Mensajepor -Dow Jones- » Lun Jul 20, 2015 10:06 am
9-A: revés de Macri contamina sprint final hacia las primarias
• SCIOLI SE MUESTRA CON CRISTINA Y RAÚL CASTRO.
• MASSA AGITA LA CRÍTICA A LA "FALSA POLARIZACIÓN".
Por: Pablo Ibáñez
Los sobrios tres puntos con que Horacio Rodríguez Larreta venció a Martín Lousteau en el balotaje porteño clausuran, con un inesperado mal trago para Mauricio Macri, el raid de elecciones locales y prolongan, aunque su efecto suele ser sólo anímico, un intenso sprint de veinte días de campaña hasta las primarias del 9 de agosto.
Macri, el sponsor de Rodríguez Larreta -que es, además, socio y rival en Cambiemos de Ernesto Sanz y Elisa Carrió, los protectores de Lousteau- cerró, con una foto incómoda, el capítulo porteño y se zambulló en la campaña con el mensaje que, de acá hasta las PASO será la matriz de su discurso: vender la idea de "cambio", pero sin que eso se traduzca -incentivado por sus rivales- como un factor negativo que implique dar marcha atrás con determinadas políticas de la década K.
Anoche, en la simulada celebración PRO, Macri cinceló el relato del candidato moderado que mantendrá en la órbita estatal YPF y Aerolíneas Argentinas, dos medidas emblemáticas de la década K que, en su momento, el macrismo cuestionó. El poema de campaña de Macri -que este diario contó el lunes pasado- llega con delay porque se estiró más de lo esperado, la incertidumbre porteña.
Ese enfoque se verá, potenciado, en los spot del candidato que comenzarán a rotar hoy en radio y TV. El dato central de Cambiemos, que ofrece tres ofertas -Macri, Carrió y Sanz- es que lucirá como un show de catch: golpes coreografiados, sin dolor ni sangre y en el que, de antemano, se sabe quién será el ganador del duelo.
Ni Sanz ni Carrió hicieron -y se da por hecho que tampoco lo harán en adelante- nada que dañe a Macri: a diferencia de otras primarias, como, la bonaerense del FpV entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez- en Cambiemos tanto el radical como la jefa de la Coalición Cívica evitarán golpear al candidato del PRO que, gentil, devuelve el gesto civilizado.
Tras el mal trago del balotaje porteño, que enciende alarmas sobre el poder de fuego del voto anti -que esta vez lo sufrió Macri- seguramente se hará notar en octubre si las PASO ordenan el escenario y cincelan una polarización, y puede ser determinante en una eventual segunda vuelta presidencial- Macri mueve hacia el centro, huyendo del estigma del miedo al cambio.
Apuestas
El peronismo K, que formalmente se mostró distante en el mano a mano entre Larreta y Lousteau pero apostó a un score parejo que moleste a Macri, ayer festejó en todos los idiomas. El derrape del PRO, que proyectaba una victoria por 10 puntos, supone en la lectura oficial una fragilidad de Macri que puede repercutir en el ring nacional.
Pero el pankirchnerismo usaba un argumento que, tres semanas atrás, refutaba cuando se leía como un efecto contagio -negativo- el 22% de Mariano Recalde en la general porteña del 5 de julio.
"Nos viene bien ese resultado porteño, pero la presidencial es otra cosa: nadie va a votar mirando cómo le fue a Macri en Capital o al FpV en Mendoza, se vota otra cosa", le sacó espuma, anoche, un operador del PJ al resultado porteño.
Scioli, en rigor, esta semana se enfocará en tres ejes establecidos hace dos semanas cuando diseñó la campaña: varios actos de presentación de la Policía Local -uno de los temas, junto a los UPA, que mete en el discurso nacional-, un encuentro entre multitudes con Cristina de Kirchner en la inauguración de otro tramo de la autovía Ruta 6 y un viaje a Cuba para verse con Raúl Castro, un perfil osado para el habitual menú de Scioli, pero que se apuró en el contexto de las negociaciones entre la isla y el Gobierno de Barack Obama, patrocinadas por el papa Francisco.
Anoche, la galaxia más eufórica por el resultado porteño era el Frente Renovador de Sergio Massa que se topó, al fin, con una profecía propia: un mal resultado de Macri en Capital. Fue lo que ocurrió, pero el massismo le agregó un componente adicional y lo condimentó con una especulación. Para Massa, el "empate" entre Larreta y Lousteau refleja que no existe la polarización entre Scioli y Macri que deslizan las encuestas.
En el FR, se embalan con la tesis de que Macri solo suma tropiezos -como ya ocurrió con Miguel del Sel en Santa Fe donde punteaba y cayó, al final, con el socialismo- lo que confirma su vulnerabilidad y refuerza la tendencia de un Massa entrando en el duelo presidencial con Scioli.
El mapa mágico del massismo, que en los sondeos aparece muy lejos de Scioli y de Macri, es que el gobernador tiene "el techo electoral de los K que es un 35%".