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El consumo se convierte en un objetivo del Gobierno, tal vez por su peso decisivo en la marcha de la economía. Y entre las medidas que arrancan en 2017 para precios más transparentes, una de las clave para bajar la inflación y estimular ventas, figura un decreto inminente para que desde el próximo enero los comercios exhiban los precios al contado y los financiados de los productos.
Creen que hay fuertes diferencias entre uno y otro valor y que de esa manera ayudarán a tomar decisiones de compra a consumidores con un poder adquisitivo “mejorado por los cambios en Ganancias y la reparación a los jubilados”.
La ley de tarjetas de crédito no permite en la actualidad poner valores diferenciados de contado y financiado. Pero los funcionarios habrían encontrado un atajo legal que evite lo que consideran un sistema de precios opacos.
Sostienen que de esa manera se conocerán los valores y el verdadero costo de la financiación.