Mensajepor quique43 » Mar Dic 05, 2017 11:04 am
Por supuesto que la nota de Fermo es un alerta para con el gobierno, (y nosotros), ahora para la lacra KK., eso no los exime del desastre que dejaron, los màs grandes chorros y sinverguenzas que tuvo el paìs, lo interesante es ver como los lambones siguen tocando el bombo todavìa, como si la responsabilidad de lo que ocurre, no fuera de ellos.
Lo ùltimo de Fermo del Cronista:
Peleados con “la suma y la resta”. Si concibiésemos a la Argentina como un portafolio, el mismo exhibiría tres debilidades: a) endeudamiento y déficit, b) exposición a shocks en tasas de interés y commodities, c) apuesta a rebote salvador del PBI. Un asset manager profesional nunca estructuraría una cartera de semejante forma dado que violaría principios básicos de inmunización y diversificación. Sin embargo, ningún político está advirtiendo a una sociedad totalmente desinformada respecto a los riesgos que esto implica, hasta los municipios se están financiando ya con deuda externa y me cuentan por TV que me quede tranquilo porque se viene un pacto de responsabilidad fiscal para atacar el “rojo”. Si bien de los políticos no se puede esperar nada, sería útil que la prensa se involucre en contarnos todo lo que podría salir mal, para que en vez de festejar un rebote, resaltemos los riesgos a los que nos expone. Desde octubre, el gobierno fue una máquina de dilapidar capital político y hacer errores no sólo en lo económico, desdibujándose en todos los frentes. Antes el cuento era que no tenían mayoría, ahora ganaron una elección y siguen sin embargo, anclados a una sanata eterna, ajustando siempre a la misma tuerca hasta falcearla. En ocasiones, hacer la plancha en todas las dimensiones puede jugarle en contra “a la lotería M”, resultando en el peor de los mundos.
A la suerte hay que ayudarla. En finanzas, ningún escenario es totalmente cierto, la incertidumbre domina nuestra forma de pensar al punto que uno se acostumbra a una pregunta muy sana: ¿qué es lo peor que pudiera ocurrir? De acuerdo al gobierno, parecería existir un escenario base de fuerte rebote económico que se toma como único posible y por lo tanto, con probabilidad 100%. Nunca nos cuentan lo que podría salir mal porque el objetivo es ganar las elecciones del 2019 y hablar de riesgos siempre ahuyenta a nuestro populistamente sobornable electorado. El escenario oficial tiene un tentador círculo virtuoso, electoralmente muy vendible para el corto plazo: un gasto que no se toca es licuado por un PBI rebotando efímeramente, estabilizando en un acto de magia a nuestros principales males, sin necesidad de ajuste. Sin embargo, Argentina enfrenta una secuencia probabilística de diversos eventos: algunos positivos, otros no tanto y finalmente un puñado con perfiles altamente negativos. Para un modelo que apuesta exclusivamente a una lotería favorable resultaría eficiente ir ayudándolo a lo largo del tiempo para incrementar la probabilidad de que dicha situación ocurra, la disciplina fiscal precisamente, sería una forma de “desloterizarnos”. Lamentablemente, no hay un solo político pensando en achicar el gasto para independizarnos de la benevolencia, la inacción actual debería mutar a algo bastante más agresivo y mientras tanto, por los próximos tres años, Wall Street que está comprado Argentina hasta los dientes, seguirá vendiéndonos como la nena bonita de emergentes, escondiéndole al mundo la lotería que somos.
Los costos de la inacción los pagan siempre los mismos tontos. No todo es gradualismo, para gastarse la nuestra y endeudarse, van a puro shock. Impuestazo 1: para un pequeño grupo de ovejas, el impuesto a la renta financiera y la eliminación de topes previsionales generará una formidable suba en el impuesto efectivo. Si antes el 35% les parecía mucho, váyanse acostumbrando ahora a un lapidario 45%, sin una sola contraprestación a cambio. Uno paga y no recibe ninguna mejora de servicios públicos, todo se funde en un gigantesco agujero negro, o si quieren esta vez, amarillo, para estar a tono con la moda política, los metrobuses, las bicisendas y los globos. Esta realidad sirve para entender que los ovinos constituyen una especie relegada a la condición de sub-ciudadano por una sencilla razón: somos tan pocos que no le importamos a nadie. Entonces, si votaron a Macri reclamando una baja en la presión tributaria les comento que nuestro presidente ha decidido confiscarnos muy sustancialmente en la dirección opuesta, la presión al rebaño será febrilmente despiadada y muy superior a los temibles tiempos K. Impuestazo 2: sería útil que los jubilados también se acostumbren al shock generado por el nuevo ajuste propuesto en los haberes, el acuerdo de reparación histórica que se utilizó para justificar moralmente al sinceramiento fiscal probablemente comience a diluirse a lo largo del tiempo, otro espejismo M. Moraleja: los últimos setenta años de nuestra historia demuestran que hasta que no comencemos a reducir los costos del estado, nada funcionará y lo único que haremos es perder el tiempo creando distorsiones en torno a un drama no resuelto: la Argentina M no es otra cosa que una riesgosísima combinación de múltiples loterías que sólo apuestan a la suerte.