El día después del tsunami de votos que inundó las urnas con apoyo para la reelección del gobernador Juan Schiaretti, en la oposición provincial mayoritaria reinó una sensación de tierra arrasada que, a esta altura, nadie se atreve a asegurar cuándo se disipará.
Las principales figuras del radicalismo, del PRO y del Frente Cívico se recostaron en un prudente silencio público, aunque en privado todos reconocen que la recuperación de lo que fue Cambiemos –si es que se produce– llevará tiempo, atento a la magnitud de la crisis y al grado de degradación de las relaciones políticas e interpersonales entre los líderes de los diferentes sectores internos.