Mensajepor atrevido » Jue Jul 04, 2013 6:44 pm
Monitor Semanal
Econometrica
El cupón de crecimiento del PBI empujado por la “hiperactividad financiera”
El 19 de junio pasado el INDEC publicó el dato de crecimiento del PBI para el primer trimestre del año mostrando una variación interanual de 3%, superior al promedio esperado por los analistas privados. Poco más de una semana después, el 27 de junio, el mismo instituto de estadísticas informó que el estimador mensual de actividad económica (EMAE) de abril había registrado un avance de 7% respecto al mismo mes del año anterior, nuevamente superando las expectativas que lo ubicaban en torno al 5%.
¿Qué explica este renacer de la actividad? ¿Vuelve la Argentina a crecer a “tasas chinas”? Claramente el dato de abril incorpora la mejora da la cosecha frente al pobre resultado del año anterior influenciado por la sequia, además de algunos signos de fortaleza en el sector automotriz y la construcción (también comparando con una base de 2012 muy baja). Sin embargo, el número del primer trimestre prácticamente no goza de estos “beneficios”. Revisando los guarismos de crecimiento por sector, se puede observar que, en las publicaciones oficiales, la variación interanual del PBI excluyendo intermediación financiera fue 2%; es decir que casi un tercio del crecimiento del primer trimestre se debió a esa rama. Este sector creció en términos reales y en ARS corrientes (según INDEC) 21% y 24% respectivamente en el primer trimestre de 2013 y lo viene haciendo a tasas de dos dígitos desde el último trimestre de 2010 convirtiéndose en un motor clave. De hecho, según esa metodología, la diferencia entre la variación del PBI y el PBI neto de intermediación financiera viene aumentando desde finales de 2009. Esta dinámica reciente ha llevado a que el sector alcance una participación en el producto mayor al 6% (el mayor nivel durante la Convertibilidad fue 3,7%), duplicándose desde 2005 (ver Gráfico 1).
El registro en las cuentas nacionales del sector financiero tiene sus particularidades respecto a otras ramas de la actividad. A diferencia de varios otros sectores donde se contabilizan cantidades producidas (toneladas de soja, de acero, cantidad de heladeras, kwh de electricidad, etc.), en la intermediación financiera básicamente se consideran depósitos, préstamos y comisiones percibidas, y todos se deflactan por un índice de precios para llevar esos datos a términos reales. Comparando el aumento en ARS corrientes y constantes se infiere un aumento de precios relevante para este sector del 3% en el primer trimestre de 2013 según esa fuente. Por otro lado, el índice de precios implícitos (IPI) del PBI oficial aumenta al 18% interanual. Si bien este no tiene necesariamente que coincidir con el índice de precios al consumidor (IPC) o mayoristas (IPM), la correlación entre estos índices y el IPI era notable en promedios anuales. A partir de la intervención del Indec en 2007, el IPI e IPCs estimados por privados también siguieron un patrón similar. Sin embargo, desde 2010 el primero avanza a una velocidad persistentemente menor que los segundos.
Estos datos sirven de punto de partida para pensar los efectos que los precios pueden tener sobre el crecimiento y el impacto acumulado a través del tiempo que ellos pueden generar sobre las cifras del PBI oficial nacional. Lleva a dar un peso relativo aparente creciente a determinados sectores que no producen bienes que, a su vez, refuerza la potencial distorsión. En particular, el fuerte crecimiento del PBI a precios constantes de la intermediación financiera abre interrogantes sobre una posible sobrevaluación de la tasa de crecimiento del PBI global del corriente año.