El vicio de la verborrea escrita
La redundancia
En su forma más básica, la verborrea sólo implica ser redundante: dices lo mismo una y otra vez, sólo que con diferentes palabras. A veces el significado puede cambiar ligeramente, pero a final de cuentas lo que se está diciendo es lo mismo. Esta acumulación de enunciados —uno tras otro y que significan cosas parecidas— , generan una duplicidad de ideas que no aportan nuevo al enunciado anterior, y al no aportar nada se vuelven supérfluas: ya no tienen una razón de existir.
¿Lo notaron? Aquí es donde debí de cortar:
En su forma más básica, la verborrea sólo implica ser redundante: dices lo mismo una y otra vez, sólo que con diferentes palabras. A veces el significado puede cambiar ligeramente, pero a final de cuentas lo que se está diciendo es lo mismo. Esta acumulación de enunciados —uno tras otro y que significan cosas parecidas— , generan una duplicidad de ideas que no aportan nuevo al enunciado anterior, y al no aportar nada se vuelven supérfluas: ya no tienen una razón de existir
Remontarse a periodos irrelevantes
Para explicar cómo la gente se remonta a periodos irrelevantes cuando escribe, es necesario analizar los inicios de la escritura. Las pruebas más antiguas del lenguaje escrito datan del 3000 AC, en unas tablas que usaban los sumerios para registrar la recaudación de impuestos. Estas se inscribían con palos afilados sobre tablas de barro fresco, y eventualmente el lenguaje escrito se fue haciendo más sofisticado hasta llegar a los egipcios, quienes pintaban jeroglifos sobre papiro, un material procesado de los juncos del Río Nilo.
Si necesitas proporcionar un contexto histórico, hazlo breve, interesante y relevante. No hay nada que grite verborrea más fuerte que los inicios de cualquier cosa: si vas a hablar de internet no necesitas hablar de Arpanet, y si vas a hablar sobre diseño, tampoco tienes que hacer referencia a la Bauhaus.
