MILONGA escribió:Revisen la medicaciòn que estan tomando, al go les esta haciendo mal y sino cambien de vino, tiene mucho alcohol, hay por suerte CRISTINA PARA RATO, SIGAN HACIENDO MARCHITAS E INSULTANDO LA INVESTIDURA PRESIDENCIAL.
Aún los que votaron a la mujer que dirige nuestros destinos… y que fue ungida luego, aceptan que ella… “tiene un grado más o menos aceptable de corrupción” (eso indican dos de las propias encuestas del gobierno en sus capítulos confidenciales).
El cargo presidencial nadie lo duda… tiene una significación republicana de tipo puro en lo institucional, de tipo universal en cuanto al alcance de la globalidad del estado que administra… de respeto y de prudencia.
La “investidura presidencial” es el carácter institucional que se adquiere por la posesión de ese cargo. Esa investidura… es como una capa, como una especie de toga o manto… que cubre la imperfección de un cuerpo humano.
Supongamos… que debajo de esa toga… hay una persona enriquecida ilícitamente, una persona que dirige organismos de espionaje en contra de quienes opinan diferente… alguien que, sin lugar a ninguna confusión o error… le miente a toda la ciudadanía sin ningún arte ni estilo… una soberbia que se burla cotidianamente de las instituciones enviando a pagar jueces y a dar estímulos a los legisladores de una oposición que sabe tullida para que le voten sus caprichos.
Supongamos que… con la protección augusta de ese palio… hay una persona que no deja dudas sobre su proclividad corrupta y sobre su inmoralidad de toda escala. Una persona sin tabla axiológica de valores y sin medida para la tenencia y conservación de un poder absolutamente corrompido.
La investidura presidencial es… en cualesquiera de esos casos… un concepto que solamente la irracionalidad mantendría unido a tal persona. En efecto, ese concepto no viene pegado a la persona humana… sino que se desagrega… porque las propias instituciones lo gritan en su letra… y que se puede fulminar… simplemente con la mano rígida de la conciencia crítica del “soberano” que es el pueblo… quien fue el creador de ese palio. La descripción de una persona con las características que hemos señalado en el ejemplo no merece respeto, aún encontrándose bajo esa toga. Y no es la toga solemne a la que se irrespeta… sino a la persona que vive a su socaire. No hace muchos días la periodista Laura Di Marco que escribió un libro bastante bien descriptivo de uno de las más claras expresiones de la corrupción de esta mandataria, llamó al orden al empresario Dreyfus sólo porque le pareció… en ese momento… que el empresario había faltado el respeto a la investidura presidencial. Ningún insulto se oyó de las palabras de este señor… solamente una consideración sobre la incoherencia y la falta de equilibrio sobre ciertos temas notoriamente vinculados a la deshonestidad y a la corrupción.