

El empleo en la actividad petrolera comenzó a evidenciar los contundentes efectos de la crisis que atraviesa el sector a raíz de la caída del precio internacional del crudo: solo en las últimas semanas se acumularon unos 500 despidos de operarios de la Patagonia y peligran otros 1000 puestos de trabajo.
La crítica situación sectorial fue advertida ayer por el dirigente Guillermo Pereyra, titular del sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, provincias que concentran la mayor producción petrolera del país, quien precisó que en los últimos días se concretaron 180 nuevos despidos, que se suman a las cesantías previas de otros 236 trabajadores, cuya reincorporación fue rechazada hasta el momento por las empresas contratistas de la actividad. No obstante, Pereyra se mostró expectante con el resultado de una nueva ronda de conversaciones abierta con los representantes el sector empresario a instancias del Ministerio de Trabajo. "Estamos negociando, hemos avanzado en algunas cuestiones pero todavía falta. Apostamos a buscar un camino de acuerdo para dar marcha atrás con estos despidos y evitar otros", afirmó el sindicalista a El Cronista. Según los cálculos gremiales, si se profundiza la crisis del sector peligrarán otros 1000 puestos de trabajo.
Los despidos dispuestos hasta el momento involucran únicamente al personal que se desempeña en los yacimientos de petróleo no convencional (Vaca Muerta). En ese sector están empleados unos 4000 operarios, con lo que las cesantías anunciadas involucran más del 10% de los trabajadores de la actividad.