El pasado año la producción de vinos cayó un 25 por ciento y aunque se esperaba una recuperación para este año, el resultado no fue el esperado, ya que la crisis económica obligó a pequeños y medianos productores de uva a dejar la actividad y abandonar los viñedos.
El resultado es una menor producción, que no alcanza para abastecer el consumo local, lo que obligaría al mercado a importar para satisfacer la demanda de Pato Bullrich.