Mensajepor ROP » Vie Ago 05, 2016 9:12 am
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Arranca la actividad más hermosa que ha inventado el hombre para llenar el ocio, tener una mente sana en cuerpo sano, y competir, sobre todo, con él mismo. Para mejorar. Como deportista y ser humano. Una excusa para desafiarse. El deporte. La mayor, y tal vez la única, ligazón que une los pueblos. Llevado a su máxima expresión: las Olimpíadas. Muchos, en algunos segundos, mostrarán el resultado de miles y miles horas de esfuerzo, de voluntad, de garra, de superación constante, de tocar los límites. Con la esperanza etérea de decir: Estuve ahí. Parado en una tarima. Escuchando el himno.
Pero también los mercados financieros esperan con ansias lo que puedan dejar estas Olimpíadas. Durante las semanas que duran los Juegos, históricamente, la bolsa de Nueva York entra en un rally alcista. Al menos, eso fue lo que ocurrió en las últimas ocho ediciones, según un reporte realizado por la consultora ANZ.
El mercado continúa con las compras tras la decisión del Banco de Inglaterra de flexibilizar su política monetaria para minimizar los efectos negativos del Brexit. Hoy los datos de empleo en EE.UU. marcarán el cierre semanal y podrían reabrir el debate sobre la posibilidad de una subida de tipos en septiembre, a pesar de que, las circunstancias y la lógica dan como más probable que no se toquen las tasas hasta después de las elecciones.
El Banco de Inglaterra contentó al mercado al recortar los tipos de interés hacia un nuevo mínimo histórico de 25 puntos básicos.
También anuncio una extensión de de su programa de deuda pública en 60.000 millones de libras y de deuda corporativa por importe de 10.000 millones. Las máquinas de emitir de todos los bancos centrales están quedando chicas, respecto a su escala de producción. Nadie sabe bien, cómo se va a esterilizar semejante montaña de dinero. Pero sigue siendo "la herramienta" que ha encontrado el mundo para estabilizar la economía. Un cuento al que se le conocen la trama y los personajes. Pero con final abierto.
El 11 de julio el S&P 500 batió record histórico. Y está en “subida libre”. En un gigantesco techo redondeado. O en el inicio de una Onda 5, con una suba sustancial y con climax de volumen en su extremo. Como suelen terminar los ciclos de suba. Los soportes para encender alarmas en 2130 y en la media de 50 del S&P 500 que está en 2.111.
No me dan bola. Es lo que dice Mauricio sobre los empresarios, cada vez más fastidioso con el Círculo Rojo y el establishment, molesto por el persistente aumento de los precios y la demora en la llegada de inversiones. La irritación oficial con el establishment crece al ritmo de la decepción en los resultados del plan económico del Gobierno. No está tan claro cuándo ni con qué volumen llegará la reactivación, y si bien la inflación bajó de los picos del segundo trimestre, los precios siguen presionando a la baja el bolsillo y el consumo.
La regla de Dujovne es que la inflación suele ser siempre 60% del aumento de salarios y 40% del aumento del tipo de cambio. Si el dólar subiera no más de 20% en 2017 y los salarios 30%, la inflación en 2017 no debería superar 25%. Todo manejable, sin default con crédito internacional abierto y barato, más el blanqueo.
Entre quienes confían y quienes dudan, los dólares demoran. En el fondo, en voz baja, se discute si podrá o no funcionar este experimento de Macri de bajar la inflación aumentando el déficit en lugar de reducirlo. Parece que controlando la cantidad de dinero desde el Banco Central no alcanza si la inercia inflacionaria viene al 40% anual. Tanto que finalmente se requiere de atraso cambiario y cuasi tarifario para estabilizar. Y de muchos dólares de afuera para financiar el déficit creciente.
Un fracaso del blanqueo, o una exteriorización por debajo de los 40.000 millones, encendería luces amarillas en las expectativas.
En verdad, no se invierte a la velocidad que esperaba el Gobierno, sencillamente porque a 7 meses de iniciada la gestión Macri, se mantienen dudas razonables sobre si logrará el Gobierno mantener la estabilidad del dólar y los precios en el mediano plazo. Con el tipo de cambio a $ 15, Argentina volvió a quedar carísima en dólares. Quienes creen que el Presidente, antes o después de las elecciones, tendrá que devaluar en serio y aceptar el ajuste que no quiso implementar apenas llegó al poder, seguirán mirando de afuera.
En términos de alianzas, Macri ya eligió por el club del gasto público. Gobernadores, intendentes, dirigentes sindicales y líderes políticos pactan gobernabilidad a costa de los bolsillos cada vez más esquilmados de los que trabajan y producen. Si no llegan las inversiones o suben los precios, la culpa es de la gente. Nunca de los que Gobiernan, hoy como ayer, Unidos y Organizados.
La Bolsa argentina, sin nafta. A gas. Con azufre. Va adelante, más por inercia y por el viento de cola de los mercados externos.El gringo sigue escribiendo en clave: fe, entre flechas verdes.