Mensajepor quique43 » Mié Ago 14, 2019 11:51 am
Chicas si van por la ruta, pongan alguna vaca en el baúl, se viene la resaca:
Vamo a volvé, a volvé, vamo a volvé¡¡¡
Crisis en el sector ganadero
-en la última década se perdieron 10 millones de cabezas de ganado
-el consumo de carne cayó de 68 a 53 kilos entre 2008 y 2011 y Argentina dejó de ser el país con mayor consumo del mundo
-las exportaciones de carne cayeron en 2012 a su nivel más bajo de los últimos 50 años
El apoyo del entonces vicepresidente argentino, el radical Julio Cobos, a los hombres de campo, al oponerse al aumento de aranceles, marcaría una ruptura dentro del gobierno. En tanto, la crisis del campo también daría pie a la batalla entre los Kirchner y el principal multimedios del país, el Grupo Clarín (ver Guerra de los medios).
Las protestas de los productores agropecuarios, que se extendieron por meses y paralizaron al país, fueron acompañadas por un vasto sector de la población y las movilizaciones contra el gobierno marcaron el comienzo de una serie de "cacerolazos" que en años posteriores se harían más masivos, aglutinando a los diversos opositores al kirchnerismo.
Lo paradójico de la situación fue que a pesar de las tensiones el gobierno tuvo una fuerte dependencia del campo.
El "modelo económico K" dependió en gran medida de los ingresos generados por la venta de soja, la principal exportación argentina. Ante la imposibilidad de acceder al mercado de capitales tras el default de la deuda en 2001, la economía argentina basó el ingreso de divisas principalmente en su superávit comercial, logrado gracias a esta oleaginosa.
Los precios récord que alcanzaron los commodities agrarios, en particular la soja, permitió al gobierno triplicar las reservas en dólares en el Banco Central (ver La deuda) y ayudó a cuadruplicar el Producto Interno Bruto (PIB) del país entre 2003 y 2013.
Pero la contracara de la "sojización" fue una caída en la producción de otros granos y sobre todo de la ganadería.
Las restricciones a la exportación de carne que aplicó el gobierno a partir de 2006 con la intención de mantener bajos los precios domésticos agudizaron la crisis en el sector y provocaron una caída de más del 75% en el comercio externo de carne.