Mensajepor Galaico » Vie Abr 04, 2014 3:29 pm
Entre todos hicieron una escuela
Ante la falta de vacantes, los vecinos de Parque Patricios recuperaron el edificio abandonado, y ayer la Legislatura votó destinarlo a la educación pública.
En pleno conflicto por la fallida inscripción online y la falta de vacantes en la Ciudad de Buenos Aires, un grupo de docentes, padres y organizaciones sociales de Parque Patricios decidió hacer algo. Sólo en ese distrito escolar había 1500 chicos sin lugar en escuelas y jardines, y sin embargo, un inmueble ocioso en el barrio podía albergar a 200 de ellos. El primer paso lo dieron hace 38 días, cuando ingresaron al edificio de Manuel García 370, que supo ser una escuela hasta 2009. Tiene ocho aulas repartidas en dos pisos, y un par de patios. En estos cuatro años, el gobierno de la Ciudad siguió pagando el alquiler a un privado, además de colocar un guardia de seguridad permanente, pero jamás en esta coyuntura lo pensó como un colegio. Fue la comunidad la que tomó la decisión, ocupó el sitio y reclamó su reapertura como escuela. Y aunque tardó en llegar, hubo recompensa: ayer, la Legislatura porteña votó por unanimidad su expropiación para que sea destinado a un establecimiento educativo de gestión estatal.
El nombre lo sugirió una vecina en una de las primeras asambleas. "¿Por qué no Carlos Fuentealba?" Justo ayer, a horas de un nuevo aniversario del asesinato del maestro neuquino, llegó la ley que le hace honor, a él y a la educación pública. La norma, que ahora espera la aprobación del Ejecutivo porteño, declara la utilidad pública del inmueble, su expropiación y ocupación temporaria por dos años, a partir de su posesión, para que sea una escuela de gestión pública. "Dejamos abierto que pueda ser nivel inicial o primaria, porque dependerá de la demanda. Lo bueno es que se votó que se pueda empezar ya a hacer uso del lugar, así que estimamos que en unos cinco meses estarán todas las reformas edilicias terminadas", aseguró la legisladora Lorena Pokoik (FPV), autora del proyecto.
El objetivo de la comunidad es que sea una escuela inicial de 45 días a 5 años, algo de lo que carece el distrito, que también abarca Barracas y Pompeya. Desde un principio remarcaron que no querían transformarlo en una cooperativa, un centro comunitario o uno de Primera Infancia; y mientras esperaban una decisión del Ministerio de Educación porteño, comenzaron a reacondicionarla. Arreglaron una filtración del tanque de agua –cuyas consecuencias de humedad a lo largo de estos años parecen ser uno de los principales inconvenientes–, rasquetearon paredes, desmalezaron los patios, incorporaron muebles y arreglaron canillas y conexiones.
El objetivo de la comunidad es que sea una escuela inicial de 45 días a 5 años, algo de lo que carece el distrito
Todos los días ofrecieron una planilla para que las familias del barrio sin vacante llenaran sus datos. Los resultados superaron los 200 lugares que tendrá la nueva escuela, de cara al ciclo lectivo 2015. "Estamos muy contentos con la ley, es un avance, pero las obras tienen que empezar ya, y nos tienen que dar las garantías de que llamarán a nuevos cargos docentes", remarcó Estefanía, docente de primaria e integrante de la corriente Juana Azurduy de la agrupación Simón Rodríguez. Esos dos factores le expondrán hoy a Javier Regazzoni, funcionario del ministerio (presente en la sesión), como requisitos para dejar el lugar. El sábado a las 15 harán un festival con el objetivo de juntar fondos que solventen talleres artísticos que se dictarán en las próximas semanas.
Un cartel en la entrada avisa que esta es una escuela recuperada por la comunidad educativa. "Esto avanzó gracias a las bases, a las organizaciones (como el Movimiento La Dignidad), docentes y vecinos, haciendo el trabajo que tendría que haber hecho la Ciudad. Lástima que se perdió tanto tiempo", se lamentó Estefanía.
No es el único edificio del barrio con posible destino de escuela. El legislador José Cruz Campagnoli (FPV) propuso transferir al ministerio el inmueble de Sánchez de Loria 1734/1750, propiedad del Instituto de la Vivienda de la Ciudad, hoy en desuso, para que sea una escuela infantil pública. "Lo central –resumió Pokoik– es que la Legislatura por unanimidad logró responder a una demanda de la comunidad que se movió para aportar un pedacito de solución al conflicto. Es un ejemplo a seguir. Y queda demostrado que, de vez en cuando, suceden estos milagros."