero, Cristina lo esperó flanqueda por Máximo y Wado de Pedro. Le hicieron el tres – uno.
3. Le “aplicaron la tira”. Él llevó una “propuesta” desarrollada de ministerios y funcionarios, y se la despedazaron sin más. De un plumazo fueron borrados los moderados Nielsen, Redrado y Randazzo.
4. Lo están utilizando como instrumento de la venganza. Alberto había accedido, como corresponde por una tradición de más de un siglo (sólo rota por el caprichito histérico de los K), a que la entrega de los atributos del mando se hiciera en el salón Blanco de la Casa de Gobierno, pero ¡oh casualidad!, curiosamente al día siguiente de aquella reunión, voceros de Alberto salieron a decir que él pretendía recibir la banda y el bastón en el Congreso de la Nación y no en la Casa Rosada “como siempre se hizo”. Acoto yo: además de miedoso, mentiroso. Lo obligaron a retractarse, a mostrar los dientes y a poner en marcha la maquinaria de la venganza, empezando por llevar a Macri a humillarse jugando en cancha visitante, cuyos palcos estarán atiborrados por la conocida barra brava kirchnerista. En aras de no repetir el papelón internacional de 2015, Macri accedió.
5. Le captaron el poder legislativo. El kirchnerismo reinará en el Congreso. La reina madre manejará el Senado y el delfín Máximo será la cabeza del bloque peronista de la Cámara de Diputados. Para ello también fueron desplazados el senador Caserio y el diputado Rossi El primero para permitir nombrar al frente del bloque del senado al kirchnerista - insfranista Mayans; y Rossi, para encumbrar en su lugar al príncipe heredero Máximo Iro.
6. Ella no quiere sombras. Por eso el día del discurso de triunfo no quiso a ningún gobernador en el palco de la victoria, y a Massa le permitió subir de lástima, pero lo mandaron al fondo, para que se confundiera con el decorado. Alberto dijo que su gobierno sería el gobierno de los gobernadores peronistas, pero por ahora los dejó afuera de cualquier puesto de conducción o legislativo de importancia.
7. Le metieron la cuña. Zannini fue reivindicado y se lo impusieron sin anestesia como Procurador del Tesoro. Ayer delincuente preso, hoy jefe de los abogados del estado. Y las largas garras del kirchnereismo van por otros botines del poder: La AFIP, la AFI, la Procuración General, la Corte Suprema de Justicia, ANSES, la UIF, el Consejo de la Magistratura, etc.
8. Mientras tanto la Provincia más importante del país será conducida sin límites de ningún tipo por Axel y Magario. Una dupla desopilante que se asegurará de que La Matanza siga hundida en la miseria para que sigan votando por ellos a cambio de migajas.
Mi abuela siempre me decía que el miedo no es zonzo. Es lo que evidencian Alberto, los gobernadores, y por ahora, también el ex “macho alfa” Massa. Han perdido toda capacidad de maniobra y de decisión. Están paralizados por el miedo. Todavía nadie sabe con qué poder cuenta, y ante la duda, están todos quietos y cedieron la iniciativa.
¿Qué clase de presidente tenemos que no puede ni siquiera conformar su gabinete? ¿Volvió el vamos por todo? ¿El Ministerio de la venganza será real? ¿Maléfica mostró las uñas tan pronto? ¿Se viene la impunidad?
Alberto Fernández es la incógnita que debemos despejar Nadie sabe lo que piensa, pues en estos años ha expresado con claridad sus convicciones, y con la misma claridad, todo lo contrario. Como Groucho Marx, expuso sus principios, pero si a la señora no le gustan, parece que tiene otros.