Mensajepor falerito01 » Jue Oct 02, 2014 12:57 pm
a vos te parece que no se puede cambiar de opinion. en cuanto al mercado. no al banco.mira esto
• Tasas de interés. Era el punto que más separaba ideológicamente a Fábrega de Kicillof. Según la visión de Economía, subir los tipos de interés para absorber pesos y evitar así que éstos si dirigieran hacia el dólar o a acelerar el consumo (y en consecuencia la inflación) significaba todo lo que el exprofesor de la UBA combatía en su visión de la política monetaria. Kicillof afirma a quien quiera escucharlo que el gran error del Gobierno fue aceptar aumentar las tasas de interés en momentos en los que la economía real comenzaba a cerrar un comienzo de año recesivo. Fábrega, de la vieja escuela de la universidad de la calle financiera, cerró el 23 de enero pasado el círculo de contención del alza del "blue" subiendo los intereses hasta el 27% anual, lo que para el ministro potenció la caída de la actividad e impuso un corset a cualquier intento de recuperación futura.
• Inflación. Para Fábrega, el alza de los precios actual es fruto, en gran parte, de la expansión monetaria y la falta de anuncios sobre la contención del déficit fiscal. Kicillof piensa diametralmente diferente. Según el ministro, la principal causa de la inflación es la puja por los ingresos del público, debido a una disputa entre los grandes empresarios y corporaciones que buscan quedarse con la mayor parte de la renta generada en los últimos años, y el trabajador y asalariado sobre el que debe caer ese dinero. Los primeros aumentarían los precios para quedarse con una parte mayor a la de los costos reales justificados, mientras que los segundos deben recibir un mayor nivel de ingreso para sostener el consumo interno.
• Contacto con banqueros y operadores financieros. Últimamente (desde aproximadamente julio pasado) era el tema que más enfrentaba a Kicillof y Fábrega. El ministro le reprochaba al titular del Central falta de compromiso en la persecución de los operadores del sistema cambiario y bursátil para combatir el alza del dólar "blue" y de las compras de acciones y títulos públicos para realizar maniobras de "contado con liqui". Según el Palacio de Hacienda, las acciones "golpistas" desde algunos bancos y entidades financieras eran evidentes, y no tenían las embestidas necesarias desde el Central para que sean sancionadas severamente. Creía el ministro ver en esta actitud del BCRA demasiada comprensión, fruto, quizá, de los muchos años (más de 30) en los que Fábrega trabajó dentro del sistema financiero. "La mejor manera de terminar con estas bicicletas financieras especulativas es con gente que no esté contaminada", aseguraba hace unos días un alto colaborador del equipo de Kicillof. Se le reprochaba a Fábrega mucha "cercanía" con los tradicionales banqueros, a los que, para Economía, hay que tratar con más mano dura.