La última encuesta de Roberto Bacman, Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), arroja a nivel nacional un 54,4% (exactamente los votos obtenidos por Cristina en el 2011) que valora como ganada la última década, contra un 43,8% que la valora como negativa, más de 10 puntos de diferenc ia. A su vez, la imagen de Cristina es positiva en un 49,3% (muy positiva 33%) y negativa en un 48,3% (muy negativa 26%). Este 26% es el núcleo gorila-oligárquico-conservador-cipayo (quizás engrosado con parte de la ultraizquierda) y el 33% el núcleo duro del kirchnerismo alcanzado hasta el momento, una diferencia de 7 puntos. Esto quiere decir que hay un 60% (redondeando) firmemente definido para un lado y para otro (digamos ideologizados), el 40% restante puede oscilar en ambos sentidos, según las circunstancias y la situación del país. En este 40% hay muchos distraídos, desinformados, “apolíticos” y pragmáticos y a él apuntan las corridas cambiarias, las desestabilizaciones y el bombardeo mediático, pues su oscilación decide una elección. La batalla cultural y el futuro del país se da en este terreno.
Mucho se ha hecho en estos 11 años, se ha logrado consolidar 1/3 del electorado, contra ¼ en las antípodas, algo más del otro tercio no anda en batallas ideológicas, sino en los problemas concretos de servicios (empleo, salud, educación, energía, vivienda, transporte, jubilaciones, etc.) y sus posibilidades concretas de contar con ellos. La verdad que después de la caída del país (nuestras torres gemelas) en el 2001 (ajuste – recesión – desempleo – pobreza – default - migración) y los hecho por el kirchnerismo en estos 11 años haya más de 1/3 de la población saltando de charco en charco es para el asombro, dice algo de esta sociedad. Cómo habrá sido la colonización, el miedo infundido, la devastación cultural y la desinformación mediática para tener hoy estos porcentajes de gente que no alcanza a ver aún con claridad qué proyec to de país le brindará, o al menos lo hará posible, lo que demandan y desean.
El tiempo ira decantando esta porción poblacional en un sentido o en otro, razón por la cual los detentadores del poder económico quieren y hacen todo lo posible para que este gobierno termine mal, como hicieron terminar al de Alfonsín. De esta forma cortarían el desarrollo de un proyecto que, hasta ahora, se ha mostrado exitoso (el de ellos, el neoliberal, si que terminó mal, y mal anda en Europa). Es lo que hicieron repetidamente durante el siglo XX, pero en este siglo cambió el escenario internacional, ya no cuentan con los golpes duros (aunque en Honduras lo hicieron y en Ecuador lo intentaron), por lo que se estilan los llamados blandos (desestabilizaciones socio-económicas y/o institucionales). En Venezuela diríamos que intentaron uno intermedio (semiduro), guarimbas, violencia callejera y asesinatos políticos. En Argentina las huelgas policiales y saqueos en el 2013, que intentan reeditar, posiblemente con poco éxito, como las caceroleadas, las presiones sobre el dólar, la remarcación injustificada de precios, los pronósticos apocalípticos y una pretendida hipercorrupción del gobierno, porque la existente en la esfera privada (mayor que la del Estado) no hablan, etc.
En todos los países del subcontinente que ha habido elecciones se ha ratificado el rumbo o retomado (Chile) en la dirección del antiimperialismo, el desarrollo con inclusión, la afirmación de la soberanía, la integración regional y el multilateralismo, dentro de la democracia y sin violencia. Es lo que dicta un mínimo de racionalidad. Si se le propone a alguien estar sano o enfermo, ser lindo o feo, tener bienestar o no tenerlo, con guerra o paz, que va a elegir cualquier ser humano sensato de cualquier lugar del mundo?
