Opi Santa Cruz."La Mentirosa" y chorra justificando a su hijo complice del afano descarado, al paìs.
Sobre la tenencia de tierras en El Calafate, CFK escribió “El precio de la tierra fiscal en El Calafate, desde siempre, estuvo fijada por ordenanza municipal, por lo tanto, el precio pagado es igual para todos. A no ser que pretendan que por tratarse de Máximo, pague más que cualquier otra persona”.
Obvio que nadie pretendería que Máximo pagara más, por tratarse del hijo de la presidenta; lo que Cristina no dice, es que ese no es el punto, el punto es que ellos como máximos referentes de la política provincial y nacional por más de 25 años, cometieron, en principio, una falta ética, luego un aprovechamiento de su posición de poder (Ellos jefes políticos del Intendente que se las cedió), comprando las mejores tierras fiscales, juntos a familiares y amigos, a $ 7,50 y más tarde un inconmensurable negocio inmobiliario, vendiendo las tierras millones de pesos más caras. Eso, Cristina, lo omite ¿Por qué será?.
“Que le pregunten a Eduardo Costa (…) por las 1,5 has. compradas en la misma localidad a $ 7,5 el m2. Sí, aunque te parezca mentira, Máximo no es el único que compró un terreno en El Calafate”, dijo la presidenta.
Es cierto que Eduardo Costa compró tierras, inclusive más baratas, pero eso no justifica que Máximo “sea el único”, ni que porque Costa haya comprado tierras, su hijo deba hacer lo mismo. Es una premisa falsa que lleva a una conclusión también falsa. Pero luego prosigue en este mismo sentido y dice “La Nación dice que Máximo compró el m2 a $ 8,3. ¿Lo pagó más caro que Costa? Y sí, ya se sabe, un empresario no es lo mismo que un militante. Si no te alcanza con Eduardo Costa, te puedo contar lo que pagó el primo, Roberto Costa, por 1,5 has. $ 1,5 el m2 en el 2002. O sea: por 1 hectárea y media pagó $ 2.398. La familia Costa compra lo mismo, en la misma forma, a menor precio y no sale en ningún lado. Hablando de Costa. Nunca leí nada ni escuché ningún comentario sobre su declaración jurada como Diputado. Pero dicen que es bastante más importante que la de Máximo. Y eso que tiene la suerte de que sus padres están vivos”.
Lejos, muy lejos de defender a Eduardo Costa y a cualquier otro político en esta provincia, debemos decir que, a pesar de todo, en el momento en que Costa compró esos terrenos, no era candidato, ni diputado ni nada. Es mentira que nadie publicó nada, como dice la presidenta, porque OPI fue el único medio que lo hizo en tres oportunidades. Cuando compró las tierras en 1997, en el 2003 y fue también el único medio que informó sobre la compra a precio vil y entrega irregular de tierras para el Hipertehuelche en Caleta Olivia, El Calafate, Río Gallegos y Tierra del Fuego. Ningún medio, jamás, sacó una línea referidas a estas tierras compradas por la familia Costa, con grandes sospechas de fraudes y acomodos en algunos casos, como la entrega de tierras en Caleta, por parte del Intendente Córdoba.
Con respecto a la Declaración Jurada del diputado nacional de la UCR, la presidenta mintió al decir que no escuchó ni leyó sobre el documento, ya que el 12 de mayo de 2014, OPI publicó la nota titulada: “El diputado Eduardo Costa declaró $ 73.627.236,23 en el año 2012, un año antes, los Kirchner rondaban los 80 millones”, donde constan sus bienes.
“Las malas lenguas, que siempre las hay, dicen que es el Diputado más rico de la Cámara. ¿Será cierto? ¿Ahora entendés lo de manipulación y ocultamiento?”, prosiguió Cristina, sin tener en cuenta el contexto, porque a Costa podremos cuestionarlo políticamente, pero su familia y él personalmente estuvieron relacionados con empresas comerciales toda la vida, en tanto Máximo nunca trabajó y posee, hoy (sin contar el resto de la fortuna que se divide en 3) la mitad de lo que declaró Costa. Eso sí es inexplicable y no es manipulación mediática, sólo surge de una comparación simple y un análisis elemental de los números y la historia de cada uno.
Lo extraño de todo esto es que Eduardo Costa no haya salido a defenderse públicamente, a responder una mentira y a contrarrestar los argumentos de la presidenta. Raro o no, hay quienes sostienen en Santa Cruz que Costa nunca le saldrá a responder a Cristina, por razones atribuibles a su vieja relación personal.
Para finalizar, Cristina tiró al vuelo diciendo que le extrañaba que “los grandes medios” no indagaran en las declaraciones juradas de los candidatos a Presidente, refiriéndose, claro está a todos, menos a Scioli. ¿Y por qué la presidenta dejó afuera a Scioli?, obviamente porque hoy, el gobernador bonaerense, constituye la única pata política que tiene el FPV para sobrevivir en el 2016.
Pero la presidenta cometió el peor error, poniendo en duda el patrimonio de los otros candidatos presidenciales sin hacer referencia al suyo propio, porque leer la declaración jurada de Scioli, es vergonzoso. Es una tomada de pelo, una afrenta a la inteligencia del lector; es lisa y llanamente una burda mentira, de un nivel impredecible de burla y falacia en su máxima expresión. Para Cristina, esa declaración jurada de su arlequín político, es más que suficiente.
Pascua escribió:Eduardo Costa, el político más rico de la Argentina
El diputado Eduardo Costa no escapa a esa regla de la realpolitik que dice que antes de manifestar vocación de poder es precisa la consolidación en el plano económico del candidato.
Costa, diputado por la UCR de la provincia de Santa Cruz y candidato a la gobernación, es, de acuerdo con su declaración jurada presentada ante el Ministerio de Justicia, el legislador más pujante de la Argentina. Un verdadero magnate cuya fortuna suele estar alejada de los focos de los grandes medios, que, sin embargo, con dirigentes de patrimonio menor exhiben una actitud por momentos persecutoria e impulsan constantemente denuncias que nunca se terminan de confirmar en la instancia judicial.
Costa es propietario de Hipertehuelche, poderosa firma de almacenes y supermercados que según la declaración jurada del último periodo presentada por el diputado le registró ganancias por $ 65.587.445. Menores son los ingresos que declara en el rubro de las concesionarias de autos ($ 6.092.824), el retail ($ 5.114.964) y la construcción ($ 8.496.386.).