Mensajepor Shibuya » Sab Jun 18, 2016 3:18 pm
En Japón, una persona comienza a ser considerada un sabio, o un experto en lo que hace, cuando lleva más o menos 10 años haciendo el mismo trabajo. No es cuestión de hacer un trabajo siempre de la misma manera como en occidente. Por el contrario, ese respeto y consideración, estas personas lo logran porque forman parte de una cultura que los obliga a mejorar permanentemente el trabajo que realizan. De esa manera, se logran altos niveles de perfeccionamiento. Generalmente estos trabajadores, se convierten también en maestros y son fuente de consulta permanente por parte de otros operarios menos expertos.
Cuando la corrupción está muy enquistada, y es un "modus operandi" de los diversos sectores que intervienen, aceptan, participan y callan, se van formando organizaciones corruptas. Y dentro de esas organizaciones están las personas corruptas. Así como en Japón, hay trabajadores expertos que alcanzan un alto nivel de eficacia y perfeccionamiento, en Argentina hay corruptos super expertos. Acá no logramos un alto desempeño trabajando, lo logramos delinquiendo.
Por citar un ejemplo, se estaría ante un alto nivel de perfeccionamiento del robo y la corrupción, cuando una persona además de ganar dinero de mala manera, con infinidad de obra pública contratada en turbias licitaciones (o sin licitar) con diferentes gobiernos, saca ese dinero del país, enviandoló a paraísos fiscales en el exterior. Si es un dinero mal ganado, de esta manera se lo esconde, como si se lo escondiera en un monasterio, por ejemplo. Si es dinero más o menos blanco, se deja de tributar por esas ganancias en Argentina, con lo cual se convierte en un delito de evasión. Ahora bien, hay un nivel supremo de perfeccionamiento de la corrupción. Esto ocurriría, por ejemplo, si estas personas corruptas desde hace muchos años, habiendo fugado permanentemente dinero al exterior, logra mediante el beneficio de una ley, "blanquear" esos capitales. El círculo cierra de manera perfecta, el corrupta gana la plata coimeando o dejandosé coimear, lo fuga al exterior porque no puede declarar el dinero, o porque quiere evadir impuestos en su país, y luego, el broche de oro se produce cuando lo "blanquea", es decir, declara ese dinero (sin necesidad de traerlo al país). Por ese último acto, hasta puede llegar a ser considerado un patriota, por tan "noble proceder".
El caso del corrupto inexperto, sería por ejemplo, el de José López. Nada que hacer, el nabo de José, al lado de los funcionarios (que fueron o siguen siendo empresarios), que llevan tantos años trabajando de corruptos que han logrado el más alto nivel de perfeccionamiento que se pueda lograr, y a pesar de eso son considerados personas de bien.